Diputado PC, Daniel Núñez y la Reforma Tributaria: "Si el gobierno no cede, va a arriesgar el rechazo a la idea de legislar"
"La reforma de Bachelet dejó como principio que los más ricos deben pagar más impuestos que el ciudadano promedio, y la cláusula antielusiva, y esos pilares los vamos a defender a morir",dice el parlamentario de oposición.
¿Sabe cómo le dicen a usted?, Robespierre" le comentó el Presidente Sebastián Piñera al diputado Daniel Núñez en una visita a terreno a Coquimbo, comparándolo con uno de los líderes más despiadados de la Revolución Francesa.
"No sé si seré la pesadilla para el gobierno, pero a mi me corresponde hacer mi trabajo, y defender principios como la justicia social" indicó quien a mediados de marzo debiera convertirse en el presidente de la Comisión de Hacienda si el pacto de gobernabilidad de la Cámara de Diputados sigue adelante.
La imagen que proyecta dista del apodo de "Happy" con que lo ubican en el espectro político, lo que atribuye a un polerón con esa lectura que usaba mucho cuando ingresó a la vida política en 1985 a las JJCC -"era un tema ético, me pareció que el mejor lugar para luchar contra la dictadura era el PC"-.
Núñez Partió en la enseñanza media, y no lo dejó nunca más. Fue presidente de la Federación de Estudiantes Secundarios, y luego en la Universidad de Chile donde estudió Sociología se mantuvo firme pese al cuestionamiento universal: "Nos tocó ver que el socialismo se derrumbaba, era una época en que ser comunista era muy mal visto, pasado de moda, sin viabilidad futura; y dada la transición pactada, el PC estaba excluido, fue un período de mucha orfandad, y donde un contingente muy pequeño resistimos y mantuvimos las ideas bajo el alero de Gladys Marín".
Después de cursar los 5 años de carrera, y un magíster en Estudios Sociales y Políticos Latinoamericanos en la UAH, se transformó en lo que llama un "funcionario del PC", trabajó en la ONG Ical y en 2013 postuló por un escaño en el Congreso, y ahora cumple con un segundo período.
¿Cómo detallaría su arribo al Congreso?
-Lo que más me impresiona es el estilo excesivamente personalista con que se desenvuelven los parlamentarios, mi experiencia ha estado vinculada a un trabajo colectivo donde tenemos que dejar algo la proyección individual para darle coherencia a un proyecto de transformación social. Pero acá pesa mucho el yoyoísmo, la figuración, hay que adaptarse sin perder la esencia.
¿Ha sido difícil convivir con bancadas como la UDI o RN donde hay anticomunistas?
-La convivencia con la derecha nunca es fácil porque a uno siempre lo violenta, es fuerte sentir como la derecha es tremendamente reivindicadora de Pinochet, agradecidos de la dictadura. En eso el Congreso es como un baile de máscaras, porque hay formalidades que uno debe cumplir porque si yo veo a alguien en el pasillo no tengo por qué pegarle un combo, sino que voy y saludo a mi adversario político.
¿Hay alguien con quien no se hable?
-Yo a Ignacio Urrutia lo saludaba hace 6 meses, pero después de sus últimas declaraciones cuando lo veo, prefiero alejarme de él porque tiene un comportamiento imposible de calificar.
¿Qué siente cuando diputados de derecha se dirigen a usted como "compañero", como se llaman en el PC?
-Cuando la derecha usa ese término es un reconocimiento de nuestro proyecto, de nuestra identidad. Si yo le dijera a alguien momio, es descalificativo porque tiene una connotación negativa, pero el término compañero grafica una situación de solidaridad.
¿Qué opina sobre el impacto de la ley de la jibia que usted patrocinó?
-Que siempre que la derecha pierde un ápice de su poder, reacciona. Lo vemos acá porque de todo el negocio de la industria pesquera que es millonario, la jibia representa el 4%, o sea es absolutamente marginal, pero lo han defendido a brazo partido y hoy tenemos pescadores artesanales heridos por balines, por defender ese 4%, Es muy brutal la defensa que hace el gran capital de sus derechos y de eso hay que estar conscientes.
¿Qué opina de que el Frente Amplio (FA) ponga en duda no cumplir el acuerdo de gobernabilidad?
-A mi me hubiese gustado que el FA antes de acordar no cumplir el acuerdo de gobernabilidad, hubiese planteado la reflexión política para habernos permitido debatir y buscar entre todos una solución.
Creo que se apresuró un poco y espero sea parte de la inexperiencia política, es importante reflexionar dos veces las cosas, antes de emitir con tanto vértigo declaraciones con consecuencias que se pueden salir de las manos.
Se da cuenta que si este acuerdo se cae, usted no llegará a la presidencia de la Comisión de Hacienda, ¿lo lamentaría?
-No me pongo en el escenario que el acuerdo se rompa. La verdad es que el cargo es complejo, y lo tomo como una tarea política pero en lo personal no me angustia no llegar a ser presidente, creo que uno puede empujar los cambios desde muchos espacios, y un ejemplo es la jibia.
En el escenario de que si asume, ¿cómo enfrentará el debate tributario?
-Vamos a respetar lo que acordó la oposición en el documento firmado. La ley de Bachelet dejó como principio que los más ricos deben pagar más impuestos que el ciudadano promedio, y la cláusula antielusiva, y esos pilares los vamos a defender a morir en este debate.
¿Podría estar a mediados de año despachada como dijo el ministro de Hacienda Felipe Larraín?
-El gobierno ha dicho tantas cosas que no se han cumplido: dijeron que sí o sí se aprobaba en enero, y estamos cerrando el mes sin votar la idea de legislar. Puede ser marzo, abril o mayo. Me interesa el nivel de debate y si el gobierno no cede en sus posturas va a arriesgar el rechazo a la idea de legislar, tengamos o no la presidencia de la Cámara, entonces la responsabilidad es de ellos.
Pero si logra aprobar por pocos votos la idea de legislar, ¿cómo enfrentará la discusión en particular?
-No me puedo poner en todos los escenarios. Yo voy a actuar en coordinación con la oposición, en esa línea me voy a mover.
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