Nicolás Grau: “Si queremos transformaciones estables en el tiempo, tener un consenso amplio es una forma de asegurar esa estabilidad”
El ministro de Economía realiza una evaluación de los primeros seis meses del gobierno, y dice que seguirán impulsando sin titubeos las reformas estructurales y los cambios sociales, pese al triunfo abrumador del Rechazo en el plebiscito constitucional de salida. Sin embargo, destaca la necesidad de consensos para avanzar en ellos. Reconoce estar preocupado por los efectos de la delincuencia y la violencia en la vida de las personas y en la economía, y afirma que los tratados de libre comercio han sido muy importantes en el contexto global, a propósito de la discusión sobre el TPP11.
En medio del inicio de una intensa gira que lo llevará por varios países europeos para atraer inversiones a Chile y tras el reciente y abrumador rechazo a la nueva Constitución, el ministro de Economía, Nicolás Grau, entra de lleno en el análisis político y económico sobre lo que han sido los primeros seis meses del gobierno del Presidente Gabriel Boric.
El Ph. D. en Economía de la Universidad de Pennsylvania, muy cercano al Primer Mandatario y representante del “alma frenteamplista” que sustenta buena parte del nuevo conglomerado, asegura que la decisión del gobierno es seguir adelante con las reformas y la agenda programática que los llevó al poder tras el nuevo escenario político surgido después del plebiscito. Sin embargo, reconoce inmediatamente la necesidad de avanzar con consensos amplios y acuerdos que le permitan dar estabilidad a las ambiciosas reformas estructurales.
“Si queremos transformaciones estables en el tiempo, tener un consenso amplio es una forma de asegurar esa estabilidad”, afirma el ministro Grau, quien anticipa, a su vez, un crecimiento de entre el 15% y el 20% en el gasto que realizará el Estado en ciencia, tecnología, conocimiento e innovación para el Presupuesto 2023.
“Nos permitirá acercarnos más rápido a una economía verde”, dice Grau, al explicar que el aumento de recursos implicará una articulación distinta entre varios ministerios para materializar los desafíos económicos que tiene el país de largo plazo.
Sin embargo, el inicio de Grau en el cargo, al igual que varios ministros del gabinete no ha sido fácil, debido a algunas declaraciones sobre la coyuntura que han generado polémica. Una de ellas, referida a los costos y “beneficios” que traería la inflación para las pymes, le significaron duras críticas de diversos gremios y desde el mundo político. En la ocasión, Grau tuvo que salir a reconocer el desacierto comunicacional, en medio de un clima crispado por la cercanía del plebiscito de salida de la nueva Constitución y los rumores de cambio de gabinete.
¿Cómo evalúa este período tras su arribo al Ministerio de Economía? ¿Cuál es su aprendizaje en estos meses?
Este arribo está marcado por una situación económica compleja, que combina distintos factores difíciles. Con una recuperación económica pospandemia con muchos desequilibrios macroeconómicos, que han obligado al Gobierno a enmendar el rumbo en términos de responsabilidad fiscal respecto de lo que se estaba haciendo antes y también marcado por las tremendas necesidades que tienen las personas.
En lo personal, me sentía bien preparado por mis conocimientos y trayectoria académica, pero también ha sido un periodo de aprender los ritmos del sector público y cómo adecuarse a las características del cargo. De todas formas, es un trabajo que me gusta y donde lo he pasado bien. Cuando armé mi equipo al llegar, me preocupé de que parte importante del grupo tuviera mucha experiencia en el sector público en distintas dimensiones.
Al mismo tiempo, ¿cómo ve los primeros seis meses del gobierno? Muchos dicen que es el comienzo más duro en los últimos 30 años…
No comparto totalmente esa afirmación. En la vuelta a la democracia hubo un gobierno que llegó también con muchos desequilibrios macroeconómicos. La dictadura había tirado la casa por la ventana, básicamente en los últimos años, con mucha presión inflacionaria y con nuevas instituciones que estaban partiendo como el Banco Central. Ha habido otros comienzos complejos. De todas formas, gobernar es cada vez más complejo por una serie de razones.
Pero nuestro gobierno se ha hecho cargo de la coyuntura, ha actuado de acuerdo con las necesidades concretas y a la realidad específica que nos tocó enfrentar, al mismo tiempo que ha mantenido una visión clara en términos programáticos. Es muy importante no desdibujar los grandes objetivos que tiene el gobierno, dadas las dificultades que se viven en el día a día.
¿Cuál es su explicación del abrumador rechazo a la nueva Constitución en el plebiscito, cuyas ideas ejes eran compartidas por el propio gobierno?
