Juan Claro: “El gobierno no puede trabajar en distintos objetivos a la vez, tiene que focalizarse”

Juan Claro
Juan Claro, empresario y expresidente de la CPC y de la Sofofa.

El expresidente de la Sofofa y la CPC y director de empresas coincide con Rosario Navarro en que “no es prudente ser pesimista”. Cree firmemente que los empresarios son optimistas por naturaleza y no tienen ese pesimismo ideológico del que habló el Presidente Gabriel Boric. “No hay una ideología pesimista, ni mucho menos. Las decisiones son todas empresariales”, responde. Sobre la discusión tributaria, propone desideologizarla y mirarla con frialdad. Pero no gravar la inversión.


Pese a haber experimentado un alto perfil público cuando fue simultáneamente presidente de las dos agrupaciones empresariales más poderosas del país, la Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa) entre 2001 y 2005, y la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC) entre 2002 y 2004, Juan José Héctor Gabriel Claro González (74) no es un hombre asiduo a los micrófonos. Es más, normalmente los rehúye.

Reaparece circunstancialmente en eventos y habla a la prensa sólo cuando tiene algo que decir.

Juan Claro, como se le conoce, nieto del expresidente Gabriel González Videla, es un hombre ocupado, pues quizás es de los directores de empresa más requeridos y comparte regularmente con algunos de los conglomerados empresariales más relevantes del país. Hoy forma parte de al menos cinco mesas directivas: Antofagasta plc, la minera del grupo Luksic; Embotelladora Coca-Cola Andina, controlada por la familia Said; Cemento Melón, en manos del grupo peruano Brescia; Agrosuper y su filial salmonera Empresas Aquachile, propiedad de los hermanos Vial, entre otras. Fue socio de la eléctrica Energía Llaima, que vendió en 2021 a la canadiense Innergex. Además, es consejero honorario del Centro de Estudios Públicos.

Por todo esto, su opinión siempre llama la atención. De hecho, en el Encuentro Nacional de la Industria, el evento organizado por la Sofofa el pasado miércoles, donde fue realizada esta entrevista, fue citado por la actual presidenta del gremio industrial, Rosario Navarro, al recordar palabras de su discurso de la Cena de la Industria del 2002, ante el en ese entonces mandatario Ricardo Lagos, cuando dijo: “En la actual encrucijada, no resulta prudente ser pesimista, especialmente si queremos restablecer el entusiasmo y la confianza en los inversionistas y consumidores... Estoy optimista, porque creo que sortearemos con éxito la actual encrucijada. Lo hicimos en la década de los ‘80 y tengo por lo tanto una fundada esperanza de que el país lo podrá hacer de nuevo”.

En aras de recuperar el optimismo, Rosario Navarro lo citó. ¿Qué saca en limpio de lo que señaló Navarro?

-Primero, lo que saco en limpio es el discurso de la presidenta de la Sofofa, la Rosario, que fue un discurso patriótico, optimista, que va más allá de este gobierno.

¿En qué sentido?

-En que este es un tema de generar las condiciones para volver a instalar un proceso que convoque a las personas a trabajar por el desarrollo del país. Por lo tanto, yo lo entiendo cómo generar la condición de un proceso de más largo plazo y que probablemente va más largo que su mandato (de Navarro) y también el de este gobierno de todas maneras. Me recordó una frase de (el expresidente estadounidense Franklin Delano) Roosevelt, quien decía en la mitad de la depresión: ‘sólo hay que temerle al temor mismo, ese temor que paraliza’. Fue una frase bien acuñada de la época de la depresión.

Pero hoy no estamos en una depresión, eso sí.

-No, no digo que estemos en una depresión acá. Pero claramente, lo que (Navarro) estaba llamando es a la prudencia, que no es prudente ser pesimista, como dijo ella. Entonces, eso es lo primero. Lo segundo es que, obviamente, hay que empezar a trabajar de manera tal de acortar el trecho entre el dicho y el hecho, por decirlo así. Porque unas cosas son los discursos, otras cosas son las acciones. Y para eso, claro, evidentemente se requieren acuerdos, pero también convicción. Creo que el gobierno no puede estar trabajando en distintos objetivos a la vez, tiene que, de alguna manera, focalizarse. Pero insisto, esto es un llamado que va más allá del propio gobierno. ¿Al gobierno le queda cuánto? ¿Un año y medio?...

Juan Claro, Ex presidente de Sofofa y la CPC
Juan Claro, empresario y expresidente de la CPC y de la Sofofa.

De las palabras que ha escuchado del Presidente Boric, ¿le llama algo la atención?

-Creo que efectivamente el sistema político es clave y no me pareció escuchar nada muy especial del Presidente (Boric) respecto de eso. Quizás lo que más saco en claro es que se comprometió a avanzar en todo el tema de reducir la permisología. O sea, Chile requiere estabilidad macroeconómica, pero sobre eso, requiere un ambiente microeconómico donde las empresas se puedan movilizar y puedan tener espacios para la inversión sin trabas burocráticas, en ambientes competitivos donde la innovación sea una necesidad, porque sin crecimiento los problemas sociales quedan condenados a seguir esperando.

¿Qué opinión tiene de la discusión tributaria? La Sofofa pidió reducir al 23% el impuesto corporativo, pero el gobierno ofrece bajarlo al 25% del actual 27%, pero subiendo el tributo a las personas de mayores ingresos. El Presidente les pidió no actuar con “la política del tejo pasado”.

-Más allá de los números, que no conozco bien el proyecto, creo que el tema tributario hay que desideologizarlo, y mirar con frialdad y profesionalismo cuál es la mejor manera de recaudar. Y creo que, con creces, es importante generar un esquema tributario que lo que no haga es gravar la inversión. Y, por lo tanto, todo lo que signifique ese camino me parece adecuado.

Dentro de las empresas en las cuales usted trabaja, ¿cómo se ve el ambiente de la inversión? ¿Cómo se ve el 2025?

-A ver… los empresarios son optimistas por naturaleza. Hicieron hace muchos años una encuesta, que salió publicada en el Time, que mostraba que las predicciones de los empresarios y las cosas que imaginaban hacia el futuro ocurrían muy poco. Y que, por lo tanto, eran esencialmente optimistas. Y también ahí hablaban de que el optimismo era una necesidad para el efecto de movilizar, o sea, el optimismo es una emoción que permite que los pueblos se desarrollen. Pero para eso, hay que generar una cultura donde se aprecie el emprendimiento, donde no se tenga una visión maniquea de la realidad, y creo que en eso falta bastante.

Y cuando el Presidente habla de este “pesimismo ideológico de los empresarios”, que parecieran tomar decisiones más ideológicas que empresariales.

-No, yo pienso que los empresarios son tremendamente optimistas. No estoy de acuerdo con eso. No hay una ideología pesimista, ni mucho menos. Las decisiones son todas empresariales. Y creo que en eso es importante mejorar el ambiente microeconómico donde, repito, se puedan desarrollar los proyectos sin trabas burocráticas, generando espacios para la inversión en ambientes competitivos, de manera tal que no dependa de los reglamentos públicos y donde la innovación sea una necesidad. Y para eso falta bastante.

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