Tras más de dos décadas de conservación, 60 cocodrilos siameses en estado salvaje nacieron el mes pasado en Camboya. Se trata de la población más numerosa de esa especie –que alguna vez estuvo al borde de la extinción- que ha nacido en este siglo, según dio cuenta un reportaje del diario estadounidense The New York Times.

El director nacional del programa de Fauna y Flora de Camboya, Pablo Sinovas, declaró al citado medio que “el hecho de que hayamos podido ayudar a estos cocodrilos a recuperarse y presenciar este evento de reproducción histórico es muy significativo”.

A inicios de los 90, los cocodrilos siameses se calificaron como casi extintos. A pesar de que las poblaciones cautivas vivían en zoológicos y granjas, sus pieles usadas en la industria de la moda los convirtieron en blanco de la caza furtiva, lo cual, junto a la degradación de su habitat, arrasó con su población.

En el año 2000 se registró una pequeña población de estos reptiles en las alejadas montañas Cardamomo, al sur de la India. El pueblo indígena Chorng protegió a los cocodrilos, que consideraban sagrados, durante generaciones.

De acuerdo con los expertos, esta especie es de menor tamaño y no tan agresiva como su pariente, el cocodrilo de agua salada, y no hay registros de ataques a seres humanos, incluyendo adultos y niños que suelen lavar su ropa y nadar en los ríos habitados por los cocodrilos.

En ese contexto, durante las últimas dos décadas Fauna y Flora, en colaboración con agencias gubernamentales y comunidades locales, ha trabajado para formalizar la protección de especies mediante un programa que proporciona una paga modestia además de ropa de trabajo, dispositivos GPS y transporte como Karyaks y motos.

Es fundamental que los integrantes de la comunidad protejan los espacios, aseguró el director nacional del organismo, Pablo Sinovas, quien dijo que “en lugar de que un grupo venga de afuera, estamos apoyando lo que ya está allí”. De acuerdo el último recuento, en Camboya quedan 250 cocodrilos adultos, y entre 500 y mil en estado salvaje, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.

Evitar que la especie desaparezca es un proceso lento y, bajo el criterio de la citada organización, el cocodrilo siamés continúa en peligro de extinción. Por ello, los especialistas en la materia sostienen que esperan que los esfuerzos para salvar a la mayor población de animales en Camboya puedan servir de ejemplo para grupos más pequeños que han sido encontrados en Laos y Borneo.

Un hito ocurrió en relación con la cría en cautiverio: en primavera se liberaron cocodrilos siameses criados en cautiverio más grande de la que existen registros, con 50 ejemplares jóvenes que viven en las montañas Cardamomo. En la próxima década, estos ejemplares y la nueva camada de crías alcanzarán la madurez sexual. Después, los científicos esperan entender mejor sus posibilidades de sobrevivencia.

Cocodrilos que, con la protección adecuada, podrían recuperarse. Es lo que afirmó la gerente de animales de sangre fría del zoológico británico de Chester, Iri Gill, quien señaló que se trata de “animales muy resistentes”.