Lo primero que quiero decir es que mi aproximación a este resultado es muy respetuosa de los ideales más fundamentales de la democracia, que en este caso en particular consisten en estar muy convencido de que cada una de las personas está en la mejor posición para identificar qué es lo mejor para ellos. Por lo tanto, jamás explicaría un resultado de este tipo diciendo que la gente está confundida.
En el amplio abanico de contenidos que tenía la nueva Constitución, algunos de ellos generaron una visión negativa de la población, así como hubo otros en los que no fue así. De esa opinión tan abrumadora de la población hay que ser muy respetuosos.
Pero quiero destacar que, dentro de estos últimos años, nuestra democracia ha funcionado bien, porque ha sido capaz de procesar diferencias complejas, con elecciones presidenciales complejas y diferencias importantes respecto a qué hacer con la Constitución. Estamos en una conversación sobre nuestra nueva Constitución, sobre elementos fundamentales de la sociedad y lo hemos ido procesando democráticamente. Eso es algo positivo. Resalto la capacidad que ha tenido la democracia chilena de procesar decisiones complejas.
Cuando terminemos este proceso y hagamos retrospectiva, y soy muy optimista de que terminaremos con una nueva Constitución surgida de forma democrática, vamos a mirar con orgullo como ha funcionado nuestro sistema democrático durante todo este tiempo.
¿El resultado del plebiscito fue una derrota para el gobierno?
Como ha dicho el Presidente Boric, lo cual comparto plenamente, un gobierno no puede ser derrotado cuando lo que está detrás es la opinión mayoritaria. Es cierto que nuestro sector político apoyó la opción que perdió, pero no lo plantearía en ningún caso como una derrota política del gobierno.
Usted está en el centro del alma frenteamplista y es cercano al Presidente. Desde esa posición y tras polémicas declaraciones de diversos personeros oficialistas, ¿cuál es su opinión sobre los últimos 30 años, bajo el predominio de gobiernos de centroizquierda?
Lo más importante no tiene que ver con cuál es nuestra mirada respecto al pasado, sino cuál es nuestra mirada respecto al futuro. Existe un gobierno con distintos sectores políticos que tiene un compromiso genuino y cotidiano con el programa y eso significa que compartimos aspectos muy relevantes respecto de hacia dónde tiene que avanzar el país.
Las distintas tradiciones políticas que son parte del gobierno tienen un juicio diverso respecto a qué fue lo que sucedió en los últimos 30 años y eso hizo que algunos fuéramos en esa época oposición al gobierno y otros, en cambio, fueran actores relevantes de esos gobiernos. En cualquier caso, las diferencias en torno a los últimos 30 años están acotadas a una evaluación política de lo que sucedió y en ningún caso a un tema moral o de buenos y malos. Las personas que fueron parte de esos gobiernos, desde su perspectiva política, hicieron lo que consideraron mejor para el país. Lo que hemos tenido durante mucho tiempo es una visión diversa en términos políticos respecto a su evolución.
De hecho, varios representantes muy fieles de los últimos 30 años ingresaron al gabinete del Presidente recientemente…
El gabinete tiene una buena composición, que es representativa de las distintas fuerzas que sostienen al gobierno y que, además, tiene una buena capacidad de conducir políticamente los grandes desafíos que enfrentamos como gobierno. Es un muy buen equipo para efectos de enfrentar los desafíos que tiene el país.
¿Luego del resultado del plebiscito se debe avanzar tal cual se pensó originalmente con las reformas estructurales y con los cambios sociales que ha planteado este gobierno?
El gobierno, y esto lo ha señalado públicamente el Presidente, tiene la convicción de que nuestro programa es un compromiso que hicimos con el país, que también fue el resultado de una elección democrática. Por lo tanto, tenemos que cumplir ese compromiso que tenemos con la población.
Evidentemente, el hecho de lograr una transformación no solo depende de lo que quiera hacer uno, sino que también depende de la disposición de quienes están al frente, la oposición. Pero nuestro compromiso como gobierno es hacer el mayor esfuerzo para cumplir nuestro programa.
¿Con más moderación? ¿Con más consenso?
Lo importante es entender que nosotros nunca hemos tenido mayoría en el Congreso y llevar a cabo estas transformaciones requieren mucho diálogo, ponerse de acuerdo requiere, eventualmente, como en toda conversación, cambiar algunas cosas para lograr otras. Pero eso no significa, en ningún caso, que nosotros hayamos hecho un cambio de rumbo en términos programáticos. Hoy día tenemos la misma convicción programática con la que entramos al gobierno.
