La Fed ve un rebote del gasto privado pero avisa de un gran riesgo para las empresas
El Banco Central abre la puerta a ser más claro en sus previsiones respecto a los tipos de interés.
Los sabios del Banco Central de Estados Unidos hablaron el pasado 29 de julio. El diagnóstico no fue castatrófico, pero distó mucho de ser positivo. El presidente de la Reserva Federal (Fed), Jerome Powell, advirtió de que serán necesarios más apoyos para evitar que la crisis del coronavirus dañe más el tejido económico del país.
En las actas de la reunión, los banqueros de los distintos distritos de la Fed destacaron que se había producido un rebote del gasto del consumidor, pero al mismo tiempo avisaron de la incertidumbre que pesa sobre las empresas. También debatieron la posibilidad a ser más claros en cuanto a sus previsiones de tipos de interés.
"Los miembros [del Comité Federal del Mercado Abierto (FOMC)] sentenciaron que la actual crisis de salud pública pesa mucho en la actividad económica, el empleo y la inflación a corto plazo y que plantean riesgos considerables para la economía a medio plazo", señala el documento. "Los participantes vieron menos mejora en el sector empresarial en los últimos meses y señalaron que sus informaciones revelan niveles extraordinariamente altos de incertidumbre y riesgos", añaden. Es más, avisaron de que la recuperación prevista para el segundo semestre del año será menos intensa de lo que habían anticipado en un principio.
La Fed mantiene los tipos de interés en el rango del 0% al 0,25% y se muestra firme en el paquete de estímulos, con compras de deuda de todo tipo, incluso con una nota inferior al grado de inversión –BBB-, según S&P y Fitch, y Baa3, según Moody's– por 2,3 billones de dólares. Y eso que unos 12.000 millones de euros le han bastado para calmar al mercado. La próxima reuniónse celebrará los días 15 y 16 de septiembre y se darán previsiones económicas. Es posible que se tengan en cuenta las peticiones de algunos gobernadores, que el 28 y 29 de julio solicitaron más claridad en cuanto a los objetivos futuros del Banco Central, según revelan las actas publicadas este miércoles.
En la zona euro, el BCE los tiene fijos en el 0%, e incluso bonifica a los bancos por pedirle dinero prestado a largo plazo, desde el 18 de septiembre del año pasado. La bazuca antipandemia de Christine Lagarde suma 1,35 billones de euros, de los que había empleado 468.849 millones hasta el pasado 14 de agosto. La fecha límite para su uso está fijada, en principio, en junio del próximo año, pero desde el Banco Central se abren a la posibilidad de ampliar tanto el importe como el plazo.
El tipo de interés de intervención en Estados Unidos–el precio al que la Fed presta el dinero a los bancos comerciales– permanece desde el pasado 15 de marzo en el 0% o casi. Un nivel en el que seguirán “hasta que exista seguridad que la economía ha resistido y que se aproxime a los objetivos de empleo máximo y estabilidad de precios”, según explicó el organismo monetario hace tres semanas.
La Fed constató en su reunión del pasado 29 de julio que la actividad económica y el empleo se han recuperado un poco en los últimos meses, pero “se mantienen muy por debajo de sus niveles a principios de año”. La demanda continúa debilitándose y los precios del petróleo siguen cayendo, lo que ejerce de freno a la inflación, una de las variables seguida de cerca por la institución y que según sus previsiones cerrará el año el 0,8%, lejos del objetivo del 2%.
Powell, en la rueda prensa del 29 de julio, reconoció que la respuesta fiscal fue “fuerte, rápida y amplia” pero es necesario un apoyo extra. Estas palabras llegan cuando demócratas y republicano negocian el próximo paquete de ayudas ya que expira el plan de ayuda adiciones al desempleo aprobado por el Congreso a comienzos de año.
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