Negociaciones colectivas mineras "off side"

escondida

El año 2018 ha sido el de mayor número de negociaciones colectivas en el sector minero en lo que va de esta década con 33 procesos, la mitad de los cuales ya han tenido lugar.

La negociación de Pelambres quedó en el pasado; la de Escondida está en pleno desarrollo y Chuquicamata y Teniente están por venir. Por mencionar las más llamativas.

Hasta aquí, han ido transcurriendo sin paralizaciones ni mayores alteraciones de las actividades en las faenas, a pesar de que el contexto es más complejo que en los 4 últimos años. Las condiciones de mercado en lo que va corrido del año son más positivas en comparación con los años anteriores, lo que genera más expectativas.

Por otra parte, la reforma laboral que debutó el año pasado, pone como piso de la negociación el contrato vigente al comienzo de la misma.

Asimismo, las mineras vienen realizando esfuerzos importantes para el control de costos desde que en 2013 empezaron a tomar consciencia que los precios y condiciones de mercado no volverían a ser lo que fueron en la década anterior.

A ello se suma que los grandes yacimientos entraron de lleno en otra etapa, con leyes menores y condiciones de explotación más adversas por el tamaño de las operaciones, y la profundidad y dureza de los minerales, entre otros.

Podemos añadir a lo anterior, la llegada de las grandes transformaciones tecnológicas que permitirán acceder a nuevos recursos de manera más eficiente, como también gatillarán saltos en la productividad del sector, refiriéndome a la digitalización, sensorización y automatización, sólo por mencionar algunas de estas tendencias.

Por lo visto hasta ahora los procesos de negociación no difieren mucho de los que han tenido lugar en el pasado. Los sindicatos no sólo buscan mejorar sus condiciones laborales y reajustar sus remuneraciones, sino que también exigen el jugoso bono por término de conflicto cuyos montos varían de faena en faena, siendo en general extraordinarios para el mercado laboral chileno.

Mirado desde fuera, las negociaciones en la minería de este año se ven un asunto conocido pero un tanto extemporáneo, puesto que parecen no dar cuenta de los cambios de contexto.

La industria, y me refiero a todos sus integrantes, hablan poco de la inminente transformación de las relaciones laborales y organizacionales que requieren las nuevas circunstancias, y parecen repetir un rito carente de sustancia.

El tiempo vuela y es urgente rediseñar, en primer lugar, la conversación subyacente, para abordar de frente las relaciones laborales que requerirá la gran minería del cobre. Así podremos atenuar las consecuencias de un proceso de adaptación que sin duda será doloroso, pero que es inevitable. Este esfuerzo requerirá de habilidades y liderazgos excepcionales.

Comenta

Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.