Bares y restaurantes reabren con alta expectativa y esperan que la apertura sea definitiva
Este martes, distintas comunas de la Región Metropolitana entraron a Fase 2, lo que permite la operación, de lunes a viernes, de bares y restaurantes. Muy golpeados por la pandemia, locatarios esperan que ahora sí sea una apertura definitiva. Varios coinciden en que el toque de queda es un problema grande para el sector.
Con la esperanza de que esta vez la apertura sea definitiva, centenares de locatarios de bares y restaurantes volvieron a abrir sus puertas a público este martes. Se mantuvieron operando con delivery durante este tiempo, pero pese a que los servicios de despacho a domicilio han ayudado fuertemente a mantener un nivel de ingresos, estos no son todavía suficientes, pues el grueso de las ventas se genera de manera presencial.
A esto se suma que muchos dueños de locales han sido reticentes a sumarse a esta modalidad de venta, pues algunos de ellos creen que, al no tener el control de la cadena de despacho, pueden perder calidad.
Durante los últimos 16 meses -desde que se detectó el primer caso de Covid-19 en Santiago y se declaró Estado de Emergencia- el sector se ha mantenido como ha podido. Acusan que la legislación los obliga a seguir pagando imposiciones a trabajadores que, técnicamente, ya no están prestándoles servicios en muchos casos.
Y mientras en Europa y otras zonas se levantan restricciones e incluso se deja de exigir el uso de mascarillas en lugares públicos, en Chile eso todavía no ocurre, pese a los avances en el plan de vacunación. Empresarios del sector gastronómico miran esas imágenes con la esperanza de que, pronto, sea vea eso en el país.
Pero por ahora, todo sigue muy complejo. Y aunque muchos emprendedores resistieron, algunos ya no pueden hacerlo más y se vieron obligados a cerrar.
“La situación en las últimas semanas ha sido catastrófica. Nuestra gente, nuestros trabajadores, han recibido un impacto tremendo. Los garzones dejan de recibir sus propinas, nosotros seguimos pagando imposiciones, lo hacemos con mucho gusto, pero esas personas no están trabajando para nosotros. Resulta un contrasentido que el gobierno no nos apoye en estas circunstancias”, acusa el director de la Camara de Comercio de Providencia, Bernardo Sauvalle.
Regis Pla, socio del restaurante Docetrece, en calle Tobalaba, cuenta que, en su caso, las últimas semanas han sido similares a los anteriores “lockdowns”, sin poder atender, sin ingresos y pagando facturas de proveedores, arriendos y todos los costos fijos. “Haciendo todo lo posible por cuidar hasta el ultimo peso”, confiesa.
“Me ha tocado ver en este rubro con cada lockdown, decenas de negocios del rubro gastronomico que van desapareciendo en cada uno de ellos y es que los cierres, deudas, restricciones horarias, foros reducidos y dias restringidos, para muchos ha significado no poder adaptar su operacion, o simplemente no tienen suficiente espacio de terraza, o han contraído un nivel de deuda cuyos ingresos inestables han sido insuficientes para poder seguir sosteniendo el negocio en un escenario incierto por lo demas”, confiesa Pla. “En nuestro caso, ha sido muy difícil, pero hemos logrado sobrevivir con un esfuerzo y compromiso compartido, tanto de todo el equipo DoceTrece como tambien de los clientes quienes nos visitan”, complementa.
Denis Cabezas, socio de Bar Imperial, en Maipú -comuna que permanece, por ahora, en Fase 1- también cuenta que las últimas semanas han sido muy complicadas.
“La situación de las últimas semanas ha sido muy difícil, porque en la comuna en que estamos la cuarentena ha sido muy larga. Tenemos cerca de un mes cerrado y hemos tratado de resistir con el delivery, con la venta de growlers, que nos ha salvado entre comillas, porque nos ha permitido mantenernos, pagar arriendo y hemos tratado de conservar a la gente, ayudarla. Ha sido muy complejo”, sostiene.
Pese a ello, sus expectativas sobre reapertura son altas. “Estamos muy ansiosos de que se pueda abrir y definitivamente, siempre considerando todas las medidas sanitarias y el cuidado en pandemia. Pero necesitamos que se abra urgente, para poder seguir con loos negocios. Hemos resistido bastante y ha sido muy difícil. Esperamos que la reapertura sea definitiva, pues la mayoría de la población está con vacunas. Esperamos que ya comience a disminuir la pandemia”, enfatiza. Bar Imperial, además, tiene su propia cervecería en la comuna de Cerrillos, cuyas ventas también han bajado pues se orientan precisamente a abastecer al bar.
Flexibilización del toque de queda
Para el negocio gastronómico, uno de los temas que más les complica para operar es el toque de queda. Ello les limita el horario de operación, pero no solo que tengan que cerrar a esa hora: dado que algunos trabajadores viven lejos, se debe cerrar la cocina, ordenar y preparar el lugar para la jornada siguiente, el cierre debe producirse un par de horas antes, afectando el flujo de público.
La fase 2, además, solo les permite operar de lunes a viernes, siendo que sábado y domingo suelen ser los días de mayores visitas de público.
“Sobre nuestros hombros pesan no solo nuestras familias, sino que nuestro compromiso y responsabilidad con todas las familias de nuestro equipo quienes nos han acompañado en todas, con quienes hemos celebrado y sufrido juntos. En DoceTrece tenemos la suerte de tener ya 12 años consolidados y por esto, cuando hemos podido abrir, estamos llenos según la nueva capacidad de aforo, con lista de espera incluso, pero con el horario impuesto y sin los fines de semana... es prácticamente imposible lograr números azules a fin de mes”, refuerza la idea Regis Pla, de Docetrece.
Bernardo Sauvalle, quien además es socio de Mondo Lounge, también cree que es importante el factor de los horarios y cierres los fines de semana. Dice: “Al ser emprendedores somos optimistas. La mejor expectativa es que la gente salga, que confíe en que la pandemia va a la baja. Pero esperamos que nos dejen trabajar. Nosotros no pedimos créditos, ayudas del Estado. Lo único que necesitamos es vender”.
“Lo que esperamos realmente como apoyo de la autoridad, primero, el toque de queda. Realmente es injustificado que el toque de queda sea a las 22:00 horas. Nosotros creemos que mínimo debiera ser a las 00:00, para poder dar trabajo, contratar gente, poder vender. En bares, restaurantes, cafeterías, la gente va después de su trabajo, salen a las seis, siete, llegan y resulta que a las ocho de la noche ya tenemos que cerrar, porque el Metro cierra a las 9 de la noche. El toque de queda nos ha llevado a abrir, pero vender poco, porque los clientes llegan y se tienen que ir”, complementa Sauvalle.
Denis Cabezas, de Bar Imperial, cierra: “Se ha hablado de que el gobierno nos pueda dar un aporte a las pymes, y hay concursos Sercotec y Corfo. Creemos que esas ayudas podrían ser más ágiles y que lleguen a la gente, que es lo que más necesitamos, para sobrevivir y mantenernos a flote”.
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