Gobierno de Reino Unido contempla una recesión del 1,4% en 2023 y anuncia subidas de impuestos
Según señaló el ministro de Finanzas, Jeremy Hunt, los recortes de gastos no serían suficientes para paliar la inflación. Además, planteó que habrá un paquete de apoyo específico a los más vulnerables.
El ministro de Finanzas del Reino Unido, Jeremy Hunt, confirmó que el país se encuentra en recesión al realizar este jueves su declaración presupuestaria de otoño, que contempla subidas de impuestos, incluyendo un aumento de la tasa aplicada a las ganancias extraordinarias de las empresas energéticas, y una reducción del umbral del tramo superior del impuesto sobre la renta, que aumentará el número de declarantes afectados.
En su comparecencia ante la Cámara de los Comunes, el titular de la Hacienda británica confirmó los pronósticos de la Oficina de Responsabilidad Presupuestaria (OBR), que apuntan a una expansión del PIB del Reino Unido del 4,2% este año, frente al 3,8% previsto en marzo, pero que apuntan a una contracción del 1,4% en 2023, frente al crecimiento previsto anteriormente del 1,8%.
En cuanto a la inflación, el nuevo cuadro macroeconómico del gobierno británico anticipa una subida de los precios del 9,1% en 2022, por encima del 7,4% previsto en marzo, que se moderará en 2023 hasta el 7,4%, en vez del 4% esperado anteriormente.
A más largo plazo, las proyecciones de la OBR apuntan a un crecimiento del PIB del Reino Unido del 1,3% en 2024, ocho décimas menos de lo esperado anteriormente, así como del 2,6% en 2025, frente a la anterior previsión del 1,8%, y un 2,7% en 2027, un punto porcentual más de lo anticipado, mientras que para 2027 se espera un crecimiento del 2,2%.
En su comparecencia, el canciller británico defendió que la declaración de otoño representa un “camino equilibrado hacia la estabilidad”, con una consolidación fiscal estimada en unos 55.000 millones de libras -62.919 millones de euros-, lo que implica “tomar decisiones difíciles”.
“Hay una crisis energética global, una crisis de inflación global y una crisis económica global. Pero hoy con este plan de estabilidad, crecimiento y servicios públicos, enfrentaremos la tormenta. Lo hacemos hoy con resiliencia británica y compasión británica”, planteó Hunt.
“Cualquiera que diga que hay respuestas fáciles no está siendo sincero con el pueblo británico: algunos abogan por recortes de gastos, pero eso no sería compatible con servicios públicos de alta calidad”, indicó. Al mismo tiempo, aseguró que “los impuestos altos dañan las empresas y erosionan la libertad”.
De este modo, afirmó que, si bien se prefieren impuestos bajos y cuentas sólidas, esto tiene que ser lo primero, porque la inflación carcome la libra en los bolsillos de las personas “incluso más que los impuestos”, por lo que ha destacado que la consolidación prevista se distribuye casi a partes iguales entre medidas de impuestos y de gasto. “Es un plan equilibrado para la estabilidad”, apostilló.
Subidas de impuestos
Entre las subidas de impuestos anunciadas para aumentar la recaudación en unos 25.000 millones de libras -28.600 millones de euros-, el responsable de la Hacienda del Reino Unido ha anunciado que el umbral del Impuesto sobre la Renta a partir del que se pagará el 45% se reducirá a 125.140 libras -143.159 euros- desde las 150.000 libras -171.600 euros- actuales, mientras que los umbrales mínimos del Impuesto sobre la Renta, Sucesiones y el Seguro Nacional se congelarán por dos años más hasta abril de 2028.
Asimismo, a las empresas “con los hombros más anchos” se les pedirá que soporten una mayor parte de la carga, ha subrayado en referencia a la implementación de las reformas desarrolladas por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y acordadas internacionalmente para garantizar que las multinacionales paguen su parte justa de impuestos.
De este modo, como ya se había confirmado en octubre, el tipo principal del Impuesto sobre Sociedades aumentará en Reino Unido hasta el 25% desde el actual 19% a partir de abril de 2023, tal y como había acordado el Gobierno encabezado por Boris Johnson.
Asimismo, para garantizar que las empresas que obtengan beneficios extraordinarios como resultado de los altos precios de la energía también paguen su parte justa, a partir del 1 de enero de 2023, el impuesto sobre los beneficios energéticos de las empresas de petróleo y gas aumentará del 25% al 35%, y se mantendrá vigente hasta el final de marzo de 2028, mientras que se introducirá un nuevo gravamen temporal del 45% para los generadores de electricidad.
Además, dado el buen ritmo en el cambio hacia los vehículos eléctricos, el ministro ha anunciado que “a partir de 2025, se introducirá el impuesto de circulación para los vehículos eléctricos para que todos los conductores comiencen a pagar una parte justa”.
Por otro lado, indicó que la asignación de dividendos libres se reducirá de 2.000 libras a 1.000 libras el próximo año, y a la mitad a partir de abril de 2024, y el monto anual exento en el impuesto sobre ganancias de capital se reducirá de 12.300 libras -14.071 euros- a 6.000 libras (6.864 euros) el próximo año y hasta 3.000 libras -3.432 euros- a partir de abril de 2024.
Protección
De su lado, el canciller británico anunció un paquete de apoyo específico a los más vulnerables frente al aumento del coste de la vida, dotado con 26.000 millones de libras -29.744 millones de euros-, incluyendo medidas de apoyo frente al aumento de las facturas de energía.
De esta manera, alrededor de ocho millones de hogares recibirán un pago de 900 libras -1.030 euros- en cuotas, con 300 libras para los jubilados -344 euros- y 150 libras -172 euros- para las personas con prestaciones por discapacidad.
Asimismo, la garantía del precio de la energía se extenderá a partir de abril de 2023 con un límite que aumentará a 3.000 libras -3.432 euros-. Dado que se pronostica que los precios se mantendrán elevados durante el próximo año, esto equivale a un apoyo promedio de 500 libras -572 euros- por hogar en 2023-24.
Por su parte, el Salario Mínimo Nacional se incrementará en un 9,7% hasta las 10,42 libras esterlinas la hora, lo que otorgará a un trabajador a tiempo completo un aumento salarial de más de 1.600 libras esterlinas al año, lo que beneficiará a dos millones de los trabajadores peor pagados.
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