Menor crecimiento del PIB 2019 llevaría a un mayor déficit fiscal efectivo. Podría llegar a -2%

Ministro de Hacienda, Felipe Larrain, comenta cierre de Mision del Artículo IV del F.M.I.

Según los expertos, el mayor déficit también aumentaría el nivel de deuda pública dados los requisitos de financiamiento de los compromisos fiscales, variable seguida atentamente por las clasificadoras de riesgo.


A mediodía de hoy, en la comisión de Hacienda del Senado. Esas son la fecha y la hora en que el ministro de Hacienda Felipe Larraín junto al director de Presupuestos, Rodrigo Cerda, estrenará el nuevo reporte trimestral de Finanzas Públicas, con la actualización de la proyección de las principales cifras macro para 2019, entre ellas, la más esperada: el crecimiento.

Sobre la cifra, Larraín ha dado varias señales. La última de ellas ayer, al exponer en un seminario organizado por BTG Pactual, en que reconoció que si bien la economía no crecerá 3,8% este año -la estimación oficial del año pasado- refutó la del Consensus Forecasts que la semana pasada anticipó que el PIB 2019 sería de 3,2%: "Creemos que Chile va a crecer más que eso".

Si bien el escenario más probable es que Hacienda fije un PIB de 3,5%, entre los expertos, el escenario más realista sería un nivel más cercano a 3,3%-3,2%. Pero esta reducción tiene otros efectos colaterales: un déficit fiscal efectivo mayor al proyectado por Hacienda y un aumento de la deuda pública.

En este contexto, si concretan estas previsiones de crecimiento, los economistas coinciden en que el déficit fiscal efectivo subiría entre 0,2 y 0,3 punto porcentual pasando del 1,7% esperado por Hacienda a uno cercano a 2%.

Macarena García de LyD, sostuvo que "si el PIB crece 3,2%, implica una caída de ingresos en torno a US$360 millones. Esto, a su vez, llevaría a que el balance fiscal pasaría de -1,7% a -1,8%". Ahora, si el PIB llegara a 3%, "el impacto sería en torno a 0,2% de mayor déficit efectivo, llegando a -1,9%".

La académica de la Universidad de Los Andes, Cecilia Cifuentes, añadió que además del menor crecimiento, es esperable que Hacienda ajuste su proyección de demanda interna pasando de 4,6% a uno más cercado a 4%.

A su juicio, ambos le significarán al Fisco menores ingresos de entre US$400 millones y US$500 millones, y el déficit fiscal efectivo se ampliaría a 2%.

Alejandro Puente, académico de la Universidad Santo Tomás, también prevé "un déficit en torno a 2% del PIB", pero con un crecimiento de 3%.

Los economistas añaden que el peligro que tiene un aumento del déficit fiscal efectivo es que llevaría a que la deuda pública aumente más de lo presupuestado, complicando así la meta autoimpuesta por Hacienda de que al término del período las clasificadoras de riesgos subieran nuevamente la posición crediticia de Chile. No obstante, esperan que el camino que siga el gobierno sea de una contención de gasto más que un mayor déficit.

En 2018 la deuda pública cerró en 25,6% y podría elevarse más. Así lo estima García, quien explicó que la deuda "tiene una relación 1 a 1 con el déficit efectivo. Es decir, manteniendo constante los factores y considerando solo el crecimiento, si el déficit efectivo es de -1,7%, la deuda debería llegar a 27,3%. Si el déficit es de -2%, la deuda se movería hasta 27,6%".

Una visión distinta entregó Patricio Rojas, de Rojas y Asociados, quien sumó al debate el factor recaudación que se obtendría en la Operación Renta debido al mayor crecimiento 2018, lo que compensaría los menores ingresos del menor crecimiento.

Otro factor que añadir a esta combinación es cómo será la trayectoria anual del precio del cobre. Hacienda prevé un precio de US$3,0 la libra, y en 12 meses promedia US$2,86 la libra, por lo que no se ven mayores cambios.

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