La SNA sube a US$ 1.000 millones la estimación del impacto del último temporal en su sector
El presidente de la Sociedad Nacional de Agricultura, Antonio Walker, dijo que se debe "actuar rápido para no tener efectos en la producción de alimentos” . Entre las medidas que le solicitarán al gobierno está la creación de un Fogape para la agricultura, la postergación del pago de contribuciones y transferencias directas a los damnificados de las comunas rurales.
Está a la espera de que el Presidente Gabriel Boric los pueda recibir en La Moneda. Seguramente esa reunión se concretará la próxima semana. “Estamos contactados con el jefe de gabinete y se está viendo el día. Nosotros como SNA queremos llevarle nuestra propuesta. Queremos llevarle soluciones al gobierno”, afirma el presidente de la Sociedad Nacional de Agricultura, Antonio Walker, quien ha recorrido distintas localidades tras las lluvias de esta semana. De hecho, este viernes recorrió las comunas de Molina, Río Claro y Pelarco, entre otras.
El también exministro de Agricultura del segundo gobierno de Sebastián Piñera señala que el Ejecutivo debe mejorar la gestión y en especial la coordinación del trabajo entre los propios ministerios y con los alcaldes, quienes tiene mayor claridad de dónde están los principales problemas. En ese sentido, plantea que debe haber un mayor trabajo público-privado y que ellos están disponibles “para persuadir al mundo privado para que cooperemos con las soluciones para esta emergencia”.
¿Cómo ha visto la reacción del gobierno ante la emergencia por las fuertes lluvias?
-Lo primero que quiero decir es que este gobierno tiene un problema de gestión, y eso es evidente. Tenemos instrumentos que antes no teníamos para predecir eventos climáticos, especialmente eventos como el que acabamos de tener. Hay herramientas para pronosticar las lluvias, temperaturas y desastres naturales. Pero ocurrido este evento climático que deja pérdidas millonarias para el sector agrícola y en especial para las comunas rurales de Chile, desde las regiones de O’Higgins hasta el Biobío, debemos ponernos a trabajar. Hay que fijar metas claras para reconstruir la infraestructura hídrica, vial. En ir en ayuda de cientos de miles de damnificados que han sido afectados. Tenemos que hacer una alianza pública privada para trabajar en conjunto y levantar a la agricultura.
Cuando dice que hay más instrumentos para predecir fenómenos climáticos, ¿qué podría haber hecho en concreto este gobierno para una mayor prevención?
-Defensas fluviales, que es algo muy importante, pero no quiero politizar este tema. Lo que quiero decir es que el gobierno tiene problemas de gestión, pero lo puede solucionar haciendo una alianza público-privada, y acá lo más importante es la coordinación entre los ministerios de Obras Públicas, Desarrollo Social, Agricultura, Hacienda y Economía.
¿Y esa coordinación ve que ha faltado entre los distintos actores del gobierno y de las localidades?
-Lo principal es la coordinación con el alcalde, que es el actor principal que conoce las necesidades de las personas que habitan una determinada localidad. Eso es lo que ha faltado. Siento que como país no le hemos tomado el peso a esta situación por la que estamos atravesando.
La primera estimación que hizo de los daños en el sector agrícola era de US$600 millones. ¿Ahora con el mayor recorrido que ha hecho por las comunas afectadas, ese cálculo se mantiene o sube?
-En el primer frente de mal tiempo, el ministro de Hacienda habló de un impacto de US$740 millones. En el recorrido que estoy haciendo por las comunas rurales afectadas, nos encontramos que el problema en algunas zonas es al menos el doble de lo que fue el primer frente de mal tiempo. Por ello, estamos hablando de por lo menos US$1.000 millones, y eso no lo he visto relevado en la opinión pública. Este es el cuarto golpe que tiene la agricultura: tuvimos la sequía, incendios, las lluvias de junio y ahora este nuevo frente de mal tiempo. Nosotros calculamos como SNA unos US$1.000 millones al menos.
¿Qué daños mayores ha visto en su último recorrido por las zonas afectadas?
-En el recorrido que hemos hecho, y en reuniones con los alcaldes, ellos nos dicen que este frente de mal tiempo, dado que el suelo estaba saturado por el efecto climático anterior, el agua corrió con mucha velocidad. Además, teníamos nieve superficial que se transformó en agua. Fue un frente de mal tiempo con mucho barro, lodo. Hay un daño muy fuerte. En cada reunión que vamos teniendo con los alcaldes vemos que son superiores a los costos del primer frente de mal tiempo.
El Presidente Gabriel Boric tuvo reparos al rol de los privados con la disponibilidad de maquinarias...
-Para actuar tenemos que dejar la teoría a un lado y tenemos que actuar y para actuar, qué mejor que hacerlo de la mano del sector privado. No queremos hacer un punto político de cómo se ha manejado la gestión de este segundo frente de mal tiempo. Nosotros queremos colaborar. La Sociedad Nacional de Agricultura está disponible con todos sus agricultores para persuadir al mundo privado para que cooperemos con las soluciones para esta emergencia.
