El negocio de Twitter se encuentra prácticamente en el punto de equilibrio (‘break even’) después de que la mayoría de anunciantes que habían abandonado la plataforma hayan regresado a la red social, que tras la compra por parte del magnate Elon Musk ha menguado su plantilla casi en un 80%, según indico el empresario durante una entrevista con la cadena BBC.

En este sentido, Musk reconoció que no había sido fácil acometer un ajuste de este calibre en la plantilla de Twitter, que actualmente ronda los 1.500 efectivos, frente a los pocos menos de 8.000 en el momento de la adquisición, a finales de octubre del año pasado.

El empresario admitió que la salida de muchos de los ingenieros de Twitter desde su llegada generó preocupaciones sobre la estabilidad de la plataforma y reconoció algunos fallos durante el proceso, incluidas interrupciones en el servicio, aunque subrayó que estos problemas no habían durado mucho tiempo y actualmente el sitio funciona bien.

En cuanto a las finanzas de Twitter, Musk dijo que la compañía ahora está “más o menos en el punto de equilibrio”, ya que la mayoría de sus anunciantes han regresado. “Casi todos han regresado o dijeron que regresarían”, indicó.

Dirigir Twitter está siendo “bastante doloroso”, comentó el multimillonario Elon Musk a la BBC, aunque la empresa de medios sociales ahora está cerca de cubrir costes después de que él la comprara a finales del año pasado.

“No ha sido aburrido. Es toda una montaña rusa”, dijo a la cadena británica en la sede de la compañía en San Francisco.

Se trataba de una inusual entrevista de Musk, que también es dueño de Tesla y SpaceX, en medios generalistas. Después de comprar Twitter por US$ 44.000 millones, los cambios de Musk incluyeron eliminar el departamento de comunicación de la empresa.

Ahora, los reporteros que escriben a la compañía para pedir comentarios reciben una respuesta automática con un emoji de excrementos.

La entrevista fue tensa en ocasiones, cuando Musk desafió al reportero a que respaldara afirmaciones sobre el aumento del discurso de odio en la plataforma. En otro momento, Musk se rio de sus propias bromas y repitió que el director general no era él, sino su perro Floki.

También reveló que en ocasiones dormía en un sofá en la oficina de Twitter en San Francisco.

Cuando se le preguntó si se arrepentía de comprar la empresa dijo que era algo que “había que hacer”, y agregó que, “el nivel de dolor de Twitter ha sido extremadamente alto. Eso no ha sido una especie de fiesta”, dijo Musk.