Super de Salud sale a defender tope de 7,6% en alza de precios para planes de isapres: “El indicador se calculó en base a lo que estableció la ley”
El superintendente de Salud, Patricio Fernández, sostiene frente a los cuestionamientos de la industria que "el objetivo y espíritu de esta ley no es necesariamente de un carácter retributivo de las pérdidas de las isapres, sino que lo que busca es dar mayor transparencia en la reajustabilidad de los planes de salud de las isapres”.
Hace poco más de una semana la Superintendencia de Salud estableció que el aumento máximo que podrán aplicar las isapres al precio base de los planes de sus usuarios será de 7,6% en el próximo proceso de adecuación que se inicia en junio y termina en julio de 2023. Frente a eso, las críticas de la industria no se han hecho esperar, y hay quienes han cuestionado el modo en que se calculó el indicador.
Hay que recordar que antes eran las isapres las que definían cuánto subirían los precios de sus planes. Sin embargo, desde ahora lo hará la Superintendencia, poniendo un tope. Eso fue lo que estableció la nueva Ley 21.350, publicada en junio pasado, y esta fue la primera vez que el regulador calculó la variación de costos en el sistema y construyó un indicador, denominado Índice de Costos de la Salud (ICSA), que es referencial y vinculante para las aseguradoras.
El superintendente de Salud, Patricio Fernández, acá defiende el máximo establecido por el organismo y señala que “el indicador se calculó en base a lo que estableció la ley en su artículo transitorio, que decía que para este primer indicador se calcula un promedio de los últimos tres indicadores. Entonces, el objetivo y espíritu de esta ley no es necesariamente de un carácter retributivo de las pérdidas de las isapres, sino que lo que busca es dar mayor transparencia en la reajustabilidad de los planes de salud de las isapres”.
El superintendente también dice que “lo que hicimos como Superintendencia fue establecer un promedio ponderado, porque la ley lo permite, y refleja técnicamente de mejor forma la realidad de cada año que se promedia, y para eso hay documentos técnicos que respaldan la elaboración del índice, con algoritmos de cálculo, revisiones y también con cálculos que son certificados por el INE, por lo tanto, hay un respaldo técnico de lo que hizo la Superintendencia de Salud”.
Como durante los últimos dos años las isapres no han aplicado alzas en los precios de sus planes, manteniendo los valores de 2019, lo que en parte llevó a la industria a registrar en 2021 lo que calificaron como el peor resultado de su historia, con pérdidas por más de $ 137 mil millones, la citada ley estableció que en esta ocasión el proceso para fijar el guarismo sería distinto respecto de lo que ocurrirá con los futuros procesos.
Así, mediante un artículo transitorio la ley señala que en esta oportunidad el indicador se fijaría compuesto “por el promedio de los últimos tres indicadores calculados por la Superintendencia para los años 2020, 2021 y el calculado a marzo de 2022, el cual no podrá́ en ningún caso ser superior a la variación de la partida del Ministerio de Salud, correspondiente a la Ley de Presupuestos del Sector Público aprobada para el año 2022″.
Fernández agrega: “Yo entiendo la situación de las isapres, que no están en una situación financiera de lo mejor que han tenido, pero este indicador no va a solucionar ese problema, porque ese problema radica no sólo en la no reajustabiilidad de los planes, sino que también en otras situaciones que se han dado”.
Asimismo, sostiene que “la situación de las isapres es preocupante ya desde el año 2021, donde registraron pérdidas históricas, pero insisto en que no es la forma de solucionar definitivamente la situación compleja por la que atraviesan las isapres a través de una reajustabilidad de los planes de salud que se cargue exclusivamente a las personas”.
Sobre ello, comenta que “acá hay una estrategia, en general, que hay que asumir, que dice relación fundamentalmente con la contención de costos del sistema, es decir, acá están involucrados directamente los prestadores, porque los prestadores también reajustan los precios por prestaciones y eso impacta en las isapres; el sobreconsumo de prestaciones también es una realidad, y eso es algo que tienen que también contener. Por lo tanto, aquí hay una responsabilidad de todo el sistema privado en contener costos, y no pretender únicamente el traspaso directo a las personas a través del indicador de reajustabilidad”.
¿Y por qué se optó por un promedio ponderado y no simple? “Porque cuando uno hace un promedio simple, es ´simple´; es decir, que tomas tres indicadores los sumas y divides por tres, sin embargo, lo que se busca acá es reflejar de mejor forma la realidad (...) Si en el año 2020 tuvieron ganancias históricas, obviamente eso no podía tener un mismo peso relativo de otro año en el cual la situación no se mantuvo constante, sino que en el año en que tuvieron mayores ganancias fue precisamente porque la atención en salud se vio notoriamente disminuida, por lo que nosotros estimamos que, técnicamente, un promedio ponderado refleja mejor la realidad de lo que ocurre y la situación sanitaria del país”.
Así, el superintendente enfatiza que “el respaldo que tiene el indicador calculado por la Superintendencia tiene un sustento y fundamentos técnicos, y los documentos técnicos se encuentran disponibles. Las isapres, si tienen algún reparo respecto a cómo se ha formulado, tienen los mecanismos legales para hacerlo, pero nosotros estamos tranquilos, en el sentido que también se certifican nuestros cálculos por el INE”.
María Mercedes Jeria, jefa del Departamento de Estudios y Desarrollo de la Superintendencia de Salud, complementa: “Cuando hablas de promedio, es un término general que designa varios indicadores de tendencia central. Entonces, cuando hablas de promedio en estadística, puedes calcular una media aritmética, una media geométrica, una media armónica, etcétera”.
Al respecto, agrega que “el más usual o frecuente podría ser la media aritmética, pero eso no es una obligación (...) Lo que nosotros estamos diciendo aquí es que la situación financiera de las isapres correspondió a tres años muy disímiles, porque lo que nosotros estamos utilizando es una ponderación en función a las ganancias, las utilidades netas, y las ganancias netas informan sobre el desempeño de las isapres, y corresponden al beneficio final obtenido para el periodo, es decir, la cantidad de dinero que se queda para la isapres una vez que descuentas todos los gastos que realizas (...) Entonces, nosotros lo que decimos, es que en aquellos años donde las ganancias netas fueron más altas, esos años base vamos a ponderar menos”.
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