Columna de Gonzalo Restini: El alambique de Súper Mario
"Manejar el enorme conflicto de intereses del Alambique y El Ente en manos estatales debiese ser uno de los principales cambios a la Reforma. Nuestro Súper Mario, en su fuero íntimo, lo sabe. Tendrá que lidiar con el fuego amigo de quienes ven en esta Reforma como un paso intermedio".
“Primero te haces de la plata. Después te haces del poder”: Súper Mario, personaje de Nintendo
El ministro Mario Marcel es nuestro Súper Mario. Lo de Súper está muy bien ganado. Serio, profesional, conocedor del mundo financiero. El mejor Banquero Central del Mundo 2021. Qué más se puede pedir. “Si no estuviera”, todos dicen entre dientes “quizás dónde estaríamos…” No tiene la chispa ni el bigote del de Nintendo, pero hasta eso se agradece. Es un ancla de madurez, sobriedad y realismo en un gobierno de primerizos.
El ministro ha presentado un proyecto de Pensiones que tiene mucho de Hoja en Blanco. “Todo de nuevo y ahí vemos”. Ya sabemos cómo termina eso... Una de las grandes innovaciones es la responsabilidad del Estado recaudar todas (todas!) las platas previsionales a través de un “IPS reforzado”. Parece que nuestro Mario se ha puesto la jardinera azul, decidido emular a su homónimo digital, de profesión “fontanero” (en chileno, gásfiter, una mala traducción del inglés, “Gas-Fitter”). Si uno dibujara la Propuesta, el esquema de flujos parecería un gigantesco Alambique. Un humeante aparato destilador, en que las platas pasan alegre y livianamente por cañerías que silban y se tuercen caprichosamente. Van del IPS (que contrataría, a su vez, a una empresa privada para esos efectos) al Ente. De ahí el 6% se bifurca en un Fondo individual y otro solidario. El 10,5% va a unas AFP enchuladas o al Ente, según su preferencia. Pasan los años y se junta todo para pagar pensiones. Hay sorpresivos codos y chorreantes manómetros que miden fugas, pañitos y huincha aisladora, colocados con esmero para evitarlas. Una vaporosa y sonora sinfonía, manejada por el Alquimista Mayor: El Estado. Mediante misteriosos pases de magia (rentabilidades nocionales, cálculos actuariales, paramétricos y otros algoritmos inexplicables), va transformando las platas, que aspira entusiasmado por medio de bombas conectadas a 12 millones de cuentas. Por décadas. Hasta ese momento final, en que el preciado líquido ámbar fluye por la última llavecita y cae… dorado, hasta el vaso de su sediento destinatario: el pensionado.
El Alambique es innecesario y, eventualmente, riesgoso. Además de caro, complicado de armar y administrar, genera un potencial y enorme conflicto de interés. El Estado, a través del “IPS reforzado”, manejará todo el flujo de recursos. Y tal como sabe, Súper Mario, el de Nintendo, quien maneja la plata, tiene el poder!¡Cuando el río de billetes pase por sus narices… ¡Mamma Mia! El Estado, administrado por políticos del futuro, sujeto a las inclemencias del futuro, con un buen pretexto y alguna buena promesa, tendrá la tentación de usarlos. Sobre todo si gran parte de ellos van a dar al “Ente”, muerto y resucitado por segunda vez. Ya todas las cañerías estarán construidas. Será cosa de abrir unas llaves y cerrar otras.
Las AFP, privadas con giro único, lo hacen bien en ese sentido. La plata está lejos de los políticos y con conflictos de interés controlados. Meterles competencia es una excelente idea. Lograrlo a través de un Alambique, alegando economías de escala, es una mala solución. Eliminarlas es simplemente inexplicable y sólo responde a razones ideológicas, que además pasaron de moda después de los Retiros. Los mitos y leyendas de No + AFP van en retirada franca. La plata estaba. La gente entendió mejor que su función no era “financiar a los ricos”, sino participar de sus negocios. En Chile y el mundo. Por eso las rentabilidades han sido buenas. Multiplicaron la plata por tres (¡eso sí es alquimia!). Los cobros no eran caros y jamás se enfrentó una insolvencia o un escándalo.
Manejar el enorme conflicto de intereses del Alambique y El Ente en manos estatales debiese ser uno de los principales cambios a la Reforma. Nuestro Súper Mario, en su fuero íntimo, lo sabe. Tendrá que lidiar con el fuego amigo de quienes ven en esta Reforma como un paso intermedio. Una escala en el largo camino que parte por hacerse de la plata y luego del poder. De acuerdo a Súper Mario, (el de Nintendo), el tercer paso es conseguir la Chica. Pero eso, para esta discusión al menos, no aplica.