Juan Sutil: “El derecho de propiedad es un factor clave para tener desarrollo”

Juan Sutil
Juan Sutil, presidente de la Confederación de la Produccion y del Comercio (CPC).

El presidente de la CPC sugiere dejar en la Constitución todo lo relativo a las expropiaciones tras la aprobación de una norma que delega su regulación a leyes futuras. Dice que aquello no debe quedar al arbitrio de mayorías circunstanciales en el Parlamento. “Si no construimos una Constitución que permita amplios consensos y amplias seguridades del país que queremos construir para todos, esto, a mi juicio, va a fracasar en el corto, mediano y largo plazo”, advierte.


Juan Sutil recurre con frecuencia a dos citas y un ejemplo. La primera es una frase atribuida a Mark Twain: “La historia no se repite, pero rima”. Con ello, el presidente de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC) quiere decir que la discusión constitucional sobre el derecho a la propiedad corre el riesgo de revivir fantasmas pasados. A su juicio, y el de otros empresarios, una norma aprobada hace una semana en una comisión de la Convención Constitucional debilita el derecho a la propiedad y el futuro económico de Chile. La segunda cita es un refrán utilizado por Cervantes en El Quijote: “Al buen pagador no le duelen prendas”. Si Chile pretende cumplir con sus obligaciones, afirma Sutil, no debe temer a garantizar un derecho pleno a la propiedad. El ejemplo al que vuelve cada tanto es Argentina, su país referencia sobre lo que no hay que hacer. La norma que aprobó la comisión de Derechos Fundamentales garantiza el derecho a la propiedad, pero entrega a leyes futuras la forma en la que se pagan las indemnizaciones en caso de expropiación. Aquello es lo que hoy más inquieta a los privados.

La comisión aprobó una norma que dice: “La Constitución asegura a todas las personas el derecho de propiedad en todas sus especies y sobre toda clase de bienes”. ¿Aquel no era el principal temor del empresariado y eso diluyó?

-No, no queda despejado, porque esa misma moción establece que por ley se tiene que regular (las expropiaciones). Mira lo que pasó antes: una modificación de la ley permitió que pudieran participar, con mucho menos exigencia que en una elección normal, una cantidad importante de personas que llegaron a la Convención y que, desde el punto de vista político, no desde el punto de vista identitario, no representan los equilibrios políticos del país. Ahí tienes una mayoría circunstancial que no está permitiendo una Constitución más equilibrada. Si tú tienes una mayoría circunstancial, como lo hubo en la década del 70, y tienes un derecho a la propiedad que está precarizado, las inversiones de largo plazo no se realizan. La vuelta del proyecto forestal son 17 a 22 años y los proyectos mineros, a 50 años. Cuando me refiero a la vuelta es que puedas realizar esa inversión, generar empleo, valor compartido, a través de la contribución que hace la inversión al pagar los tributos. Si no tienes un robusto derecho de propiedad puede ocurrir que el país se estanque como está pasando en otros países de Latinoamérica, precisamente por la falta de seguridad que tiene el derecho de propiedad. Mira lo que pasa en Argentina. El Banco Mundial dice que en los últimos 40 años Chile creció un 161% y bajó la pobreza de sobre el 60% a menos del 10%. Venezuela decreció un 76%. Y Argentina, con un discurso muy bonito, muy populista, ha crecido en 40 años un 7,5%. Este ya no es un problema ideológico.

¿Y qué relación tiene eso con la Constitución?

-Porque el derecho a emprender y el derecho a la propiedad tienen que estar protegidos para que los países se desarrollen. Los agentes económicos -tú eres un agente económico, yo soy un agente económico- toman decisiones. Tú puedes mañana decidir vender tu auto, cambiar tu departamento o comprar una parcela, y eso va a depender de que tengas seguridad. Al final, cuando quieres construir una economía social de mercado que todos admiramos como España, Portugal, Alemania, Finlandia, Nueva Zelandia, Australia, el derecho de propiedad es un factor clave para tener desarrollo y, especialmente, inversión extranjera.

Los promotores de esta norma dicen que la Constitución alemana establece lo mismo: que una ley fijará las expropiaciones. Lo mismo la mayoría de las constituciones…

-Bueno, pero en Alemania el Partido Comunista y los extremos están proscritos por ley. Yo creo que uno tiene que entender que estamos en una región que es mucho más convulsionada que estar en Europa, donde la racionalidad a veces no prima. Y en Chile quedó demostrado, en la historia está demostrado, por eso que digo que la historia no se repite, pero rima.

