Riesgo país de Chile: pese a ruido político e institucional las mejores perspectivas de crecimiento y el alto precio del cobre lo ubican en su menor nivel en tres años
El índice EMBI cerró abril en 125 puntos, su cifra más baja desde abril de 2018. Hacia adelante, el foco de los analistas está puesto en los resultados de las elecciones del próximo domingo, principalmente en la de quienes redactarán la nueva Constitución.
La discusión interna sobre las ayudas para hacer frente a la crisis sanitaria y económica ha tensionado el clima político-institucional del país, sobre todo reflejado en múltiples proyectos de ley de origen parlamentario que están desafiando la prerrogativa de la iniciativa exclusiva del Presidente de la República en varias materias.
Uno de los puntos cúlmine al respecto fue la decisión del Tribunal Constitucional de no acoger un requerimiento del gobierno para impugnar el proyecto que permitía el tercer retiro del 10% de los fondos de pensiones y que obligó al Ejecutivo a promulgarlo, retirando uno propio que había enviado al respecto.
A eso se suman los custionamientos legales de las compañías de seguros -varias de ellas de capitales extranjeros-, que han advertido que estudian acciones ante la justicia, por el “retiro” en rentas vitalicas, y el de las grandes mineras por el nuevo royalty que avanza en el Congreso.
Pero pese a este enrarecido clima interno, la visión internacional sobre Chile, reflejada al menos en los indicadores que muestran la evolución del riesgo país sigue siendo positiva, tanto así que hoy se ubican en su menor nivel en tres años.
¿Qué explica este positivo escenario? Básicamente el alto precio del cobre. Su escalada alcista no sólo tiene efectos en los ingresos, sino que también ha permitido que el riesgo país, medido por el índice EMBI, haya cerrado abril en 125 puntos. El metal rojo ha subido 33% desde principios de año, superando su récord histórico y ya bordeando los US$5 la libra.
En abril de 2020, el índice EMBI llegó a niveles máximos desde 2009, anotando 306 puntos. De allí en más comenzó a bajar paulatinamente, hasta cerrar el año pasado en 146 puntos. En enero de 2021, el precio del metal se cotizó en US$3,61 la libra, y el riesgo país retrocedía a 140 puntos. Luego el cobre siguió subiendo hasta los máximos actuales y el EMBI bajando hasta llegar a su mínimo desde abril de 2018: 125 puntos.
Si se analizan los CDS, también muestran un retroceso registrando al 10 de mayo 50 puntos, su menor nivel desde marzo.
El riesgo país mide la probabilidad de incumplimiento de las obligaciones financieras de una nación, debido a factores que van más allá de los riesgos inherentes a un préstamo. De esta manera, cuanto mayor sea el riesgo, peor calificación recibirá el país. En otras palabras, es la sobretasa de interés que paga cada país para financiarse en el mercado internacional. Lo central es que mide la probabilidad (el riesgo) de que un Estado logre o no pagar los vencimientos de sus obligaciones (deuda externa, bonos, letras del tesoro) cuando corresponde.
A nivel regional, Chile tiene el menor riesgo país : México ( 337 puntos); Brasil (246 puntos), Colombia (225 puntos) y Perú (164 puntos). América Latina en su conjunto anotó 370 puntos.
Los expertos afirman que el precio del cobre es un factor esencial a considerar en el menor riesgo país, pero no es el único, puesto que también destacan las mayores perspectivas de crecimiento que hay para Chile este año y que se ubican en torno a 7%. La rápida vacunación ha sido un factor clave para esta positiva visión que se tiene del país.
Felipe Alarcón, economista de EuroAmerica, afirma que muchos inversionistas asocian el precio del cobre al destino de la economía chilena, por tanto, “con un precio en récord, no es de extrañar que nos vean positivamente”. En paralelo menciona que “está el despliegue de las vacunas, que dentro del mundo emergente e incluso desarrollado ha destacado por su rapidez y cobertura”.
El segundo punto a favor que señala Alarcón es la recuperación de la economía. “Son muy pocos los países que están en una posición de recuperar e incluso sobrepasar los niveles de actividad previos a la pandemia dentro de este año. Lo anterior se ha reflejado en una continua revisión de pronósticos de crecimiento al alza para Chile”.
Sergio Godoy, economista jefe de STF Capital, puntualiza que el EMBI no sólo responde a riesgos locales, sino también al ambiente global relevante para Chile, el cual no podría ser más favorable para la economía local. “La tremenda alza del precio del cobre y la mejora de los términos de intercambio han sido favorables para el país”. Godoy añade que, pese a que la deuda pública ha ido en aumento, “el endeudamiento neto del soberano sigue siendo bajo”.
Para el economista no es extraño que la visión externa que se tiene del país sea mejor que la local. Esto, porque los que invierten en economías emergentes “entienden que la volatilidad y la incertidumbre son normales en dichas economías y no esperan que se comporten con la estabilidad de los países desarrollados”.
Godoy comenta que “desde la perspectiva transversal de un inversionista en economías emergentes, lo que ha ocurrido en Chile desde el estallido social no es tan diferente a lo que se observa en Brasil, por ejemplo, e incluso hay menos inestabilidad en Chile que la que se observa en dicho país actualmente”.
Klaus Kaempfe, portfolio manager en Credicorp Capital, asevera que “se produce principalmente por el precio del cobre que ayuda de manera exógena a las arcas fiscales, sumado a una alta liquidez de dólares en la economía mundial, lo que ha gatillado una búsqueda de rendimiento”.
¿Qué pasará después del domingo?
Mirando hacia adelante, el foco de los analistas está puesto en los resultados de las elecciones del próximo domingo, principalmente de la de quienes redactarán la nueva Constitución.
“Si el resultado apunta a un equilibrio de fuerzas y no se advierte un sesgo hacia posiciones radicales, es muy probable que los activos chilenos se valoricen significativamente. Por el contrario, si se produce un resultado sesgado hacia posiciones refundacionales o más bien extremas, los activos chilenos podrían verse seriamente perjudicados, y de pasada dañar la aún positiva imagen que muchos inversores externos tienen del país”, subraya Alarcón.
Patricio Rojas, economista de Rojas y Asociados, indica que “una vez que los resultados de las elecciones se vayan desencadenando y genere una relativa prudencia en el sentido de que se logra un escenario relativamente moderado entre los que resultan electos, probablemente se va a tender a consolidar un cuadro de riesgo país parecido al actual”.
No obstante, Rojas añade que “si la elección es un poco más extrema, probablemente los analistas internacionales van a cambiar el escenario de mediano plazo y percibirán un panorama un poco más incierto y eso se reflejará en estos indicadores y en el tipo de cambio”.
Kaempfe acota que “los dos factores que están presentes hoy no cambiarán con las elecciones, pero si se da una configuración de constituyentes que apunten a una Constitución de mucho gasto y pocos consensos, podría subir algo ese nivel”.
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