Michael Clark, presidente y controlador de Azul Azul, lanzó una Oferta Pública de Adquisición (OPA) sobre el 100% de las acciones serie B de la sociedad concesionaria del club de fútbol Universidad de Chile, para así concluir una disputa que había abierto con la Comisión para el Mercado Financiero al tomar el control indirecto de la firma mediante la compra de las cuotas de un fondo de inversión al complicado grupo financiero Sartor.

El anuncio lo hizo Clark originalmente mediante una comunicación reservada a la CMF el 8 de enero, que amplió el martes 14, donde señaló precio y plazo de la oferta, pero tras una saga de nueve misivas entre ambas partes que comenzaron el 23 de diciembre, cuando el regulador llamó la atención del ejecutivo por la manera en que había tomado el control de Azul Azul.

“El precio que se ofertará en la OPA Voluntaria será un valor que se determinará en su oportunidad, pero que no será inferior a $387,97 por acción y la OPA Voluntaria se lanzará dentro del primer cuatrimestre de 2025″, dijo Clark a la CMF en su última carta, conocida a última hora del martes. De este modo, Clark está valorizando Azul Azul en US$17,1 millones.

Fuentes cercanas al controlador de la U comentaron que el precio ofrecido por Clark es el mismo (equivalente en pesos, pues en esa oportunidad se fijó en dólares) que pagó el fondo Tactical Sport a Carlos Heller en 2021 cuando se hizo del control de la sociedad.

Sin embargo, la acción de Azul Azul se transa actualmente en $550, lo que implica que la valorización total de la sociedad es del orden de los US$25 millones en el mercado bursátil, por lo que quien esté dispuesto a vender sus papeles a Clark estaría perdiendo $162 por título respecto al que podría conseguir, en teoría, en la bolsa. El precio pagado por Michael Clark a Sartor para tomar el 100% de las cuotas del fondo Tactical Sport y de esa manera tomar el control de Azul Azul equivalía a $219,3 por acción.

Actualmente, el controlador directo de la sociedad concesionaria es el fondo de inversión privado (FIP) Tactical Sport, que posee el 63,07% de las acciones. Este paquete había sido adquirido en 2021 en US$15,5 millones al empresario Carlos Heller por el FIP, cuyo 90% estaba en manos de Sartor y el 10% restante en las de Clark.

Pero el pasado viernes 20 de diciembre de 2024, el club Universidad de Chile informó a través de un comunicado público, sin especificar cuándo ni en qué condiciones se había hecho el traspaso, que ahora el 100% de las cuotas eran propiedad de Inversiones Antumalal Limitada, la sociedad del presidente de la U, y que Sartor, abrumado por problemas regulatorios incluyendo el cierre de su administradora general de fondos decretado por la CMF, ya no tenía nada que ver con el club.

La noticia provocó molestia entre los directores que fueron elegidos sin los votos de Clark y entre otros accionistas, como el segundo más importante, Daniel Schapira, que tiene un 22% de la sociedad y que en 2013 había pagado US$12 millones por el 14,8%.

Alertado, el ente fiscalizador de valores ordenó el lunes 23 que Azul Azul debía explicitar a más tardar al día siguiente las características de este cambio de control y cuestionó la manera en que se llevó a cabo. Clark contestó horas antes de Nochebuena que el 13 de diciembre su sociedad Antumalal adquirió 6.354.981 cuotas del FIP en US$0,90 cada cuota, o sea, había pagado US$5,7 millones por el 90% de cuotas que no tenía de Tactical. Esto, aritméticamente, equivalía a $219,3 por acción.

El 26 de diciembre, la CMF le respondió a Clark que había cometido infracciones a la Ley de Valores en el modo en que había tomado el control de Azul Azul, y lo instaba a “adoptar las medidas pertinentes para subsanar las infracciones expuestas”, lo que fue entendido como un mensaje implícito de que debía lanzar una OPA por el esto de las acciones para no perjudicar a los accionistas minoritarios.

Desde allí en adelante, las comunicaciones entre la CMF y Clark, que se habían hecho públicas de manera permanente, se mantuvieron en secreto, hasta la noche del martes, cuando se supo que hubo otras cinco misivas entre las partes.

El 31 de enero, Clark presentó a la CMF un recurso de aclaración, donde solicitaba que el regulador explicitara cuáles eran las “medidas pertinentes” que debía realizar y manifestaba su “disposición a acoger y/o ejecutar aquello que la autoridad pudiere solicitar o instruir, de manera precisa”.

De allí en adelante, Clark visitó las dependencias del regulador para demostrar que estaba dispuesto a allanarse a lo que le indicara la CMF que debía realizar.

Sin embargo, la CMF le respondió el 3 de enero que sólo estaba facultada a determinar las infracciones de los regulados, pero no podía indicar explícitamente lo que las sociedades debían llevar a cabo para subsanar sus conductas irregulares, y le puso a Clark tres días de plazo para que declarara las medidas que adoptaría.

El 8 de enero, el presidente de la U contestó insistiendo en que su actuar había sido de buena fe y convencido de que no había incumplido la ley, pero además que tomó la decisión de tomar el control de la concesionaria lanzando una OPA voluntaria sobre el 100% de las acciones serie B de Azul Azul a través de otra sociedad de Clark, denominada Sociedad MC.

Y el martes 14 de enero, Clark profundizó en su anuncio señalando el precio y el plazo que tendría esta oferta, y pidiendo que se mantuviera aún en reserva esta propuesta. La CMF le respondió el martes en la noche que no había razón para mantener el secreto, por lo que reveló todas las comunicaciones y dando a conocer la noticia de la OPA.