Columna de Francisco Garcés: Tecnología para comunas inteligentes

Las proyecciones para las grandes ciudades indican que la tendencia de sobrepoblación seguirá al alza. De hecho, según datos de Naciones Unidas, al 2050 el 70% de las personas se concentrarán en las grandes urbes. ¿Qué nos plantea este escenario? Sin duda, debemos buscar soluciones a los problemas propios del desarrollo urbano, generando alianzas público- privadas y académicas para desarrollar tecnologías que nos permitan generar mayor calidad de vida para las personas que habitamos las ciudades.

Una clave para responder a este desafío tiene que ver con la tecnología y la capacidad de aprovechar las herramientas que empezamos a tener disponibles como 5G, la inteligencia artificial, el internet de las cosas, entre otros, para desarrollar soluciones que faciliten y mejoren la calidad de vida de las personas, poniendo sus necesidades en el centro del desarrollo. Elementos como estos son parte de lo que el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) define como “ciudad inteligente” y es, por estos días, el objetivo que la mayoría de los países busca abordar en sus ciudades más aglomeradas.

Es en este contexto que desde el Lab Claro-Centro de Innovación UC 5G y Sé Santiago, trabajamos para impulsar el desarrollo de ciudades inteligentes desde los municipios que son, sin duda, la autoridad más cercana a las personas no solo a nivel territorial, sino que a la hora de entender cuáles son los desafíos comunitarios. A través de esta alianza mancomunada buscamos acercar diversas soluciones que pueden resolver necesidades y contribuir con el bienestar de sus vecinos.

¿El objetivo? identificar problemas actuales y futuros para darles solución. Así, por ejemplo, surgió Smert. Sus creadores -ambos bomberos- advirtieron que cada vez que llegaban a edificios como centros comerciales o departamentos perdían mucho tiempo en evaluar la estructura del recinto o cuáles eran las vías alternativas de ingreso. Así, crearon un sistema que a través de un código QR disponibiliza al equipo de emergencia en solo segundos los planos de la construcción, ahorrando tiempo, facilitando la labor de los rescatistas y permitiendo minimizar la pérdida de vidas humanas y bienes materiales.

Otro aspecto clave es pensar en las personas mayores que, de acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) no solo han aumentado, sino que se proyecta que en 2050 alcanzará el 32,1% de la población total (muy relevante si consideramos que en 1992 equivalían al 9,5% y en 2022 al 18,1%). Pensando en ellos surgió Switch, un botón de pánico como los que conocemos en los recintos de salud para llamar a las enfermeras, pero con una innovación: utiliza GPS y tecnología móvil para poder llamar sin importar el lugar en que esté. Con este botón se puede alertar a paramédicos ante una emergencia, pero incluso ya lo están probando fuera del área médica, por ejemplo, para casos de violencia intrafamiliar.

Si bien ya hemos visto señales para avanzar en esta línea, aún es necesario profundizar los pasos que damos y que, como empresas tecnológicas, academia y gobierno, sumemos cada vez más fuerzas para adelantarnos a nuevas problemáticas de seguridad, transporte y otras áreas que nos permitan acercarnos al objetivo de transformar nuestros espacios, comunas y ciudades en inteligentes, siempre teniendo como eje central mejorar la calidad de vida de las personas.

Sin duda, poco a poco estamos siendo testigos de la senda que están tomando las ciudades, donde la tecnología tiene un rol fundamental para mejorar la calidad de vida y que debemos seguir fomentando de la mano de las alianzas público-privadas. Pensemos en ciudades inteligentes, cómo potenciarlas, qué aplicar y producir, así podremos dar mayor bienestar a la ciudadanía y posicionarnos como líder en materia de smart cities.