Hugo Caneo: "Es probable que institucionales sean los primeros en retirar fondos para evitar el contagio"




Al parecer el debate por avanzar en gobiernos corporativos robustos y que acompañen una positiva gestión de las sociedades anónimas recién está comenzando. Y es que el nuevo episodio registrado por BTG Pactual, luego de la detención en Brasil de su CEO y accionista mayoritario, ya comienza a establecer nuevos desafíos para las compañías que sitúan su reputación en el controlador, cuyo poder incluso alcanza el sillón más relevante en la administración de la firma.

¿Qué riesgos trae consigo la eventual pérdida de reputación de BTG Pactual?

El riesgo reputacional es especialmente sensible en todo el ámbito financiero. Las crisis económicas parten cuando se pierde la confianza y terminan cuando se recupera la confianza. Por eso es tan sensible el tema de reputación. En especial en el ámbito bancario, porque los negocios financieros son en base a la confianza. Uno de los activos fundamentales que tienen las entidades financieras es precisamente la confianza y la reputación.

¿Qué rol juegan los gobiernos corporativos en este tipo de casos?

El gobierno corporativo tiene que establecer mecanismos, controles, corta fuegos que básicamente resguarden, frente a situaciones que pueden ocurrir, como problemas con un cliente, la reputación de la entidad. En este caso, la situación es que el controlador de la empresa está enfrentando un problema que incluso comprometería su libertad personal. Dos socios asumieron las funciones que tenía el controlador, uno podría preguntarse por qué tenía dos posiciones ejecutivas dentro del grupo. Ahí es donde uno se plantea que el gobierno corporativo debería avanzar en ir despersonalizando a la empresa y convirtiéndola por sí mismo en una unidad de negocios.

¿Cuál es el riesgo de no despersonalizar a la empresa?

El problema básico es cuando personalizas una operación, porque pones en riesgo a la organización frente a lo que pueda ocurrir a esa persona. En cambio, si tuviese independencia y autonomía de una persona en específico, probablemente el banco no se habría visto afectado. Ahí está el peligro fundamental, por eso es importante tener directores que efectivamente administren la sociedad y no sólo el dueño. En general, cuando uno habla de las sociedades anónimas lo que estás diciendo es que la administración no está radicada en los accionistas sino en el directorio.

El debate por avanzar en gobiernos corporativos lleva años, pero aún ocurren episodios que denotan una débil organización.

Esto se va a seguir repitiendo. Más que el regulador, esto pasa por los mismos dueños. A veces las buenas prácticas de gobierno corporativo significan renunciar al poder y ello es difícil, sobre todo si fuiste quien levantó el negocio y ahora que se está teniendo éxito te plantean que debes incorporar personas que nunca participaron en el negocio. En instituciones de este calibre están expuestos macizamente a la opinión pública, sobre todo en un nicho donde los clientes son principalmente depositantes.

En ese sentido ya se han reportado el retiro de algunos clientes...

Es probable que los institucionales sean los primeros en retirar los fondos, porque quieren evitar el contagio de estar ahí. El regulador va a cuestionar cómo no se han preocupado, qué medidas han revisado. Entonces, se comienza a transformar en una situación de reputación y escrutinio público cada vez mayor. Una de las razones por la que no ha existido temor generalizado es básicamente porque tienes un sistema bancario muy sólido en Chile. La regulación bancaria en el país debe ser una de las más severas en el mundo.

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