Lagos Weber: Hay disposición para entender que la reforma (previsional) tiene que tener gradualidad

La gradualidad en la implementación fue uno de los temas centrales en el panel del Chile Day dedicado a la reforma previsional presentada por el Gobierno, donde los senadores Juan Antonio Coloma (UDI) y Ricardo Lagos Weber (PPD) coincidieron en la necesidad de que cualquier cambio sea puesto en marcha con tiempo.

En ese contexto, Lagos Weber señaló que, a su juicio, una de las claves que explica el estallido social de 2019 es la seguridad social y de pensiones, y que desde entonces no se han hecho ajustes al respecto, que “no ha cambiado la imagen de los chilenos sobre el sistema”, que no es cierto “que las AFP gozan de buena salud ante la opinión pública”, y que “hay una desconfianza sobre el sistema”.

Por eso, apuntó que “la implementación de una reforma como esta claramente no será entre 6 meses y dos años, porque hay espacio en la discusión legislativa y somos razonables, y habrá espacios para una transición razonable en función de la profundidad que tenga la reforma. No tiene sentido hacer una reforma para que fracase, a un gobierno le irá mejor si hace un reforma que, se puede demorar un poco más en sacarla, y que empiece a operar con más plazo”.

“Pero para eso tiene que haber una voluntad para llegar a ese entendimiento. Hay disposición para entender que la reforma tiene que tener gradualidad”, sentenció el senador.

Por su parte, Coloma expresó que “los procesos serios tienen que ser muy graduales”, por lo que “si queremos hacer una política pública, que no sea refundacional sino que sea una reforma, que aumente la competencia de forma sana, con los actores que hay, con nuevos actores, que se les haga posible actuar con gradualidad. No tengo problemas eventualmente con una AFP estatal que sea parte de la competencia, si queremos que eso funcione, como un todo, creo que es fundamental no tratar de decir que esto lo vamos a sacar en 6 meses o en dos años, los plazos en esto son decisivos”.

Además, agregó que “estas cosas no se definen por un voto, seria fatal que esto se apruebe por 26 votos, estas cosas son grandes, son pensadas con sentido de país, de tratar de armar algo en serio”.

La propuesta del ejecutivo incluye tres componentes de pensión a futuro. Con el 10,5% se podrá optar por una renta vitalicia en una aseguradora. Los beneficios que entregue el fondo común con el 6% se calcularán aparte, al igual que la PGU en caso de que corresponda. Pero no habrán distintas entidades pagadoras: todo eso será transferido por el APA, que será el ente público encargado de pagar la pensión a los jubilados. En tanto, las AFP como se conocen hoy desaparecerán pero, si quieren, pueden transformarse en los nuevos gestores de inversiones privados que crea la reforma. Además se reemplazan los actuales multifondos por fondos generacionales. Todo ello, en un plazo de dos años.

En su presentación en el panel, Fernando Larraín, director of the International Centre for Pension Management, y exgerente general de la Asociación de AFP, planteó que “las reformas de pensiones no parten de una hoja en blanco. Parten con sistemas que ya están funcionando y eso hace que haya incumbente en el sistema, y hace que hayan aprendizajes también respecto de ese sistema”.

Por ello, puntualizó que es necesaria una mayor gradualidad en la transición de la reforma propuesta, pues “muchas veces los proyectos parten con muy buenas intenciones, pero finalmente en temas operacionales, de tecnología, de información, de entrega de servicio, finalmente encuentran ciertas trabas que hacen que las buenas intenciones queden en eso, como ya hemos visto en s proyectos anteriores”.