Metodologías ágiles que impactan la escalabilidad de una empresa
¿Sabías que la cantidad de información que nos llega todos los días es igual a la de una persona del siglo XVII durante toda su vida?
Las noticias, los tweets, las actualizaciones de estado, anuncios de productos, nuevas aplicaciones, marketing dirigido y educación en línea, entre otros, distraen continuamente nuestro cerebro, lo que hace muy difícil diferenciar la información valiosa de la inútil.
Nuestra nueva realidad está definida por un mundo de mayor volatilidad, incertidumbre, complejidad y ambigüedad de la información. No obstante, el fácil acceso al conocimiento -a veces nuevo- es un factor primordial para el crecimiento futuro, por lo que tratar de escapar no es realmente una opción.
En mi opinión, la mejor manera de lidiar con esta locura es aplicar la filosofía Lean que esencialmente consiste en eliminar los recursos desperdiciables para enfocarse solo en los aspectos que proporcionan valor.
Uno de los aspectos centrales de Lean es representar visualmente todos los pasos de un procedimiento y posteriormente determinar el tiempo promedio de respuesta, el tiempo de proceso y el porcentaje de derecho por primera vez para cada uno de ellos. Al hacerlo, las personas se vuelven más conscientes de la complejidad de los procesos de los que forman parte y aprenden a darse cuenta de por qué las cosas tienden a salir mal.
Al aplicar Lean, pueden descubrir que -en muchos casos- los errores no son causados por algún colaborador de la empresa, sino como una consecuencia directa de un procedimiento inapropiado.
Hoy en día, lanzar un producto, servicio o proceso al mercado, independiente si eres una startup o una empresa consolidada, puede convertirse en una tarea titánica. Los riesgos son altos, los gastos son muchos y difíciles de predecir; el proceso es largo y lento, lo que demuestra que las posibilidades de fracasar son mayores a las de tener éxito. Muchas veces puedes perder todo en el proceso.
Por esta razón, las metodologías Lean son la perfecta combinación que permite minimizar riesgos y costos, además de aumentar el valor para el cliente. Así como el Lean Manufacturing cambió la forma en que las empresas desarrollan productos, las metodologías Lean pueden cambiar la forma de lanzar al mercado productos exitosos y con alto valor para los clientes -además de minimizar plazos y recursos-.
En este contexto y con el objetivo de dejar antiguos paradigmas, viejos procesos y modelos tradicionales para emprender y hacer empresa, Womak definió, en su Libro Lean Thinking, algunos principios fundamentales de esta metodología. Ellos son: producir a un costo muy por debajo del precio que el cliente está dispuesto a pagar; entregar y mantener a través de un canal de distribución que puede alcanzar el mercado objetivo de manera rentable; y diferenciarse de las alternativas competitivas.
Debido a su utilidad, las metodologías Lean han sido adoptadas por diversos negocios, desde emprendimientos hasta las organizaciones globales más grandes, pero en la mayoría de los casos, todavía está muy por debajo de su potencial completo. El motivo es porque carece de una estrecha integración con los mecanismos necesarios para capturar sistemáticamente las lecciones aprendidas y compartirlas fuera del equipo y ahí es donde está el real valor de la innovación.
Necesitamos pensar las metodologías Lean como un proceso que impulsa un aprendizaje más eficiente -ese debiera ser el foco, el aprendizaje- con el fin de maximizar el éxito. Es fundamental que la innovación esté unida a las prácticas que recolectan las lecciones obtenidas y las dejan a disposición de todos en la organización.
Comenta
Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.