El plan de sobrevivencia del retail
Estos comercios, sobre todo los medianos, llevan meses navegando contra la corriente. Primero fue el impacto del estallido social y el consiguiente vandalismo de locales, y cuando al fin se veía un repunte, llegó la crisis del Covid-19. Hoy el sector intenta subsistir al cierre de tiendas y a las cuarentenas. Garantizar la liquidez es la clave. Para ello, ya suspenden compras, frenan planes de inversión y algunos comienzan a acogerse a los beneficios gubernamentales.
No alcanzaron a recuperarse del duro impacto que les significó el estallido social de octubre. Si bien lograron sortear de manera positiva la temporada de Navidad y los meses de verano, marzo apareció como una estocada prácticamente letal. A mediados de ese mes, la expansión del Covid-19, o coronavirus, golpeó directamente al retail; ya no era el vandalismo de fines de 2019, sino un virus que iba contra el contacto social y, por consiguiente, de las aglomeraciones en tiendas y malls. Varios locales debieron cerrar. El martes, la clasificadora Feller Rate incluyó en su listado de revisión especial mediante la asignación de un “creditwatch negativo” a Falabella, Ripley y Empresas Hites. Una semana antes, Humphreys había hecho lo suyo reduciendo la clasificación de Hites y de La Polar, junto con deteriorar la tendencia de Ripley.
Es que hoy el sector está en la mira. Y no existe ninguna empresa del rubro que no tome medidas para hacerle frente a la nueva crisis que los persigue: el Covid-19. “Este fenómeno ha generado cambios en las estrategias de las compañías. Así, se han observado medidas de resguardo de sus niveles de caja para afrontar los desafíos de los próximos meses”, se lee en el reporte de Feller Rate.
Según explica el gerente general de Humphreys, Aldo Reyes, la clave acá es tener la liquidez para sortear la ola. Más que mal -señala-, si bien esto va a gatillar una baja recuperabilidad de sus cuentas por cobrar, debiera ser algo transitorio. “En unos tres meses más esas cuentas debieran ser recuperables en un alto porcentaje, por ende, necesitas los recursos para mantenerte este tiempo”, subraya.
Y las firmas ya se preparan. Refinanciamiento de la deuda de corto plazo, cobranza más activa de sus cuentas por cobrar, la suspensión de las compras a corto plazo y la paralización de inversiones, son parte del pool de herramientas que están utilizando. En paralelo, analizan la posibilidad de acogerse al plan de protección del empleo y a las ayudas gubernamentales.
“Básicamente lo que están haciendo todos es más o menos parecido; es la base para poder generar una liquidez suficiente que permita hacer frente a los próximos tres meses, que son los que se ven más complejos para la estabilización del mercado”, señala un alto ejecutivo de una tienda por departamentos.
Desde el 18 de octubre a la fecha, una de las empresas que ha estado en observación por parte del mercado ha sido Hites. La compañía, controlada por la familia homónima, ha visto cómo su valor bursátil se ha desplomado un 35% en el año.
En medio de ese escenario, la firma ha impulsado toda una estrategia para contener su liquidez -la cual hoy está en buen nivel, con una caja que supera los $20.000 millones-, apoyada en parte en el retorno de los seguros -en 2019 les cancelaron $2.826 millones por concepto de indemnización por el daño a tiendas-, y aún faltarían del orden de $3.200 millones por recibir. Según ellos mismos revelaron a inversionistas, las llamadas ‘medidas de acción’ que han impulsado se traducen en limitar nuevas colocaciones y reducir sus gastos entre un 25% y un 40%, dependiendo del área, entre las que destacan marketing, gastos de ventas, comisiones, arriendos, gastos de distribución, energía, entre otras. Incluso, se deslizó la idea de impulsar este descenso en el ítem remuneraciones gracias a la nueva ley de Protección del Empleo, lo que estaría en evaluación. La firma, en todo caso, ya habría desvinculado a un centenar de trabajadores a fines del año pasado.
Y las medidas han seguido. El grupo comunicó que su plan de inversión ha disminuido fuertemente. Ahora, se opera bajo la idea de hacer solo lo indispensable -señalan cercanos-, a lo cual se sumó la detención del plan de compras a largo plazo, de modo de privilegiar solo el inventario ya disponible.
