Monedas digitales: 114 bancos centrales del mundo exploran su emisión dice Bank of America y menciona el caso chileno
En un reciente informe, el banco de inversión de EE.UU. sostuvo que espera que los bancos centrales adopten esta tecnología, la que podría disminuir los costos de los pagos a nivel local e internacional. Sobre Chile, destacó que el instituto emisor presidido por Rosanna Costa publicó ya una primera evaluación analizando riesgos y beneficios de una eventual emisión de un peso digital.
A pesar de la caída de la plataforma FTX y el criptoinvierno vivido en 2022, a nivel global los bancos centrales continúan analizando la posibilidad de emitir monedas digitales. Y cada vez son más.
”Nuestra opinión es que las monedas digitales emitidas por bancos centrales (CBDC, por sus siglas en ingles) tienen el potencial de revolucionar los sistemas financieros globales y pueden ser el avance tecnológico más significativo en la historia del dinero”, dijo Bank of America (BofA) respecto de estos activos en un reciente informe, donde detalló además que actualmente hay 114 bancos centrales explorando la emisión de monedas digitales, frente a los 35 de mayo de 2020, lo que representa el 58% de los países a nivel mundial y más del 95% del PIB global.
El banco de inversión de EEUU señaló que los beneficios y riesgos de las monedas digitales dependen del diseño y el enfoque de emisión, “pero esperamos que los bancos centrales de las economías desarrolladas y en desarrollo se centren inicialmente en eficiencia de pagos e inclusión financiera, respectivamente”.
“Las emisiones de monedas digitales pueden tardar más de una década en algunos países, pero esperamos que los bancos centrales adopten avances tecnológicos”, apuntó BofA, aunque también expresó que “dada la situación económica, los bancos centrales no están apurando la emisión de monedas digitales”. Apuntó que falta una serie de elementos a definir, como si la emisión es directa (hacia las personas) o indirecta (hacia los intermediarios como los bancos); y que entre los riesgos se encuentra que estos activos “pueden impulsar la competencia con los depósitos bancarios, la pérdida de soberanía monetaria y la desigualdad entre países a nivel mundial”.
Sin embargo, la entidad comentó que estas monedas digitales emitidas por bancos centrales pueden aumentar la eficiencia y disminuir los costos de los pagos y transferencias transfronterizos, que se estima que alcanzaron los US$ 156 billones en 2022 y que se espera que asciendan a US$ 250 billones para 2027. Estos son pagos que pueden demorar hasta siete días en liquidarse según la moneda enviada, el valor de la transacción, el origen y el destino, en parte porque se enrutan a través de 2,6 bancos corresponsales diferentes en promedio, según el reporte.
Adicionalmente, BofA comentó que a nivel doméstico, los pagos dependen de los proveedores de servicios como Visa y Mastercard, que controlan un 83% combinado del mercado de tarjetas de crédito de EE.UU. y que recibieron US$ 138 mil millones en tarifas de servicio en 2021. “Como resultado, los comerciantes aumentaron los precios en 1,4% para compensar las tarifas de servicio. Las transacciones con tarjeta de crédito también tardan entre 1 y 2 días en liquidarse, lo que reduce el flujo de caja para los comerciantes y aumenta la necesidad de financiación a corto plazo”, dice el informe.
En su análisis, Bank of America revisó la experiencia y avances de diversos países, entre ellos el de Chile. En el informe destacó que la entidad presidida por Rosanna Costa publicó ya una primera evaluación analizando riesgos y beneficios de una eventual emisión de un peso digital, donde se explicó que llevarla adelante puede fomentar un sistema de pagos más competitivo, innovador e integral que proteja los datos personales, al mismo tiempo que proporciona un medio de pago en una economía cada vez más digitalizada.
“Por supuesto, considerando su potencial y que la experiencia demuestra que es un proceso que puede requerir años de estudio y pruebas, el BCCh decidió continuar con las actividades orientadas a la futura implementación de esta nueva forma de dinero. Dichas actividades incluyen la recopilación de información de diferentes partes interesadas en el proceso y la exploración de alternativas para el desarrollo de pilotos que permitan una comprensión completa de sus respectivos desafíos”, dice BofA.
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