Economistas critican propuesta de moneda regional única y Marcel toma distancia de esa idea
El ministro de Hacienda agregó que por “el momento estamos cómodos teniendo una política fiscal y monetaria propia que han sido especialmente útiles para reducir la inflación este año”. Entre los principales argumentos que mencionan los expertos está el hecho de que Chile es un país que tiene su situación fiscal más ordenada de la región, con regla de balance fiscal, y además la política monetaria funciona de manera independiente.
El recién asumido presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, realizó su primera gira y como destino arribó a Argentina para reunirse con su par Alberto Fernández. En su primer día de actividades, ambos mandatarios anunciaron que comenzarán a trabajar en una moneda común y que invitarán a algunos países a ser parte de ese plan. Uno de esos países que podría ser invitado es Chile.
“Tenemos la intención de superar las barreras a nuestros intercambios, simplificar y modernizar las reglas y fomentar el uso de las monedas locales. También decidimos avanzar en las discusiones sobre una moneda sudamericana común que pueda usarse tanto para los flujos financieros como comerciales, reduciendo costos operativos y nuestra vulnerabilidad externa”, señala el texto publicado el domingo en el sitio argentino Perfil.
El plan, que se discutirá en la cumbre la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) que se desarrollará esta semana precisamente en Argentina se centrará en cómo una nueva moneda, que Brasil sugiere llamar “Sur”, podría impulsar el comercio regional y reducir la dependencia del dólar estadounidense, informó el periódico, citando funcionarios.
Según lo que ha señalado el ministro de Economía de Argentina, Sergio Massa, en esta cumbre se tomará una decisión para comenzar a estudiar los parámetros necesarios para una moneda común, que incluye todo, desde temas fiscales hasta el tamaño de la economía y el papel de los bancos centrales.
Este lunes ambos ministros sostuvieron una reunión para abordar, entre otras cosas, las líneas generales de la idea de la moneda común. En todo caso, Haddad y Massa señalaron que la propuesta no implica la adopción de una moneda única que sustituya al real y al peso.
En agosto del año pasado, el propio Presidente Gabriel Boric se mostró disponible para conversar sobre esta propuesta. En el marco de una reunión bilateral con su par de Colombia, Gustavo Petro, dijo que “todas las instancias e iniciativas de integración regional, que fortalezcan la cooperación entre nuestros países, me parece que apuntan en una buena dirección. Ahora, estos mecanismos específicos, ustedes saben, son muy complejos”, dijo en esa ocasión.
Ahora que el debate nuevamente se abrirá, en Chile afloraron las primeras reacciones. Todas ellas desfavorables sobre la idea de avanzar en una moneda común, ya que no ven mayores beneficios para el país, sino que, todo lo contrario: ven solo costos.
Marcel: “Estamos cómodos con política monetaria propia”
Desde el gobierno, uno de los personeros que abordó esta incipiente idea fue el ministro de Hacienda, Mario Marcel, quien sostuvo que “es un tema que habrá que observarlo. Para calificar buena idea o mala idea, hay que tener los detalles más allá de la moneda común”. No obstante, agregó que por “el momento estamos cómodos teniendo una política fiscal y monetaria propia que han sido especialmente útiles para reducir la inflación este año”.
Marcel argumentó “la experiencia internacional no es abundante al respecto, y que solo está presente en la zona euro”. En ese sentido, el secretario de Estado, explicó que antes de tener una moneda única, primero hubo integración comercial, aduanera, y luego vino la integración monetaria, “lo que implica no sólo tener una moneda común, sino que un Banco Central común que defina una política monetaria común”.
Precisó que “también es necesario contar con un grado importante de coordinación de la política fiscal, que para en el caso de la Unión Europea se aprobaron una serie de normas para asegurar una política fiscal responsable”. Ante esta posibilidad, Marcel acotó que “desconocemos en este caso, cuánto más allá se quisiera avanzar en esta materia. Primero nos preocuparemos de su alcance y su contenido”.
