Los indicadores que mostró Marcel en seminario de la Sofofa para argumentar que Chile sigue siendo el país menos riesgoso de la región
El ministro de Hacienda usó para ello un set de indicadores de la Unidad de Inteligencia del The Economist. En él, en lo que corresponde a riesgo regulatorio y legal, Chile se ubica en la última posición, como el de menor riesgo, por debajo de Perú, Brasil, México. En riesgo de política tributaria, también aparece en la última posición, y lo mismo en riesgo de mercado laboral. Solo en lo que se refiere a riesgo de infraestructura se sitúa en la penúltima posición, estando mejor calificado Panamá.
Un repaso del escenario económico y las perspectivas para el próximo año fue lo que delineó el martes el ministro de Hacienda, Mario Marcel, al participar en el seminario “Visión Económica 2022 – 2023 ¿Punto de inflexión?”, organizado por la Sofofa y la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad del Desarrollo.
Y entre todos los aspectos macroeconómicos, el ministro incorporó en su presentación un cuadro donde mostró que, pese a los vaivenes de los últimos años, Chile sigue siendo el país menos riesgoso de la región en una serie de variables. La lista incluye a Venezuela, Guatemala, Ecuador, Argentina, Panamá, Colombia, México, Brasil y Perú,
El secretario de Estado usó para ello un set de indicadores de la Unidad de Inteligencia del The Economist. En él, en lo que corresponde a riesgo regulatorio y legal, Chile se ubica en la última posición, como el de menor riesgo, por debajo de Perú, Brasil, México. En riesgo de política tributaria, también aparece en la última posición, y lo mismo en riesgo de mercado laboral. Solo en lo que se refiere a riesgo de infraestructura se sitúa en la penúltima posición, estando mejor calificado Panamá.
Institucionalidad firme
Los economistas coinciden en que, pese al shock negativo producto del estallido social y la pandemia, y la incertidumbre que provocó el proceso anterior para elaborar una nueva Constitución, la institucionalidad del país sigue siendo robusta y mejor que la de los países de la región. Pero sobre este último punto, también mencionan que la región se ha ido deteriorando durante los últimos años.
“Hay un efecto histórico acumulado de buen comportamiento, a diferencia de otros países en la región, que lleva a que el deterioro reciente no se traduzca directamente en un deterioro inmediato. Además, por la pandemia y otros eventos, también hay un deterioro en otros países”, sostiene el economista de Gemines, Alejandro Fernández.
Felipe Alarcón, economista de Euroamerica, subraya que “a pesar de todos los shocks que ha sufrido el país en los últimos años (estallido social, pandemia, retiros de fondos de pensiones) la institucionalidad básica ha resistido, lo que es muy buena prueba de la solidez en general que muestra el país”.
En ese sentido, agrega que influyen en estos indicadores el hecho de que “Chile mantiene aún un bajo nivel de endeudamiento, la crisis del estallido se está resolviendo de manera institucional y que, a pesar del traspiés con la Convención, el país se dará una segunda oportunidad con los debidos resguardos, lo que creo es muy valorado por los inversionistas”.
Alarcón suma al análisis “la solidez del Banco Central, cuyo correcto manejo sigue siendo una garantía muy significativa para todo el entorno económico”.
Sergio Lehmann, economista jefe de Bci, puntualiza que “detrás de estos indicadores se reconoce que América Latina tiene en general una institucionalidad débil, además de problemas estructurales, vinculados con rigideces en sus mercados, baja productividad y Estados sobredimensionados e ineficientes, entre otros”.
Por eso para Lehmann, “al momento de compararnos debemos identificar referentes más exigentes, que nos incentiven a reforzar nuestros fundamentos y no quedarnos en posiciones de comodidad”.
¿De qué sirve tener bajos indicadores de riesgo?
Los economistas explican que esto se traduce en que las tasas de interés para Chile sean bajas, lo que tiene un impacto en la inversión y eso a su vez en el empleo y dinamismo de la economía.
Alarcón explica que “el efecto directo es un menor costo de financiamiento, lo que se traduce en una mayor capacidad de movilizar inversión y todo lo positivo que ello acarrea”.
Mientras que, para Fernández, “el menor riesgo se traduce en mayor atractivo para invertir y en menor costo de financiamiento para el país”.
Lehmann menciona que el ser un país menos riesgoso a nivel regional, “lleva a que cuando empresas globales buscan invertir en América Latina, Chile aparece como un destino más atractivo. Además, nos permite acceder a mejores costos de financiamiento y mayor potencialidad para ir incorporando nuevas tecnologías, innovación y mejoras en infraestructura, llevando a un crecimiento más elevado y avances sociales más acelerados”.
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