Tal decisión no fue exclusiva de Hites. Todos siguieron una línea similar. “Se han reducido las recepciones de mercadería desde proveedores a un nuevo escenario de ventas esperadas, y se está haciendo uso de los inventarios ya disponibles para las ventas online”, subrayó Ripley. La compañía precisó, además, que tomaron la decisión de suspender, de manera transitoria, todos los proyectos que tenían en etapas iniciales de desarrollo. “En el corto plazo estamos haciendo lo mismo: postergar compras, postergar arriendos, prorrogar o reestructurar con bancos, etc., pero a mediano y largo plazo hemos decidido integrar la cadena de suministro como uno de los pilares para sortear la crisis”, aseguran desde un retail mediano. Y explican: “La integración marca la diferencia”. Por ejemplo -dicen- si se eliminan compras, eso tiene un impacto negativo con los proveedores en la relación comercial, pero al estar integrado -negociar directo-, se puede llegar a medidas intermedias, como guardar la mercadería, postergar embarques, aumentar plazos de pago, entre otros aspectos, confidencian. De hecho, en el informe de Feller reconocen que las empresas han incorporado disposiciones más restrictivas en el manejo de sus inventarios, disminuyendo las órdenes de compras, tanto nacionales como internacionales. “No obstante, se debe considerar que hay órdenes que ya están comprometidas, las cuales incrementarán el stock de productos en los próximos meses”, sostienen.
Desde otra compañía, en tanto, puntualizan estar dividiendo el plan de cash flow en dos fases. La primera, relacionada con la liquidez del próximo trimestre, y la segunda, para aquella que se extiende por 6 a 12 meses, lo que implica, entre otras cosas, postergar todos los proyectos de inversión. En esta multitienda también reconocen estar analizando la posibilidad de acogerse al plan de Protección del Empleo, para reducir su presión salarial. “Lo más efectivo es la reducción de salarios o despidos. Y tengo entendido que casi todas están evaluando si se pueden acoger o no a la ayuda del gobierno”, señala Aldo Reyes, de Humphreys. De hecho, La Polar -controlada por Leonidas Vial- ya tomó la decisión de hacerlo. Según confirma el presidente del Sindicato Nacional de Empresas La Polar, Iván Campos, se alcanzó un acuerdo con la empresa para que a partir del 7 de abril se suspenda la relación laboral con todos los empleados -del orden de 1.100- que trabajan en las tiendas de malls, acogiéndose así al plan de Protección del Empleo. Tal medida durará por seis meses. Y si bien, se evalúo la opción de reducir la jornada laboral también para aquellos trabajadores de los locales de calle, no se habrían cumplido todos los requisitos para poder hacerlo.
Al 31 de diciembre, el efectivo disponible en caja de la compañía ascendía a $9.713,8 millones, mientras que los fondos mutuos que tenían llegaban a los $24.302 millones, totalizando $30.016 millones.
En base a esas cifras, el grupo delineó una estrategia que consiste en financiar sus operaciones e inversiones con ese monto, además de recurrir, de ser necesario, a la emisión de deuda. Así, han impulsado una fuerte reducción en los gastos de administración, además de monitorear cualquier tipo de desembolso. Pese a ello, el análisis de Humphreys es bastante desalentador: “La empresa necesitará inyección de recursos para financiar el capital de trabajo para más allá de los próximos tres meses”, enfatizan. Su reducido nivel de Ebitda -plantean- y las dificultades para acceder a financiamiento externo serían la base de tal sombrío panorama.
El Equipo Táctico de Continuidad
El 13 de marzo pasado, Tricot -controlado por la familia Pollak- decidió formar un grupo especial para liderar la problemática. Se trata del llamado Equipo Táctico de Continuidad de Negocios, liderado por el gerente general de la compañía, Antonio Egidio, e integrado por toda la primera línea gerencial. Desde hace un mes sesionan regularmente, y si bien aún no tienen claridad respecto a los efectos, también han tomado medidas en la misma línea de control de inventario y capex.
En ese sentido, han enfatizado a inversionistas que en una situación extrema tienen la reputación crediticia necesaria como para que la banca les permita un acceso normal al crédito, además de tener activos de fácil liquidación sea por ventas u operaciones de leaseback, “que en nada afectarían las operaciones de la empresa”.
Y en el intertanto, todas potencian su web. El objetivo es que el canal digital supla en parte la fuerte reducción en las ventas sufrida por el cierre de grandes parte de las tiendas por la crisis del Covid-19.
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