Capitalización individual queda fuera de la reforma de pensiones de Brasil

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Con esta y otras modificaciones, se logró pactar con la oposición un proyecto que resguarda el nivel de ahorro que se busca para el Estado, lo que allana el camino para su aprobación.


En el marco de la reforma de pensiones de Brasil, Paulo Guedes, el "Chicago boy" que lidera el equipo económico de Jair Bolsonaro, pretendía abrir la puerta para la capitalización individual, avanzando a un modelo similar al chileno. De conseguirlo, se discutirían los detalles del sistema en un segundo proyecto de ley simple y no uno de orden constitucional como el que se discute actualmente en el Congreso. Sin embargo, ayer la idea quedó descartada tras los cambios que se aplicaron a la iniciativa en la comisión especial de la cámara de diputados, por los cuales presionó la oposición. Pero esta pérdida permitió lograr un acuerdo con la oposición para destrabar el proyecto. Esto no es menor, pues el proyecto es clave para las expectativas económicas del país.

"Consideramos que no es el modelo más adecuado para un país cuyos trabajadores tienen bajos ingresos, además de tener un elevado costo de transición", señaló ayer Samuel Moreira, diputado oficialista y relator de la reforma de pensiones, es decir, el encargado de redactar los cambios a la iniciativa.

Medios brasileños consignaron que la administración de Bolsonaro, entre ellos el citado ministro de Economía, intentaron defender la capitalización hasta el último momento. Sin embargo, no encontraron mucho espacio de negociación. "Este punto fue muy atacado por la oposición porque es muy grave. Felizmente fue retirado", indicó Alessandro Molon, líder del sector contrario al gobierno en la cámara baja.

"No puedo decir que (Guedes) está satisfecho, pero la democracia es así", admitía por su parte Rodrigo Maia, presidente de la Cámara de Diputados, reconociendo además que todavía no hay "un consenso sobre el tema de la capitalización, no parece maduro".

Alto ahorro

En ese marco, Rodrigo Maia, diputado oficialista, destacó que "es más importante tener una ahorro cercano al billón de reales, que tener un ahorro menor y capitalización".

En efecto, aunque también se descartaron los cambios a las pensiones rurales, de personas enfermas y los relativos al abono salarial, complemento del sueldo para personas que ganan menos de dos sueldos mínimos, el gobierno logró salvaguardar la reducción de 1.130 billones de reales (US$293 millones) en gastos del Estado a 10 años.

"Se debilita la reforma, pero dentro de las expectativas", sostiene a Pulso Thomaz Favaro, analista de Control Risk, agregando que "los puntos que se sacaron de la propuesta eran bastante controvertidos. Tocaban a los más pobres y se sabía que recibirían un fuerte rechazo". Según sus estimaciones, la comisión especial aprobará la iniciativa a fines de este mes, mientras que tras el receso de julio se discutirá en el pleno de la Cámara.

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