Sí, hay gente que ha citado el período de Allende y Frei…

-Cita mejor lo más reciente: el royalty minero que aprobaron en la Cámara de Diputados, que todavía no es ley, aplica impuestos de casi sobre el 80% y destruye a la industria minera. Y uno dice: “Pero tiene que haber un racional detrás de eso”. Bueno, no hubo racional y fue político. Otro ejemplo: los retiros de la renta vitalicia, donde se pasó por encima del derecho a la propiedad, porque las rentas vitalicias son de la compañía de seguro, que asume un compromiso con una persona que adquiere una renta vitalicia. Lo mínimo que puede esperar quien esté haciendo una inversión es tener seguridad. ¿Qué problema puede haber en darle seguridad a una persona o a un agente económico, ya sea alguien que tiene una casa donde va a pasar el Metro o el que va a hacer una inversión minera o un proyecto industrial? Hay un proverbio que dice: “A buen pagador, no duelen prendas”. No veo por qué no se pueden dar buenas garantías para que haya muchísima gente en Chile y en el mundo que esté dispuesta a invertir y a hacer de este país un país desarrollado. Eso es lo que está en juego.

¿La palabra ‘expropiación’ es un trauma para el sector empresarial?

-No, la palabra expropiación no es un trauma. El problema es la forma. En Chile se ha expropiado mucho en los últimos 30 años y nadie puede decir que eso no funciona bien. Te puedo dar miles de ejemplos: en Chile se hicieron las carreteras interurbanas, la carretera de Puerto Montt a Vallenar, las líneas del Metro, los accesos a los puertos, los puertos, y todo eso por expropiaciones. ¿Y cómo opera? De una forma muy simple, vas a una tasación comercial, el Estado te puede obligar, te expropia a un valor correcto y tienes derecho a pataleo. Nadie aquí se ha negado a que le expropien.

El constituyente Bernardo Fontaine dijo: “Volvemos a la Constitución que permitió a Allende y Frei expropiar sin pagar. Los fantasmas salen del cementerio”…

-En eso Bernardo tiene razón, porque eso puede ocurrir y te lo vuelvo a ejemplificar: con una mayoría circunstancial, el Congreso Nacional, la Cámara de Diputados, aprobó dos leyes que son confiscatorias: el royalty minero y las rentas vitalicias. Si pones en riesgo al derecho a la propiedad, que es la base de una economía social de mercado, y lo precarizas, te puedes quedar con un país frustrado. Eso es lo que pasa en países como Argentina.

La Constitución del 80 establecía todo esto por lo que ocurrió en los gobiernos previos. Pero han pasado décadas. ¿No están pensando en un enemigo que ya no está?

-Eso está por verse. ¡Mira la cosa pedestre que estamos discutiendo! El principio filosófico es que la persona tiene el derecho, y está consagrado en la Convención Universal de Derechos Humanos, a tener protección a sus bienes, a su trabajo, a su desarrollo. ¿Qué hacen los países desarrollados? Van creciendo a través de los tratados internacionales y a través del derecho, la propiedad. Eso no significa que no se puede expropiar para bienes superiores, como se hace en Chile, pero eso está protegido a través de un valor justo. Aquí no estamos hablando de izquierda o derecha. Si mañana van a hacer el Metro y te van a pasar por arriba de tu casa y te la quitan, ¿por qué te van a pagar el avalúo fiscal por eso? Dame una buena razón para eso, si tu casa tenía un valor comercial de 10 y el avalúo fiscal es cuatro.

Pero eso no se establece en la norma aprobada. Solo dice que eso se va a fijar en una ley.

-Sí, está bien, pero una ley que puede establecer que la expropiación puede ser a valor de tasación fiscal o puede ser que diga que se va a pagar con un bono a 30 años, sin valor y reajuste, como ocurrió el año 64 en adelante (...) Para que la economía funcione correctamente tiene que haber certeza. De lo contrario serás como Argentina, perdone que lo use siempre, pero creo que es el mejor ejemplo. Lo que tenemos que hacer, a juicio mío, no sólo es proteger el derecho a la propiedad en su conjunto, sino que también ejercerlo a través de que haya poderes del Estado lo suficientemente robustos, independientes y colegiados.

¿Qué tan esencial es a su juicio que se regule en la Constitución el tema de las expropiaciones?

-Yo creo que es fundamental que en la Constitución se establezca claramente una protección cuando tú vas a ser expropiado, que eso se haga a un valor justo, comercial y pagado al contado, porque tú no te puedes quedar sujeto a un proceso con una inestabilidad política de una mayoría circunstancial que puede llevar al país al abismo. El problema, creo yo, es otro: los sectores de izquierda más duros tienen la oportunidad de demostrar la moderación a través de hacer un buen gobierno y llevar a Chile al desarrollo. Y cuando eso se vaya demostrando, como pasa en los países europeos, creo que la tensión por garantizar todos los derechos fundamentales -olvídate de la propiedad-, ¡todos los derechos fundamentales!, va a ser cada vez menos importante. Si no construimos una Constitución que permita amplios consensos y amplias seguridades del país que queremos construir para todos, esto, a mi juicio, va a fracasar en el corto, mediano y largo plazo.

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