Los aranceles fracturan la industria del aluminio: ‘Me va a costar mucho dinero’

Los aranceles están abriendo una brecha en la industria del aluminio, valorada en US$ 92.000 millones.

Los compradores de aluminio dicen que las promesas arancelarias del Presidente Trump ya han elevado sus costos y que pocos proveedores en Estados Unidos -donde la producción lleva años disminuyendo- pueden satisfacer sus necesidades. En el otro lado están los productores de aluminio estadounidenses, que señalan que han tenido que competir durante años contra el aluminio fabricado en el extranjero y vendido a precios artificialmente bajos.

Según los analistas, las latas de bebidas, los marcos de ventanas, las piezas de automóviles y otros productos con un importante contenido de aluminio se encarecerán a medida que aumenten los costos del aluminio nacional como respuesta al aumento de los aranceles. Si las empresas estadounidenses de aluminio ampliarán la producción local es menos claro.

Trump anunció este mes que los aranceles sobre el aluminio importado aumentarían al 25%, desde el 10%, a partir del 12 de marzo, al tiempo que amplió la gama de productos de aluminio sujetos a aranceles. Al mismo tiempo, Trump derogó las exenciones y cuotas libres de impuestos que han dado a los principales socios comerciales de Estados Unidos un respiro en materia de aranceles.

Estas medidas, junto con el aumento de los aranceles sobre el acero aplicados por primera vez en el anterior mandato presidencial de Trump, forman parte de su política industrial más amplia para sustituir las importaciones por más fabricación nacional.

Tompkins Products, con sede en Detroit, fabrica piezas para transmisiones de automóviles y depende de un puñado de proveedores estadounidenses y europeos para las barras de aleación de aluminio especializadas que necesita. El director de operaciones, Tracy Skupien, dijo que los costos añadidos por la ampliación de los aranceles podrían llevar a Tompkins a comprar más a Arconic, su único proveedor estadounidense.

Pero los precios del aluminio fabricado en Estados Unidos también están subiendo. Skupien indicó que dar más pedidos a un proveedor podría poner a Tompkins en riesgo de interrupciones de suministro si Arconic tiene problemas de producción.

“Me va a costar mucho dinero que no tengo”, afirmó Skupien.

Los fabricantes estadounidenses de aluminio dicen que los aranceles ampliados de Trump les ayudarán a restaurar las ganancias y apoyar la producción nacional al mantener el metal fabricado en el extranjero con descuento fuera del mercado.

Las importaciones representaban casi el 60% del consumo de aluminio estadounidense en 2023, según la Asociación del Aluminio, el grupo comercial del sector. Las empresas se han quejado de que casi tres cuartas partes de las importaciones entran en EE.UU. libres de aranceles, a menudo a precios más bajos que los de los proveedores estadounidenses.

“Ahora que no hay exenciones arancelarias, tenemos una oportunidad de luchar”, sostuvo Steve Dillett, director ejecutivo de Custom Aluminum Products. La empresa, con sede en Illinois, fabrica extrusiones, piezas de aluminio largas y perfiladas que se utilizan en marcos de puertas y ventanas, y en docenas de otros productos.

Dillett comentó que las ventas de la industria de extrusión de Estados Unidos cayeron un 40% en los últimos cinco años, bajo un ataque de importaciones a precios menores de México y otros países. Bajo los aranceles ampliados de Trump, las extrusiones importadas y otros productos derivados del aluminio estarían sujetos a un arancel por primera vez.

Los aranceles más altos de Trump se incluirán en un cargo de entrega vinculado a todas las transacciones de aluminio. El cargo por libra casi se ha duplicado desde finales de noviembre en previsión de un arancel más alto, según Platts de S&P Global Commodity Insights.

Algunos analistas de mercado prevén que la prima de entrega, que actualmente es de 41,45 céntimos por libra, alcance finalmente los 50 céntimos por libra, o US$ 1.100 por tonelada métrica. Los usuarios de aluminio se han quejado de que pagar una prima más alta por el aluminio fabricado en Estados Unidos supone una ganancia inesperada para los proveedores nacionales.

El mayor obstáculo de los fabricantes de aluminio estadounidenses para ampliar la producción es la continua contracción de las fundiciones que producen el aluminio de alta pureza que a menudo se mezcla con otros metales o se utiliza en productos complejos o de alta resistencia.

En Estados Unidos operan cuatro fundiciones, frente a las siete de 2020 y a las 23 de 2000. El año pasado, la producción estadounidense de aluminio procedente de fundiciones, lo que se conoce como aluminio primario, cayó al nivel más bajo desde 1950.

Los costos de electricidad de las fundiciones, que consumen mucha energía, han provocado su cierre. Producir una tonelada de aluminio primario suele consumir más electricidad que un hogar en todo un año. En los últimos años, los costos de la electricidad han aumentado hasta un tercio, y la electricidad representa el 40% del costo de funcionamiento de una fundición.

Esto ha contribuido a desplazar la demanda a Canadá, donde las fundiciones tienen acceso a energía de bajo costo, procedente de generadores hidroeléctricos. Según la Asociación del Aluminio, Canadá es ahora el mayor proveedor de aluminio primario de Estados Unidos, con un 75% del total del aluminio primario consumido en este país.

La asociación aseguró que apoya el arancel del 25%, pero instó a Trump a eximir el aluminio primario de Canadá, porque llevaría al menos una década construir nuevas fundiciones y ampliar el suministro de energía en Estados Unidos.

“Hagamos un trato con Canadá hasta que podamos poner en marcha esa capacidad de fundición”, planteó Charles Johnson, presidente de la asociación.

Alcoa, con sede en Pittsburgh, que produce aluminio primario tanto en Estados Unidos como en Canadá, advirtió el martes de que la carga económica de los aranceles previstos, incluido un derecho separado sobre el aluminio como mineral crítico, podría poner en peligro 100.000 puestos de trabajo en Estados Unidos. El director ejecutivo, William Oplinger, dijo en una conferencia de inversores que los aranceles agravarían la escasez de aluminio primario en Estados Unidos.

Compradores y productores se han enfrentado antes por los aranceles, incluso en 2018, cuando los aranceles de la administración Trump elevaron los costos del aluminio estadounidense.

La cervecera Molson Coors y otros en la industria de bebidas en ese momento acusaron a los productores de aluminio de especulación de precios a través de la prima de entrega. Argumentaron que las latas de bebidas están hechas principalmente de aluminio nacional reciclado que no debería estar sujeto a un arancel de importación.

En 2019, Trump eximió a Canadá y México del arancel del entonces 10%, después de que los países se opusieran a renegociar un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos a menos que se levantaran los aranceles al acero y al aluminio. Trump y el expresidente Joe Biden también concedieron exenciones o cuotas libres de aranceles a otros países.

Por ahora, los compradores de aluminio se preparan para unos costos más elevados.

Reata Engineering & Machine Works, una empresa con sede en Colorado, fabrica piezas de aluminio para las industrias médica, aeroespacial y de defensa. Grady Cope, el propietario de la empresa, mencionó que el aluminio representa aproximadamente el 20% de los costos de sus productos, y la mayoría de sus clientes especifican los países de origen para el control de calidad, lo que dificulta buscar alternativas.

“Imagino que comenzaremos a escuchar sobre aumentos de precios por parte de nuestros proveedores”, aseguró Cope.

-Traducido del inglés por Pulso.