La columna de Michèle Labbé: “Entre ideología y realidad: la encrucijada de la ley corta de salud”
"Quienes esta semana votan la ley corta de salud, deben votar entendiendo las consecuencias de su voto, pues lo que se está haciendo a través del proyecto de ley, puede ser entendido como competencia desleal por parte del Estado (Fonasa), que busca hacer quebrar a su competencia (las isapres) para quedarse con todos los clientes".
Esta semana comienza la discusión de la ley corta de salud en la comisión mixta donde se discutirá el futuro del sistema de salud en nuestro país, y donde algunos parlamentarios votarán con sus cabezas concentradas en las próximas elecciones, o en ideales ideológicos que no llevan a entregar un servicio de salud de mejor calidad.
Puedo asegurarles que muy pocos de los que esta semana votarán la ley corta de salud entienden que en Chile el sistema de salud se instauró y debería funcionar como un seguro de salud, y que igual que el seguro del auto que todos conocemos, que se paga todos los meses, pero se ocupa solo si le pasó algo al auto, o – en el caso del seguro de salud - si necesitamos ir al doctor.
Que al igual que el seguro del auto, mientras más choques o siniestros, más sube el precio del seguro, así como mientras más licencias médicas, más sube el precio del plan de salud.
Que el sistema funciona ya que no todos tienen el mismo riesgo de tener un siniestro, por lo tanto, con los ingresos de los que no hacen uso del seguro se pagan los arreglos de los autos de los que sí lo hicieron (mutualización).
Y que entre muchos otros, los precios del seguro fueron siempre fijados con el permiso de la autoridad - la Superintendencia de Salud -, que dictó el sistema de cobro, autorizó cada precio de cada plan de salud, y fiscalizó su cumplimiento, y que hoy, ante los fallos de la Corte Suprema (cuyos jueces tampoco entendieron nunca como funcionaba el sistema), se lavan las manos cual Poncio Pilato.
Si la Corte Suprema decidiera que los precios de los seguros de autos no pueden discriminar por la historia de choques del dueño de la póliza, y mandaran a devolver la plata a todos aquellos a los que se les cobró más por ser más siniestrosos, todos entenderían que se está equivocando. Sin embargo, en el caso de la salud, nadie parece entenderlo, y si lo entienden, no lo aceptan, porque su ideología los inhibe.
Quienes esta semana votan la ley corta de salud, deben votar entendiendo las consecuencias de su voto, pues lo que se está haciendo a través del proyecto de ley, puede ser entendido como competencia desleal por parte del Estado (Fonasa), que busca hacer quebrar a su competencia (las isapres) para quedarse con todos los clientes.
Deben votar entendiendo que el Estado - a través de la Superintendencia de Salud -, es responsable de los precios de los planes que cobraron las isapres, y por lo tanto, si existe un responsable final de pagar la inexistente deuda de las isapres es el Estado, ante quien podrán demandar las empresas por haber obedecido a la autoridad y las leyes existentes.
Que el Estado deberá responder ante la Corte Internacional, porque en la propiedad de las empresas de seguros de salud hay extranjeros a los cuales se les está estatizando sus ingresos y clientes.
Y que finalmente, las consecuencias de las decisiones sobre nuestro sistema de salud que tomarán los legisladores esta semana, las terminaremos pagando todos los chilenos, pues en el mejor de los casos, volveremos a pagar a través de financiar los costos de las demandas al Estado, y en el peor, lo pagarán con su vida parte de los enfermos crónicos, que no podrán acceder a sus tratamientos y médicos debido a listas de espera mucho más largas y/o la interrupción de sus tratamientos.
Ustedes que votan la ley corta de salud, no olviden esto.
*La autora es economista.
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