Las cifras se revisan con cuidado, los datos se chequean con acuciosidad y los test de estrés que se aplican a los proyectos a financiar son más ácidos. Incluso, se piden más garantías. Esas son algunas de las medidas que los bancos están tomando a la hora de entregar préstamos a ciertos sectores, pues en medio de una desaceleración de la economía y de la incertidumbre por los cambios que el país está viviendo, están buscando no tomar más riesgos de los necesarios.

Según datos de la Comisión para el Mercado Financiero (CMF), a marzo las colocaciones totales de la industria se expandieron 7,43% en doce meses, pero los préstamos a empresas apenas crecieron 0,43%. El dato no es menor, considerando que dicho segmento representa el 56% de los créditos totales de la banca.

Si bien este fenómeno, apuntan fuentes del sector, se da en todos los segmentos, pues hay menos proyectos en desarrollo, hay algunos en particular donde están mirando con mayor atención. Uno de ellos e el agro o cualquier actividad industrial expuesta a riesgos asociados al uso de agua, pues si bien ya va más de una década de sequía en la zona central, hacia adelante no se esperan grandes cambios, y eso requiere mayor análisis a la hora de entrar con financiamiento.

De hecho, comentan que en el último Informe de Estabilidad Financiera (IEF) el Banco Central alertó que “se constata que algo sobre 30% del avalúo de propiedades en Chile está expuesto a riesgos climáticos en un horizonte hasta el 2050 (en el escenario donde se mantienen las políticas actuales)”, y que “en particular, la exposición de propiedades agrícolas y uso empresarial es más elevada que el riesgo en viviendas habitacionales”.

“Así, en Chile, las macrozonas Norte, Región Metropolitana (RM) y Centro del país aparecen más expuestas a la disminución de disponibilidad de recursos hídricos y aumentos de temperatura”, detalló el IEF, donde también se expuso que “el 87% de las colocaciones bancarias se concentran en regiones que se ubican en la zona de riesgo extremo para al menos una de las dimensiones examinadas, donde 59% corresponde a créditos comerciales, 31% a colocaciones hipotecarias y 10% a créditos de consumo”.

¿Pero qué significa mirar más de cerca estos sectores? Desde una entidad apuntan que los proyectos y balances de las compañías se están analizando varias veces y, sobre todo, que los test que se aplican a nuevos proyectos bajo distintos escenarios de estrés son más duros.

“No estamos cortando líneas ni limitando sectores, pero estamos pidiendo más garantías”, dice un banquero.

Uno de los sectores donde más se concentran los escrutinios es en la construcción. “Si antes pedíamos una preventa de 10% de un proyecto inmobiliario, ahora pedimos 20%”, comentan desde una entidad.

Desde otro banco concuerdan en que los sectores construcción e inmobiliario están en una situación compleja, pues ante una escenario de desaceleración económica, son unos de los más golpeados. Y con dicha industria, dicen desde otra institución, también el factoring de menor tamaño, considerando que el rubro concentra en general un 15% de sus facturas en construcción.

“En el sector inmobiliario miramos con más atención y algo de preocupación a aquellos que se han expandido con fuerza o de forma desmedida en los últimos años”, explica una fuente bancaria.

Desde otro banco de la plaza aseguran que miran con más detalle las concesiones y proyectos inmobiliarios, principalmente en vista de que en el último tiempo no se han respetado permisos otorgados. Un solo ejemplo: la revocación del permiso ambiental del proyecto inmobiliario Egaña-Comunidad Sustentable, de Inmobiliaria Fundamenta, en Ñuñoa.

El presidente de otra institución, dice que además de la construcción, la incertidumbre que se genera con los cambios propuestos por la Convención Constitucional, no sólo por los factores macroeconómicos, abarcan también el sector salud y las concesiones mineras, por ejemplo, pues hay problemas por resolver con el abastecimiento de agua.

Desde una aseguradora, sin embargo, indican que no hay hasta ahora una desaceleración en materia de concesiones y que siguen financiando proyectos a largo plazo, aunque si bien no hay sectores que vean particularmente comprometidos, sí están analizando con mayor profundidad cada operación de financiamiento. De hecho, la misma fuente asegura que los bancos están “fuertes” en el sector.

“Es probable que los proyectos que nos llegan son los más seguros y que los propios empresarios se frenen en aquellos más riesgosos dado el escenario”, dice el ejecutivo de un banco a la hora de explicar por qué continúan financiando ciertos sectores.

Desde las AFP, en general, no están mirando muchos proyectos en Chile, porque dicen que el riesgo es muy alto en comparación a los activos alternativos internacionales. Advierten que el riesgo cambió desde octubre de 2019.

Siguen viendo atractivo en energías renovables, por ejemplo, pero se mantienen alejados de todos los proyectos que involucren aguas. En esa línea, desde la industria están a la espera del resultado de la nueva Constitución y cómo eso se baja a las leyes, para ver finalmente el modo en que ello afectará a los distintos sectores.

Por el lado de las concesiones, un actor de la industria apunta a una mayor debilidad institucional que no daría total certeza para invertir en esta área. En el sector inmobiliario y construcción no están tan negativos, pero el principal atractivo ahí es bodegas.