Avanzando en transparencia fiscal y presupuestaria
No basta con sólo definir el nivel de gasto compatible con la meta cuando se presenta el Presupuesto. Es necesario acomodar la política fiscal a cambios en las variables macroeconómicas que no se ajustan cíclicamente, y por eso es clave actualizar periódicamente las proyecciones, tanto de gastos como de ingresos.
La Dirección de Presupuestos cuenta con dos publicaciones al año en las que actualiza los escenarios macroeconómicos, y balances efectivos y estructurales del Gobierno Central; El Informe de Finanzas Públicas (IFP), que actualiza las proyecciones fiscales del año en curso y presenta el proyecto de ley de Presupuestos para el año siguiente. Y, por otro lado, el Informe de Evaluación de la Gestión Financiera (IEGF), que presenta la evaluación de la gestión financiera del sector público del año anterior y la actualización de proyecciones año en curso.
Dado que el IEGF se publica a mitad de cada año, tiene la desventaja de mostrar información bastante desfasada, tanto respecto del cierre del año anterior, como de la actualización de proyecciones del año en curso. El cumplimiento de la política fiscal requiere un monitoreo permanente de los gastos devengados, ejecutados y comprometidos, y de los ingresos efectivos, que varían con las condiciones macroeconómicas y el contexto global. Esto obliga a realizar ajustes continuos a la política fiscal para cumplir con la meta de balance estructural definida. No basta con sólo definir el nivel de gasto compatible con la meta cuando se presenta el Presupuesto. Es necesario acomodar la política fiscal a cambios en las variables macroeconómicas que no se ajustan cíclicamente, y por eso es clave actualizar periódicamente las proyecciones, tanto de gastos como de ingresos.
Es por esto que la nueva serie de IFP, que desde ahora se publicará con frecuencia trimestral, representa un claro avance en transparencia fiscal y presupuestaria. Esta publicación reemplazará al IEGF, pero su contenido estará integrado en el primer número del año de cada IFP.
Adicionalmente, por primera vez se incorporará la evolución y proyecciones de la Deuda Bruta del Gobierno Central para un período de 4 años. Tal como lo señala el FMI, este indicador constituye un stock ancla para evaluar la sustentabilidad fiscal de mediano plazo del país, por lo que se podrá transparentar de mejor manera el estado y proyecciones de las finanzas públicas.
Dado que en años recientes la política fiscal ha estado expuesta a una serie de desbalances que ha llevado al país a empeorar sus indicadores de balance estructural y efectivo, y a duplicar la deuda bruta como porcentaje del PIB en un período de cuatro años, es clave que la ciudadanía tenga más información respecto de las acciones y responsabilidades del gobierno de turno en el manejo de los recursos de todos los chilenos.
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