Los diversos factores que conspiran para que la próxima crisis mundial llegue en 2020
Aunque la guerra comercial está en la lista de preocupaciones, un posible aumento acelerado en la tasa de interés de la Reserva Federal y su efecto en la curva del bono del Tesoro es donde se concentra el análisis de los especialistas. Los emergentes suman riesgos por alto endeudamiento.
Aunque para el décimo aniversario de la Crisis Financiera gran parte de los economistas optó por reflexionar sobre las lecciones aprendidas y las tareas pendientes, hubo otros que mirando hacia el futuro decidieron hacer sus apuestas para la próxima gran debacle. Con Wall Street cerca de sellar su racha alcista más larga en la historia, cerrando ayer con nuevos récord, y un pujante crecimiento en EEUU, el momento de la caída quedó fechado para el 2020 en diversos artículos de opinión y reportes, que afirman que el cambio de ciclo es inevitable y que los desequilibrios comenzarán a quedar en evidencia desde el próximo año.
"En 2020, estarán dadas las condiciones para una crisis financiera, seguida de una recesión global", fue la arriesgada apuesta de Nouriel Roubini, el gurú de las finanzas que predijo la crisis de 2008. Su tesis fue respaldada rápidamente por JPMorgan, que en una nota a sus clientes indicó: "Pese a que el 2020 parece más probable que el 2019 para el comienzo de la próxima recesión, es probable que estemos a la defensiva más temprano".
En ambos casos los factores que soportan la estimación son diversos, pero la curva del bono del Tesoro es la que más se repite. Desde 1990 cada vez que el diferencial del rendimiento entre el bono de 10 años y el 2 años pasa a negativo (ver infografía), se desata una crisis un año más tarde y actualmente la curva vuelve a acercarse a zona de peligro.
¿Qué la puede empujar?
La política monetaria estadounidense. "El mayor riesgo es que la Fed se vuelva más agresiva. Eso significaría que se invierta la curva del bono del Tesoro, dañando la creación de crédito. Esto impulsará al dólar que terminará dañando a los mercados emergentes", señaló a PULSO, Joseph Lavorgna, economista jefe de Natixis.
Si bien la Reserva Federal ha insistido en que el ajuste monetario será gradual e incluso han dado pistas de que se está acercando a su nivel neutro, hay otro elemento que podría cambiar los planes del central.
"Sin duda existe cierto riesgo de sobrecalentamiento (en EEUU). Los mercados laborales ya están bastante 'calientes', los precios de los activos están elevados y la inflación podría superar el objetivo de 2%", relata Ken Matheny, economista de IHS Markit. Aunque desde Capital Economics, Andrew Kunningham, considera que no es claro que EEUU avance a un sobrecalentamiento, advierte que "la Fed si podría llegar a hacer esa evaluación, aumentando más rápido la tasa de interés".
En ese escenario, Matheny coincide con Lavorgna en las posibilidades de que se genere una dinámica dañina, destacando que la guerra comercial está entre los elementos a considerar.
"Una combinación del alza de las tasas de interés reales, la disminución del estímulo fiscal y un mayor lastre de los aranceles comerciales podrían conspirar para empujar a EEUU a una desaceleración o recesión en unos pocos años".
Aunque Randall Kroszner, ex gobernador de la Fed, no se cuenta entre los pesimistas , sí destaca que si las cosas se complican el mundo emergente es el más vulnerable. "El 'ciclo tóxico' de deuda que atrapa a algunos mercados emergentes, como Turquía y Argentina, y la falta de herramientas con las que cuenta China para responder a un shock -a diferencia de una década atrás-, se encuentran en el centro de sus preocupaciones".
China se congracia con sus socios
Aunque sigue confrontada con EEUU, China estaría planeando una rebaja de aranceles a las importaciones que recibe de gran parte de sus socios comerciales, en una estrategía que podría echar por tierra la ambición de Donald Trump de que Occidente y otros aliados presionen conjuntamente al gigante asiático.
La medida también, que podría entrar en vigencia la próxima semana según lo consignado por Bloomberg, también se alinea con el objetivo de Beijing de impulsar el consumo interno.
"Debemos defender el multilateralismo, las normas del libre comercio", dijo el primer ministro Li Keqiang.
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