El portazo de los economistas
Los economistas de manera transversal critican la idea y la rechazan. Entre los principales argumentos que mencionan está el hecho de que Chile es un país que tiene su situación fiscal más ordenada de la región, con regla de balance fiscal, y además la política monetaria funciona de manera independiente. Además, afirman que para implementarlo se necesita coordinarse de buena manera en lo fiscal y en lo monetario. Por ello, sostienen que para el país sería más “pérdida” que ganancia el sumarse a una moneda única.
Uno de los critica la idea es el exsubsecretario de Hacienda, Alejandro Micco, quien afirma que “cuando uno tiene una moneda única tiene que haber una coordinación muy estrecha respecto a cuál va a ser el nivel de gasto público que va a tener cada uno de los países y claramente con Argentina, que viven déficits gigantescos y que vive financiando su déficit fiscal con emisión de dinero, la verdad se hace imposible. Es una muy mala idea hacerlo, porque el país asumiría un costo de la mala política fiscal de Argentina”.
Alejandro Fernández, economista de Gemines consultores también tiene una mirada negativa a esta idea, pues no ve nada positivo para Chile. “Un país como Argentina, con una inflación casi en 3 dígitos y que ha tenido una volatilidad extrema por muchos años no está en condiciones de ingresar a una unión monetaria con nadie y ningún país en su sano juicio querría entrar a una unión monetaria con Argentina”, indicó de manera categórica.
Patricio Rojas, economista de Rojas y Asociados, se sumó a las voces críticas argumentando que “se requiere básicamente también una cierta solidez fiscal, que los países sean responsables y todos de alguna manera tengan una situación en materia inflacionaria parecida, de manera que la política monetaria les pueda ser útil a todos, porque va a haber un solo Banco Central que va a mover la política monetaria”.
El decano de la Facultad de Economía y Negocios (FEN) de la Universidad de Chile, José De Gregorio indicó en radio Infinita que es “lo más absurdo que he escuchado. Y poco creíble”.
A nivel internacional también sorprendió la idea. El exsecretario del Tesoro de EE.UU., el economista Larry Summers, indicó en Twitter que “me sorprende la idea de una moneda común para Brasil y Argentina. Esto parece muy problemático dadas las diferencias en las economías, las historias de populismo problemático en ambos lugares, la conexión política relativamente delgada entre ellos y los problemas de ambos países con los tipos de cambio fijos”. En tanto, el execonomista jefe del Fondo Monetario Internacional (FMI), Olivier Blanchard, señaló simplemente que “esto es una locura”.
Un único Banco Central
Una de las transformaciones que debería tener la región en caso que esta idea prospere es un Banco Central común, al igual que el Banco Central Europeo (BCE) en la zona euro. Pero para lograrlo, pasaron varios años. En en caso de esta región, Sergio Lehmann, economista jefe de Bci, afirma que “la política monetaria en cada país ha sido manejada de forma muy diferente. Mientras en Brasil se advierte un manejo más responsable, comprometido con reducir las presiones inflacionarias, en Argentina el Banco Central no es autónomo y es utilizado como vehículo de financiamiento de gasto público”. Por ello, enfatiza que “el marco económico general difiere marcadamente, también desde el lado fiscal. No es factible contemplar una unidad monetaria con la evidente divergencia que existe en políticas fundamentales”.
Rojas menciona que “en el caso de lo que ocurrió en Europa, tenían una Alemania fuerte con un Banco Central como el Bundesbank que tenía una credibilidad muy alta. Tenían una estabilidad en materia inflacionaria y se habían comprometido a una cierta estabilidad fiscal que posteriormente no lo han cumplido. Por lo tanto, con toda la rigurosidad que podrían haber tenido estos países cuando partieron, igual hemos visto que en la zona euro ha tenido su complejidad”.
Y Micco refuerza la idea de sus antecesores: “Los bancos centrales juegan un rol en la estabilidad de los medios de pago, por lo tanto, también se requiere ciertos niveles de coordinación del sistema financiero. Estamos muy lejos, infinitamente lejos. Se necesita responsabilidad fiscal y coordinación, pero estoy hablando de un proceso de décadas de décadas. Entonces esto es algo que no pareciera que tenga mucho futuro por delante”.
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