Banco Central advierte por situación financiera de hogares de menores ingresos y del sector inmobiliario
“El mercado financiero chileno se ha visto afectado por las tendencias globales, donde resalta la mayor volatilidad del peso y las tasas de interés de largo plazo respecto de su comportamiento histórico", dijo el instituto emisor en su Informe de Estabilidad Financiera. En cuanto a los sectores inmobiliario y de la construcción, si bien indicó que sus problemas por ahora no tienen efecto sistémico, advirtió que "están altamente interconectados con el resto de la economía (...), por lo que mayores deterioros podrían redundar en una retroalimentación negativa hacia la actividad a través de menor inversión, y hacia el sector financiero mediante mayor riesgo de crédito de personas y empresas”.
El Banco Central sostuvo que el empeoramiento del escenario internacional se ha convertido en la principal fuente de riesgos para la estabilidad financiera global, ya que durante los últimos meses se ha observado un aumento importante de la aversión al riesgo en los mercados mundiales, en medio de ajustes de las políticas monetarias, la evolución de la guerra entre Ucrania y Rusia, la mayor debilidad de la economía china y ciertas tensiones financieras en Europa.
En su Informe de Estabilidad Financiera (IEF) del segundo semestre presentado este miércoles, el instituto emisor señaló que “el mercado financiero chileno se ha visto afectado por las tendencias globales, donde resalta la mayor volatilidad del peso y las tasas de interés de largo plazo respecto de su comportamiento histórico. Esto es reflejo de un mercado de capitales menos profundo, lo que reduce la capacidad de la economía para acomodar presiones financieras externas”.
Agregó que “la evaluación de la situación financiera de hogares, empresas y banca apunta a que no existirían fuentes de vulnerabilidad sistémicas, aunque resaltan algunos focos de preocupación en hogares de menores ingresos y en empresas de los sectores inmobiliario y de la construcción”.
Deuda de los hogares
En su informe el instituto emisor recordó que desde el IEF anterior el escenario macrofinanciero se ha deteriorado. “El mercado laboral ha ralentizado su proceso de recuperación, las condiciones financieras se han vuelto más restrictivas y las perspectivas de crecimiento se redujeron. La situación financiera de los hogares se ha estrechado producto de un mercado laboral menos dinámico y una liquidez que ha continuado reduciéndose”, indicó.
A esto, señaló, se suma la caída de los salarios reales producto de la inflación, mientras que hacia 2023, las perspectivas de actividad apuntan a una caída del PIB, con un consumo que también descenderá, en un contexto de ajuste de los desbalances acumulados en 2021.
En esa línea, apuntó que “la morosidad permanece en niveles acotados, aunque hay señales de deterioro, principalmente en la cartera de consumo. En este contexto, la banca ha acumulado provisiones suficientes para cubrir este mayor riesgo de incumplimiento de los deudores”.
Así confirmó que la deuda de los hogares continúa su desaceleración, en línea con condiciones de oferta más restrictivas y una demanda debilitada. Con todo, al segundo trimestre de este año la deuda no hipotecaria presentó una leve recuperación impulsada por el crédito de oferentes no bancarios.
En específico, este crecimiento resulta del mayor uso de créditos rotativos, compensado en parte por una caída de los créditos en cuotas. Asimismo, la deuda hipotecaria continúa desacelerándose en términos reales, explicada en el margen por una salida neta de deudores, en un contexto de mayores tasas de interés y endurecimiento de los estándares de crédito, sostiene el documento.
Sin embargo, indica que la situación financiera de los hogares presenta alta heterogeneidad. De esta forma, mientras los de menores ingresos han reducido su liquidez e incrementado el uso de rotativos, los de mayores ingresos aumentaron su apalancamiento.
El endeudamiento y carga financiera de los hogares se han mantenido relativamente estables. Así, la razón de deuda a ingreso mensual se ubica en 3,9 veces para el hogar mediano a agosto del 2022. En los hogares de menores ingresos, esta asciende a 3,4 y está compuesta principalmente por deudas de consumo, mientras que entre hogares de ingresos altos esta se ubica en 16,8 veces, donde destaca una mayor proporción de deuda hipotecaria. Respecto a la carga financiera, esta se ubica en torno a 22% del ingreso mensual de ambos grupos.
Respecto de los préstamos para la vivienda, el ente rector precisa que “en Informes anteriores se ha destacado la vulnerabilidad asociada al financiamiento hipotecario con tasas mixtas o variables (IEF Primer Semestre 2021), debido a la mayor exposición a riesgo de tasas al expirar el componente fijo. Sin embargo, desde el Informe anterior, se ha observado una disminución de este tipo de préstamos en el flujo de créditos hipotecarios”. Así, el 74% de los nuevos créditos, para el mes de julio, se otorgaron a tasa fija, versus el 39% del último mes de 2021.
Empresas
En cuanto a las empresas, el IEF señala que exhiben una situación financiera estable a nivel agregado, con impago moderado y focos de vulnerabilidad que se concentran en los grupos más afectados por la pandemia y sus secuelas.
Al respecto dice que al segundo trimestre de 2022, el endeudamiento agregado de las empresas alcanzó 119% del PIB, similar a lo registrado a fines del año previo y menor al máximo alcanzado hacia el inicio de la pandemia.
Las empresas, afirma el informe, profundizaron su tendencia a la baja en el flujo de inversión y mostraron una reducción de la liquidez, y en este contexto de menores holguras financieras “se han registrado episodios de insolvencia en los sectores inmobiliario y de la construcción, mientras que algunas empresas reguladas en el sector salud presentan indicadores de liquidez ajustados”.
Precisa que “la dificultades financieras de los sectores inmobiliario y de la construcción han conllevado una especial preocupación en esta coyuntura. Estas empresas han experimentado aumentos relevantes de costos, lo que sumado a una menor actividad ha comprimido sus márgenes y deteriorado su capacidad de pago.”
En ese sentido, recuerda que se han producido episodios de insolvencia y reorganización de empresas del sector. Sin embargo, asevera que las medidas prudenciales que se han construido a lo largo de los años, junto a un otorgamiento prudente de créditos, han permitido a la banca acomodar de manera apropiada la incubación de riesgos relacionados a este rubro.
Pero de todos modos advierte que “el sector inmobiliario y el de la construcción están altamente interconectados con el resto de la economía vía canales reales y financieros, por lo que mayores deterioros podrían redundar en una retroalimentación negativa hacia la actividad a través de menor inversión, y hacia el sector financiero mediante mayor riesgo de crédito de personas y empresas”.
De hecho, la entidad detalla que dicho sector representa el 14% del PIB y el 10% del empleo nacional. “A su vez, la deuda de las empresas del sector representa cerca del 28% de la deuda comercial, mientras el crédito hipotecario alcanza un 30% del PIB”, concluye el IEF.
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