Moody’s: “La red de seguridad social de Chile tiene positivos resultados reduciendo la pobreza, pero no tanto en reducir la desigualdad”

Samar Maziad, vicepresidenta senior de Moody's.

Según señala Samar Maziad, vicepresidenta senior de Moody's y la autora de un estudio recién publicado en la materia, el coronavirus demuestra con claridad como una red de seguridad efectiva facilita las tareas del gobierno en una crisis, favoreciendo así la estabilidad de la calificación soberana.


Una buena evaluación general hace de la red de seguridad social de Chile la vicepresidenta senior de Moody’s, Samar Maziad, autora de un estudio que ahonda en cómo los programas sociales son un factor relevante para la evaluación de la calificación soberana.

Desde su punto de vista, esta red facilita a los gobiernos llegar con ayuda en tiempos de crisis, además de reducir la tensión social al hacerse cargo de problemas como la pobreza y la desigualdad. Justamente en este último punto tiene más dificultades Chile, pues Maziad asegura que la falta de concentración del gasto social en los más vulnerables le dificultaría avanzar en aminorar la inequidad.

¿Cómo exactamente una red de seguridad social contribuye a la calificación soberana de un país?

-Lo que hicimos fue tratar de mirar a las redes o programas de seguridad social y cómo estos dan soporte a un perfil crediticio soberano. El canal principal que distinguimos fue en términos de cómo facilita la respuesta a una crisis en tiempos de estrés y así contribuye a reducir las presiones sociales o las tensiones sociales, lo cual representa un elemento de nuestra evaluación respecto a la susceptibilidad a eventos de estrés.

Entonces, se trata de un análisis más exhaustivo. Si tu ves toda la evaluación que nosotros hacemos, en términos de riesgos sociales y la habilidad de llegar a los grupos más vulnerables en tiempos de estrés, lo que advertimos en esta investigación fue que la red de seguridad social da la posibilidad de responder con políticas más efectivas en medio de una crisis.

La seguridad social se suele asociar con más gasto y esto como un elemento negativo para la calificación soberana. ¿Es errada esa ecuación?

-Es cierto que esa es una percepción generalizada, pero la cuestión está en cómo se hace un balance adecuado. Entonces, es importante que el gasto en programas sociales sea efectivo en reducir pobreza y reducir desigualdad de ingresos, es decir, que el diseño de la red de seguridad social tenga un rol importante en estos resultados. La realidad por país al respecto es variada.

Por supuesto, el asunto fiscal es muy relevante, porque es un pilar muy importante para la evaluación que hacemos de un perfil de crédito. Por lo tanto, siempre se trata de un asunto de balance. Si la red de seguridad social está contribuyendo en reducir algunos de los riesgos, esto podría tener un efecto positivo en la parte fiscal.

Entonces el balance depende del punto de partida, de cual es la situación fiscal, y luego de cómo se diseñe la red de seguridad social y de cuán efectiva es.

¿Qué características debe tener la red de seguridad socia para que sea efectiva y con ello contribuya al perfil crediticio?

-Nos basamos mucho en la base de datos que ofrece en materia de seguridad social el Banco Mundial y la verdad es que hay muchísima variación. Sin embargo, notamos que los mejores resultados, en términos de reducción de pobreza y desigualdad, son aquellos programas que se enfocan más en los grupos más vulnerables, en los de más bajos ingresos. Entonces tienes situaciones donde hay mucho gasto pero menos focalización o menos cobertura de esos grupos y los resultados de alguna manera serán reducidos.

¿Cuál es la situación de Chile en términos de la efectividad de sus programas sociales?

-El reporte hace muchas combinaciones de características, como los niveles de gasto, focalización y los resultados. Lo que notamos, es que Chile tiene alto gasto en comparación con otros países que revisamos y también tiene una amplia cobertura de los grupos más vulnerables, lo que es una dimensión positiva, porque son capaces de llegar a los individuos.

Donde otros países lo hacen mejor es en la concentración de beneficios. Por ejemplo, Sudáfrica y Ucrania tienen una concentración relativamente mayor del total del monto gastado que va a los grupos de ingresos más bajos y lo que vimos es que eso estaba más asociado a mejores resultados en la reducción de la desigualdad.

Entonces, la red de seguridad social de Chile tiene positivos resultados reduciendo la pobreza, pero no tanto en reducir la desigualdad. Es un análisis complejo y son muchas las dimensiones involucradas.

¿Cómo la importancia de la red de seguridad en la calificación soberana quedó de manifiesto en la crisis del coronavirus?

-Notamos que los países donde existe una red de seguridad social que cubre a mucha gente y está bien focalizada en los más pobres, son países que al final han logrado desplegar más apoyo, alcanzando a más personas. En países donde no tienes esa infraestructura, esta base de datos para saber dónde está exactamente la gente, es muy difícil llegar a ellos en medio de la crisis que recién hemos tenido.

Se observa entonces con más claridad durante el coronavirus que el contar con una red de seguridad social le ha facilitado a los gobiernos dar respuesta a la crisis y proveer de con apoyo a los más vulnerables.

¿Este análisis también aplica para crisis sociales como la que vivimos en Chile previo a la pandemia?

-Una red de seguridad social efectiva es capaz de reducir las tensiones sociales, porque la gente ve y siente que puede recibir el apoyo de un gobierno en los tiempos de estrés. Esa es la forma en que ayudaría en términos de un conflicto social como el que vivió Chile.

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