Argentina: una larga rehabilitación

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Pese a que Argentina crecerá menos de lo previsto y tendrá más inflación, el panorama no es completamente negro.


Cuando Mauricio Macri asumió la Presidencia, las expectativas sobre el giro que daría la economía de Argentina eran gigantescas, y con razón. Por supuesto, las medidas necesarias para seguir este nuevo rumbo iban a provocar efectos secundarios indeseados, propios de tratamientos para enfermos en pleno proceso de rehabilitación.

Ya es ultraconocido el descontento que han provocado estos remedios. Pese a que Argentina crecerá menos de lo previsto y tendrá más inflación, el panorama no es completamente negro. Por ejemplo, en mayo, los ingresos tributarios aumentaron en un 43,4% respecto de mayo del 2017, una mejora del 13% en términos reales. Un número sorprendente, ya que superó las proyecciones del mercado, especialmente considerando que el crecimiento económico en mayo seguramente fue exiguo dada la incertidumbre cambiaria y la sequía que redujo la cosecha de soja y maíz.

El escenario de mayo se ve reforzado con el incremento de 46,2% -o 14,7% en términos reales- de la recaudación proveniente del IVA, el impuesto que se correlaciona más con la actividad económica. Si excluimos este tributo recaudado en la aduana, los ingresos se incrementaron en 38,2% -o 8,4% real-, una cifra también superior a las expectativas basadas en las actuales circunstancias de Argentina.

En el caso de los ingresos por impuesto a la renta, estos aumentaron en 46,2%, impulsados probablemente por los ingresos por impuestos corporativos. En mayo, muchas compañías tuvieron que pagar sobre la base de las ganancias de 2017, y esto en comparación con una temporada mucho más débil de 2016 cuando la economía estaba en recesión.

En el medio de cierta turbulencia financiera y con perspectivas de bajo crecimiento (1,3% para 2018), la buena noticia es que con esta recaudación el déficit fiscal de mayo tendrá una caída significativa en términos reales y nominales.

Argentina es un país en rehabilitación y como tal es vulnerable a recaídas, y esta fue severa. Pero es importante ver que la situación económica está llena de tonos grises. Ni era tan buena cuando se convirtió en la niña mimada de los emergentes, ni es tan mala ahora que está bajo la lupa del mundo financiero.

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