¿Quién ha sido el interlocutor que han tenido por parte del gobierno?
-Por nuestra actividad es el Ministerio de Agricultura, tenemos buen diálogo y conversación permanente.
¿Cómo evalúa el rol que ha tenido el ministro de Agricultura, Esteban Valenzuela?
-El ministro ha estado mucho en terreno. Es un muy buen político, es cercano, y creo que tiene clarísima la película, pero para que actúe depende de Hacienda, de Economía, de Desarrollo Social y Obras Públicas. Ahí ha faltado coordinación.
¿En la reunión que sostendrán con el Presidente llegarán con alguna propuesta y solicitudes concretas para ayudas?
-Nosotros tenemos un planteamiento concreto: lo primero es mejorar la coordinación; lo segundo son medidas de financiamiento ahora, de corto plazo, porque el agricultor no es sujeto de crédito en emergencias, créditos de largo plazo, con tasas blandas y garantías estatales como el Fogape o el Fondo de Garantía Estatal para la primera vivienda (Fogaes). Entonces tenemos ese reto para la agricultura, porque acá está en juego la alimentación, el riego, que la logística funcione. En septiembre tenemos que estar regando.
¿Plantearán también, por ejemplo, medidas como alivios tributarios postergaciones de las contribuciones o rebajas transitorias?
-Sí, creemos que el Estado tiene que actuar para que el privado pueda retomar su actividad, seguir generando empleo. Por ello, es una buena idea la postergación del pago de contribuciones, eso ayuda mucho. Lo mismo con el pago de impuestos, pero el financiamiento es lo más claro y urgente para ahora. Lo otro son transferencias directas a los damnificados de las comunas rurales.
Da énfasis a la necesidad de recuperar las obras de riego. ¿Cuál es el plazo final?
-Estamos ad portas de empezar la temporada de cosechas, y tenemos que empezar a regar en septiembre. Para eso se requiere de una inversión gigantesca en obras de maquinaria pesada, en reconstruir las compuertas, los canales, daño de filtros, riego intrapredial, mangueras, tableros eléctricos. Se han perdido muchos empleos también. Todo eso tiene que estar listo a mediados de septiembre.
En relación a los precios, el ministro de Agricultura dijo que podría haber colusión en el mercado de las papas y por ello presentó antecedentes ante la Fiscalía Nacional Económica. ¿Ve antecedentes que permitan decir eso?
-Nosotros no tenemos ningún antecedente de que haya ocurrido una colusión o temas de esa naturaleza. Están las instituciones que tienen que funcionar como la Fiscalía Nacional Económica. Están en su justo derecho de recurrir, pero nosotros no tenemos antecedentes. Lo que sí podemos decir es que, durante 5 a 7 años, la rentabilidad de la papa fue baja, y estuvo el precio en $500 a $700 durante mucho tiempo y con una rentabilidad baja. Por esta razón, durante la última temporada se sembró poca papa y el stock está bajo el histórico. Cuando hay menos oferta de un producto los precios suben y esa es la explicación que tenemos como SNA. Además, lo que también puedo decir es que la actividad agrícola es muy atomizada: hay 300 mil agricultores y el 92% de esos agricultores son pequeños y en especial con las hortalizas es muy atomizada. Eso va en favor de la libre competencia. Tener una acción conjunta es muy difícil.
Ahora bien, por estos efectos de las lluvias, ¿cuánto podrían subir los precios de las verduras y cuáles son las más afectadas?
-En el corto plazo creemos que el impacto en los precios será acotado. Pueden subir algunas hortalizas en particular y por ello llamamos a informarse de los precios y a cotizar antes de comprar. No obstante, tenemos que actuar rápido para no tener efectos en la producción de alimentos. Cuanto problema tengamos con la oferta de alimentos dependerá mucho de la gestión que hagamos ahora, especialmente para poner de pie a la agricultura y ahí la infraestructura hídrica es fundamental porque tiene que estar lista a mediados de septiembre y todo listo para fines de ese mes.
¿Podría haber problemas con las frutas y la producción para los próximos meses?
-Hay que regar árboles que ya empezaron a brotar y que están floreciendo. Pronto parte la temporada de riego de los cultivos tradicionales, las hortalizas, de las frutas frescas, de la viticultura. También vienen las siembras de semilleros, de cultivos tradicionales. Si no hay seguridad de riego la superficie sembrada baja.
¿Hay un impacto de la producción en la viticultura?
-Diría que las viñas están viviendo la crisis de rentabilidad más grande de los últimos 50 años. Eso es antes del temporal. Esto se debe a que se acumuló un stock de vinos en Chile y en el mundo. Están con una crisis de rentabilidad provocada por los bajos precios como no lo había tenido en 50 años. Y ahora se suma esto. Todavía falta para saber su impacto.
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