El acuerdo con Corfo, la pérdida del control por parte del Grupo Pampa, controlado por Julio Ponce, el cambio del gobierno corporativo, y las perspectivas del litio. Esas fueron las razones que llevaron a las AFP en 2018 a volver a SQM luego de tres años fuera.
Hoy, con US$2.316,23 millones en la compañía, equivalente al 24,28% de la serie B, y al 1,23% de los fondos de pensiones, es la acción chilena donde tienen más recursos invertidos vía capital (detrás está Enel Américas, con US$1.375,23 millones). En los últimos doce meses hasta mayo, según el reporte sobre flujos institucionales de Bice Inversiones, las AFP han destinado US$1.800 millones a acciones locales, de los cuales US$561,7 millones corresponden a compras de acciones SQM-B. Así, la inversión en la minera no metálica equivale al 31,16% del flujo de las AFP a la bolsa local en los últimos doce meses.
Ya en 2022, las gestoras habían adquirido acciones serie B por US$234,2 millones. Y si se toma sólo lo que va entre enero y mayo de este año, según datos de Bice Inversiones, la inversión llega a US$333,2 millones, casi el total de los US$428,5 millones que han destinado en flujos netos al mercado accionario nacional.
El año pasado, la acción se empinó 63%, pero en lo que va de 2023 cae 16%. En medio de este escenario, las AFP han vuelto a apostar por SQM, con las negociaciones entre la compañía y Codelco como telón de fondo, donde el resultado podría afectar la explotación de litio de la empresa, y con ello mermar la mayor inversión de las gestoras de fondos de pensiones en una empresa chilena.
El largo proceso de vuelta
La vuelta de las AFP a la compañía no fue un tema menor. En 2015 las gestoras terminaron de salir de la propiedad de la compañía, esto luego de que en 2014 la entonces Superintendencia de Valores y Seguros, hoy Comisión para el Mercado Financiero (CMF) , impusiera la multa más alta en la historia del mercado de capitales chilenos, totalizando US$164 millones -había formulado cargos en septiembre de 2013-, de los cuales Ponce debía desembolsar US$70 millones, por una serie de infracciones a la Ley de Sociedades Anónimas y Ley de Mercado de Valores, esto en operaciones realizadas con acciones de la minera no metálica entre 2010 y 2011.
“Si su excelencia, el Presidente de la República no hubiese participado del Caso Cascadas, no habría Caso Cascadas”, señaló Ponce en marzo de 2014, aludiendo al entonces presidente Sebastián Piñera, a la salida del Ministerio Público, luego de prestar declaración en medio de la querella que presentó contra la SVS por prevaricación.
Pero sería en 2015 cuando estallaría un caso que terminaría, incluso, con la salida en marzo del histórico gerente general de SQM, Patricio Contesse, quien fue formalizado el 30 de abril de ese año por delitos tributarios asociados a pagos irregulares a políticos, esto tras una investigación que se inició en 2014. Y en medio de este escenario, es cuando Corfo inició el proceso arbitral con SQM para revisar la concesión del Salar de Atacama.
En abril de 2015, Julio Ponce Lerou, tras 28 años, dejó la presidencia de SQM. “Hace 28 años esta compañía estaba casi en quiebra; hoy día es líder a nivel mundial en su área. Y para mí, lo más importante es el futuro de Soquimich. Muchas gracias”, dijo al término de su última junta de accionistas.
Cuatro años pasaron en negociaciones, hasta que en enero de 2018 Corfo y SQM sellaron un pacto, el que triplicaba la cuota de extracción, y ampliaba el derecho de explotación del Salar de Atacama hasta 2030. Pero para ello, el Grupo Pampa debía perder el control. Así, en abril de ese año, luego de algo más de 11 años, Julio Ponce Lerou puso fin al acuerdo con la japonesa Kowa, lo que le permitía tener el control de SQM mediante un pacto de accionistas.
En medio de este proceso, también salió el segundo mayor accionista de la compañía, y se produjo el ingreso de un nuevo actor. El 1 de junio de 2018, la canadiense Nutrien subastó en bolsa en casi US$1.000 millones, equivalente al 7,6% de la propiedad de la minera no metálica, operación en que las AFP se quedaron con el 45% de la subasta, equivalente a unos US$450 millones, es decir, poco más del 3% de SQM. En abril, Nutrien se había desprendido de otro 1% de la firma chilena, por US$75 millones, donde las AFP se quedaron con cerca del 9% del paquete. Pero fue en diciembre cuando la canadiense concretó su salida, al vender el 24% de la compañía, por US$4.070 millones, a la china Tianqui.
La decisión que tomaron las AFP de volver a invertir en SQM no fue fácil. Fue un tema bastante discutido al interior de cada AFP, y que pasó por distintos filtros antes de que efectivamente pudieran regresar a la propiedad. Pero considerando los cambios que se habían producido en la empresa, decidieron hacer primar el tema operativo versus los problemas de los accionistas aguas arriba. Veían bastante atractivo en la acción, porque estimaban que tenía buenas perspectivas, lo cual finalmente resultó ser cierto si se considera que desde que entraron por primera vez en febrero de 2018 hasta la fecha, la acción ha subido 68%.
Pero eso, hasta ahora. Porque por estos días Codelco y SQM comenzaron ya a trabajar en la negociación por el futuro del Salar de Atacama, en la que la minera estatal busca ingresar -por encargo del gobierno de Gabriel Boric- a un negocio que hoy no explota; y SQM se juega mantenerse en el mayor yacimiento mundial del litio más allá de 2030.