Es un negocio potencial entre dos empresas estatales, pero que para las partes tiene sentido estratégico: Codelco ofreció adquirir el 10% que Enami tiene en la minera Quebrada Blanca, un yacimiento de cobre ubicado en la Región de Tarapacá, que le permitiría a la cuprífera ampliar su presencia en el mercado del cobre y a Enami, mejorar sus balances financieros y financiar en parte una nueva fundición.
Enami tiene un 10% de Quebrada Blanca, un porcentaje pequeño y minoritario, pero que tiene un atributo que ningún otro socio tiene: no es diluible. Es decir, aunque se realicen aumentos de capital que sean suscritos por sus otros accionistas, la estatal mantendrá inalterable ese 10%. Además, ese 10%, constituido en acciones serie B, otorgan a Enami un derecho a recibir un dividendo preferente.
Esa participación minoritaria interesa a Codelco, que ha manifestado a Enami su deseo de comprar el 10% de la compañía. Según personas que conocen las negociaciones, Codelco encomendó una valorización del porcentaje de Quebrada Blanca a un banco de inversiones y formuló una propuesta de compra a Enami por un monto cercano a los US$ 500 millones.
Enami, aquejada por abultadas deudas y resultados financieros deficitarios, estaría analizando la oferta. Enami anotó pérdidas por US$ 200 millones en 2023, más del doble que los US$ 78 millones de mermas del año previo. “No podemos entregar información al respecto porque está bajo cláusula de confidencialidad”, respondió Enami a Pulso.
En los estados financieros correspondientes al 2023, Enami señala que el valor razonable de su inversión en Quebrada Blanca alcanzaba a US$323 millones.
Para Codelco, que también atraviesa por un período de estrechez financiera, la operación tendría el sentido de expandir sus operaciones de cobre -aunque en una posición no controladora- y elevar marginalmente su producción atribuida. Más relevante aún, la asocia con otro gran actor minero global: la canadiense Teck, controladora del 60% de Quebrada Blanca.
Codelco tiene otras historias de alianzas con actores privados: es socia de Freeport-McMoran en El Abra, donde la chilena tiene el 49%, y de Anglo American en Anglo American Sur, que opera los yacimientos Los Bronces y El Soldado y la fundición Chagres. Ahí, Codelco tiene el 20%. A fines de 2023, Codelco sumó otro pacto, con Rio Tinto, en Agua de la Falda S.A., empresa que desarrollará un proyecto de cobre en la Región de Atacama y en la que Codelco tiene el 42,26%. A todo ello se agrega otro joint venture, pero ya no en el cobre: la asociación con SQM para explotar el mayor yacimiento de litio del mundo, el salar de Atacama, a partir de 2025, pero donde Codelco tendrá el control recién a partir de 2031.
Para este reportaje, Codelco no quiso hacer declaraciones.
El ex vicepresidente ejecutivo de Enami, Jaime Pérez de Arce, dijo desconocer la existencia de esas negociaciones, pero recordó a Pulso que en su período, que terminó en agosto de 2023, él planteó la alternativa de la venta del 10% de Quebrada Blanca, pero a través de una licitación pública e internacional, y no mediante un trato directo, y con el objetivo de financiar una nueva fundición para promover su misión. Además, indicó que entonces existía acuerdo con los sindicatos para la venta de esa participación. Pérez de Arce no alcanzó a tener respuesta por su propuesta: en agosto fue removido del cargo junto a la entonces ministra de Minería, Marcela Hernando, y el subsecretario Willy Kracht, con quien el ejecutivo había tenido diferencias. En lugar de Pérez de Arce asumió el geólogo Iván Mlynarz.
Qué es Quebrada Blanca
Ubicado a 4.400 metros sobre el nivel del mar y a 240 kilómetros al este de Iquique, en la Región de Tarapacá, Quebrada Blanca es un proyecto a rajo abierto que inició su producción en 1994, tras el desarrollo de Enami a finales de la década de 1980, cuyo plan minero contempló un horizonte de 14 años.
Su construcción se llevó a cabo entre 1992 y 1994, y Teck, la minera canadiense que hoy controla la operación, entró a la propiedad en 2007, cuando esta promediaba producciones anuales de casi 80 mil toneladas de cobre fino. En ese entonces, Teck tenía el 76,5% de participación e Inversiones Mineras S.A. otro 13,5%. Enami desde entonces mantiene un 10%.
Entre 2003 y 2009, el yacimiento promedió 82 mil toneladas anuales, pero luego ese promedio bajó a 46 mil toneladas en la siguiente década.
En 2014, Teck ingresó el primer proyecto para darle continuidad operacional al yaciemiento, denominado Quebrada Blanca 1 (QB1), que prolongaba la operación en aproximadamente seis años más. La firma obtuvo la Resolución de Calificación Ambiental (RCA) en 2016 y ese mismo año desarrolló el proyecto de expansión Quebrada Blanca Fase 2 (QB2) para prolongar la vida útil de la mina en 25 años más.
En 2018, se aprobó el Estudio de Impacto Ambiental de QB2 y en 2019 ingresaron las empresas niponas Sumitomo Metal Mining y Sumitomo Corporation. Así, la propiedad quedó conformada entre Teck (60%), Sumitomo Metal Mining Co., Ltd.–Sumitomo Corporation (30%) y Enami (10%).
Actualmente, Quebrada Blanca es uno de los principales yacimientos de cobre en Chile. En los primeros cuatro meses del año acumula 58 mil toneladas de cobre fino, último dato disponible en en el boletín mensual electrónico de Cochilco, marcando un alza de 2.200% en comparación con el mismo período de 2023. La sideral diferencia está marcada por la entrada en operaciones de la fase 2 del proyecto, en octubre de 2023, con el cual apunta a alcanzar un ritmo anual de 320 mil toneladas.