Luego de su fallecimiento en su casa de Lexington, Massachusetts, a los 99 años, la semana pasada, los economistas y académicos en todo el mundo han destacado el gran legado del premio Nobel de Economía de 1987, Robert Solow.
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Así, las enseñanzas de Robert Solow, uno de los padres de la teoría del crecimiento económico, también ha sido valorada por sus alumnos chilenos que estudiaron en diferentes épocas en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), el centro de estudios que forjó junto al también premio Nobel de Economía, Paul Samuelson.
Nacido en Brooklyn, Nueva York, Estados Unidos. Solow fue marcado por la Gran Depresión de los años 30 y toda su secuela social y económica. Estudió en la Universidad de Harvard y en los años 50 publicó una serie de artículos que le valieron el Premio Nobel y que constituyen el origen del estudio moderno del crecimiento económico.
En uno de ellos separó las fuentes de crecimiento entre capital, trabajo y progreso tecnológico, y mostró que el cambio tecnológico, más que la acumulación de capital, era el principal motor del crecimiento a largo plazo. Es lo que hoy se llama “residuo del cambio tecnológico” o el “residuo de Solow”.
Más allá del efecto de sus investigaciones, Solow traspasó sus enseñanzas a destacados economistas, entre ellos, cuatro premios Nobel: Peter Diamond, Joseph E. Stiglitz, William D. Nordhaus y George A. Akerlof.
El economista chileno Ricardo Caballero, actual director del World Economic Laboratory en el MIT, cree que Solow es un “gigante” en el ámbito de la macroeconomía y recuerda que tuvo el “privilegio” de ser su alumno en el último curso de macroeconomía de primer año durante su doctorado.
“Nuestra relación, que inició como la de profesor y alumno, evolucionó hacia una de colegas, manteniendo un diálogo profesional profundamente enriquecedor a lo largo de varias décadas. Incluso después de su jubilación, Solow continuó siendo una fuente de inspiración, asistiendo regularmente a nuestros almuerzos semanales de profesores hasta hace poco. Su perspicacia intelectual y su icónico sentido del humor dejaron una huella imborrable en todos aquellos afortunados de conocerlo”, destaca Caballero, quien añade que “el legado de Solow sigue vivo, no solo a través de sus importantes contribuciones académicas, sino también en las incontables mentes que influenció y formó a lo largo de su distinguida carrera”.
Otro de sus alumnos fue el expresidente del Banco Central, Vittorio Corbo, quien destaca la contribución del exacadémico del MIT. “Fue un gran profesor que explicaba muy bien la economía de un problema; riguroso en la matemática, pero con una gran capacidad de análisis. Claramente fue el mejor maestro que tuve en el MIT. Construía pequeños modelos para concentrase en lo medular de un problema. Sus modelos de crecimiento y de economía urbana son un lujo al respecto”, sostiene Corbo, de quien fue su profesor guía del doctorado, entre septiembre de 1969 y febrero de 1971.
Por su parte, José De Gregorio recuerda que Solow fue su profesor en 1987. “Tremendo economista y bellísima persona. Fue quien fundó las bases de lo que hoy estudiamos y sabemos de crecimiento económico…y (…) la productividad total de los factores o ‘residuo de Solow’”, afirma el actual decano de la FEN de la Universidad de Chile.
A su vez, la economista del MIT y directora de la Escuela de Gobierno de la UC, Andrea Repetto, relata que tuvo clases de crecimiento económico con Solow en el año 1995. “Entiendo que la mía fue la última generación a la que enseñó ese curso. Era un profesor amable, cuidadoso en asegurarse de que entendiéramos la profundidad de los conceptos y también de que fuéramos críticos con los supuestos de los modelos que analizábamos. Es, sin duda, uno de los economistas más influyentes que ha tenido la profesión en nuestro tiempo”, realza Repetto.
En tanto, el exministro de Hacienda y actual director del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI, Rodrigo Valdés, también destaca el aporte de Solow. “Fue profesor de uno mis cursos de macroeconomía. Solow es el padre de cómo entendemos la teoría del crecimiento económico. Su modelo inicial es cómo el caballito de batalla para enseñar y pensar en crecimiento. Cómo persona era sumamente amable y cercano, con gran curiosidad sobre cómo hacer academia relevante para el bienestar de las personas. Los cursos de macro en mis tiempos incluían 7 módulos bimensuales para los que queríamos especializarnos en macro y monetaria. Solow enseñaba uno de ellos. Habitualmente veíamos y discutíamos 30 ó 40 papers en cada módulo. El de él fue muy distinto, solo 8 papers, pero que estudiábamos en una profundidad que no había conocido nunca”, remarca.