Mayor información crediticia eleva competencia, pero dificulta inclusión financiera
El informe preliminar usa como ejemplo la información que incorporó la banca local -y cómo se comportó- luego de la compra que hizo Scotiabank de la tarjeta Cencosud, aunque no menciona directamente a estas entidades.
La información crediticia pública aumenta la competencia, pero puede dificultar la inclusión financiera. Esa es la conclusión a la que llegó el estudio preliminar "Los efectos de la información en la competencia del mercado de crédito: evidencia de tarjetas de crédito", realizado por Fritz Foley de Harvard, Agustín Hurtado de Universidad de Chicago, Andrés Liberman de la Universidad de Nueva York, y Alberto Sepúlveda de la Superintendencia de Bancos (SBIF), el cual usa como evidencia el mercado chileno de tarjetas de crédito y analiza un caso ocurrido en el país, en que la cartera de tarjetas de crédito de un prestamista no bancario se vendió a un banco.
Pese a que el informe publicado en diciembre de 2018 no menciona el nombre del retailer y el banco, sí dice que fue en mayo de 2015 cuando se completó la compra y que el anuncio de adquisición fue hecho en junio de 2014, fechas que coinciden con la compra de la tarjeta Cencosud por parte de Scotiabank.
El estudio dice que después de esta transacción, los tarjetahabientes que pasaron a la cartera del banco, consiguieron que otros bancos les dieran límites de crédito más altos.
Esto se explica porque fue recién ahí cuando estas entidades lograron acceder a la información de los clientes que tenían tarjetas del retailer, ya que en el mercado chileno hay dos tipos de prestamistas: bancos y retailers no bancarios, que tienen distinto grado de información sobre los usuarios. Por un lado, los bancos están obligados a informar a los bureaus de crédito sobre el saldo pendiente y el estado de reembolso de cada prestatario bancario, mientras que los retailers sólo informan si una persona está en incumplimiento. Así, la banca no pueden distinguir a los usuarios del retail que están morosos, de aquellos que están al día.
Además, luego de la compra que hizo el banco de las tarjetas del minorista (Scotiabank por Cencosud), la entidad respondió incrementando los límites de crédito para los tarjetahabientes existentes y creó nuevas tarjetas con límites más altos para usuarios que tenían buen comportamiento de pago.
Esto ocurre en medio de un escenario donde en el mercado local, los emisores no bancarios prestan montos más bajos a los usuarios más riesgosos, pero van aumentando los límites de crédito con el tiempo, a medida que el cliente es un buen pagador. En paralelo, lo que hacen los bancos es prestar montos más altos, pero a los prestatarios que saben que son más seguros, detalla el estudio.
"En este documento mostramos que la información crediticia afecta directamente la competencia y la organización industrial de los mercados crediticios", dice el informe.
En ese sentido, concluye que los retailers permiten a las personas que no son atendidas por los bancos tradicionales acceder a los mercados de crédito. Además, dice que la información privada que éstos desarrollan es valiosa, y cuando se hace pública, otros prestamistas responden ajustando sus ofertas de crédito.
"Nuestros hallazgos implican un trade-off ante un mayor intercambio de información: las reformas con este objetivo podrían reducir las rentas, pero también podrían reducir la inclusión financiera. Nuestro estudio proporciona evidencia de los trade offs que deben considerarse en el diseño de sistemas de información que afectan la competencia de los prestamistas", concluye.
Con todo, el estudio apunta que la información crediticia pública genera más crédito para los prestatarios con buena reputación, pero menos crédito para los prestatarios nuevos y relativamente más riesgosos sin historial crediticio.
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