Álvaro Cámbara: Las cajas son sustentables si son "bien manejadas y de forma austera"
No todo se ve negro para la industria de cajas de compensación, esto luego de que La Araucana, la segunda mayor del mercado, cayera en default ante los bancos y los bonistas. Justamente en este escenario Caja 18 de Septiembre logró reestructurar sus pasivos a través de un crédito sindicado por $91 mil millones, tras lo cual se apresta a concretar su plan estratégico. Sin embargo, su gerente general, Álvaro Cámbara, reconoce que deberán hacer una serie de ajustes, pero también afirma que no se puede presionar a un sector que si bien representa el 11% de los créditos de consumo del país, significa un 90% de los préstamos a sectores de bajos ingresos.
Luego de la reestructuración con los bancos, ¿qué sigue?
Focalizarnos en lo esencial, es decir las prestaciones sociales obligatorias y las voluntarias. Además estamos terminando un proceso de eliminar todas las subsidiarias o empresas que colgaban de la caja, que eran cinco, entre ellas un instituto de capacitación, el instituto de salud, un club deportivo, etc. Filiales que nos desvían de nuestro foco y que han producido en general el problema en la industria.
¿Eso lo decidieron ustedes o los bancos lo exigieron?
Nuestro plan fue presentado al directorio en febrero y nuestra negociación con los bancos partió en mayo. Dentro de lo que presentamos estaba la focalización. Ahora, nosotros definimos seguir dando prestaciones de turismo o deportivas, pero para hacerlo no tienes que tener el vehículo, ahora lo estamos haciendo vía convenio con prestadores.
¿En la renegociación con los bancos se afectó la entrega de préstamos sociales?
No, pero bajamos el ritmo por otra razón, porque cambiamos el proceso de entrega de créditos, porque una de las cosas que hicimos cuando llegamos a la caja es traer expertos en retail financiero.
¿Tan mala era?
Fue para mejorar la originación, administración y cobranza. Teníamos indicadores de riesgo que no eran adecuados para un negocio sostenible a largo plazo, y esta industria está anclada al crédito social, porque es la única actividad que genera excedentes que le permiten a las cajas dar beneficios voluntarios - que no provee el Estado ni empleadores-, y las prestaciones obligatorias -pagos de licencia y cargas familiares-, son deficitarios, lo que se retribuye a la caja es un fracción del costo.
¿Cree que es una industria sustentable?
Totalmente, bien manejado y austeramente, y sin perder de foco que es una empresa sin fines de lucro, pero que eso no significa que no deban haber excedentes. Los necesitamos para cubrir lo que pagamos en bonos sociales, estímulos educacionales, salud; eso sale del excedente de la caja. Por eso que tenemos que ser muy cautos y enfocados en generarlos, sin ellos no podemos dar esos beneficios. Es una industria sustentable si se corrigen algunas imperfecciones que hace que hayan subsidios cruzados. Cuando se congelaron los precios - del aporte que hacen el empleador por los beneficios- en los 80 se dio la posibilidad de dar créditos para pagarlos, pero tenemos una Tasa Máxima Convencional que sigue bajando, por tanto el subsidio cruzado que sigue aumentando.
En términos regulatorios, ¿qué cambios son necesarios?
Creo que sería sano que se revisara el tema de este subsidio cruzado entre las prestaciones obligatorias, porque no es sano que haya tres servicios deficitarios. Lo otro es ver la manera en que se pueda restaurar el hecho de que se pueda descontar el crédito social de la indemnización. Tercero que cuando las empresas se cambian de caja, la caja que recibe a la empresa también se lleve los créditos.
Tras esta reestructuración, ¿cómo planean ampliar la diversificación de sus fuentes de financiamientos?
Nuestro objetivo es de aquí a dos años construir los indicadores financieros de una caja que permitan salir al mercado de deuda sin tener que seguir 100% a los bancos, probablemente efectos de comercios y bonos corporativos.
Dentro de esta crisis se ha hablado de fusionar la Caja La Araucanas, ¿ustedes estarían disponibles?
Nosotros no tenemos en nuestro plan estratégico asociarnos con nadie, distintos es que la Suseso (Superintendencia de Seguridad Social) llame y lo diga, tal como nos pasó con la Caja Javiera Carrera. A mí por lo menos no me han llamado.
En consideración a que son agentes crediticios, ¿les gustaría ser regulados por la Superintendencia de Bancos?
En la medida de que la supervisión crediticia esté en la Superintendencia de Bancos no le veo mayor problema, creo que al revés, nos ayudaría a salir antes a los mercados.
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