¿Algo así como realismo sin renuncia 2.0?
Algo así como una democracia en la que uno se pone de acuerdo con la persona que está al frente para efectos de hacer transformaciones. Transformaciones que requiere el país. Nunca he escuchado a alguien que me señale que no hay que expandir los derechos sociales. Si queremos transformaciones estables en el tiempo, tener un consenso amplio es una forma de asegurar esa estabilidad.
Tenemos un programa y vamos a hacer nuestro mayor esfuerzo para que este se cumpla. Vamos a redoblar nuestros esfuerzos en términos de diálogo, de apertura y de conversación, entendiendo que el grueso de los cambios que queremos realizar pasan por el Parlamento y éste expresa una diversidad política que va mucho más allá de la postura del gobierno. Por lo tanto, hay que conversar, hay que estar dispuesto a un diálogo genuino, un diálogo verdadero con las distintas fuerzas políticas.
Violencia y economía
¿Le preocupan los niveles de violencia y delincuencia, y sus efectos en la economía?
En primer lugar, como gobierno nos preocupan los problemas de seguridad que hay actualmente en el país por las personas. Todas las personas deben tener derecho a estar y vivir su vida de forma tranquila, a no tener susto cuando caminan por algún lugar. Es un tema fundamental que cualquier sociedad debe asegurar y en el que Chile ha tenido un deterioro en los últimos años. Tenemos la convicción como gobierno que debemos progresar en esto.
También me preocupa el impacto que tiene en la actividad económica. Es por eso que en nuestra agenda proinversión hemos incluido la generación de una mesa con distintos actores, que tiene como fin principal articular mejor las políticas de seguridad con las distintas labores productivas. Este es un problema de primer orden que tiene que estar en lo más alto de las prioridades de la agenda del gobierno y que tiene consecuencias para las personas en su día a día y también para la economía.
¿El TPP11 tal cual está hoy, debe ser aprobado?
Este es un tema que no estaba en el programa de gobierno, por lo tanto, el gobierno no tiene un liderazgo en la materia. Es un tema que va a resolver el Senado. La preocupación que tiene el gobierno es que, una vez que esto se resuelva, se pueda corregir un aspecto que consideramos más problemático y que tiene que ver con la forma en la que se resuelven ciertos conflictos vía esta agenda de side letters. Por cierto, en el Parlamento es muy probable que los distintos parlamentarios oficialistas voten de forma distinta y nosotros no vemos ningún problema en ello.
Los tratados de libre comercio han sido muy importantes en el mundo, en general. La promoción del comercio internacional es una cosa positiva para los países y lo importante que deben hacer cada uno de los gobiernos es que esa agenda positiva se desarrolle al mismo tiempo que se resguarda la capacidad de los países de poder definir aspectos relevantes de su política económica. Ese es el equilibrio que nosotros estamos buscando en este gobierno: avanzar en tratados comerciales y expandir mercados, al mismo tiempo que cuidamos la capacidad del país de definir aspectos relevantes sobre su economía.
Banca del desarrollo y Ley de Pesca
¿En qué etapa va la creación de la banca del desarrollo?
Este es un tema clave para nuestro ministerio y para el gobierno. Es clave porque Chile necesita transitar hacia una economía que tenga dinamismo económico, pero que sea una economía verde, que se haga cargo de los temas asociados a la crisis climática. Eso requiere mucha inversión, pero requiere inversión en ciertos sectores estratégicos. Entonces, cuando se quiere desarrollar la inversión en ciertos sectores estratégicos, se necesita movilizar recursos de un sector del mundo privado a otro sector del mundo privado. Eso es justamente lo que hace la banca de desarrollo: entrega préstamos de forma paciente, es decir, le dan largo tiempo para poder ser pagados y con buenas tasas de interés para que se puedan desarrollar justamente estos sectores que son claves para la estrategia de un país.
Tenemos una mesa de trabajo con distintos actores relevantes que está viendo no solo la banca de desarrollo, sino el sistema financiero en general para una estrategia de desarrollo. Como Ministerio de Economía queremos presentar nuestro proyecto de ley durante el primer semestre del próximo año.
De todas maneras, ya estamos avanzando en esto. Corfo durante 2023 va a hacer ciertos pilotos, donde se va a hacer a una escala menor lo que después se va a hacer en la banca de desarrollo. Corfo va a hacer préstamos de una forma similar a la que haría esta banca de desarrollo y eso va a generar una serie de aprendizajes, de manera tal que la nueva institucionalidad no parta de cero. Es un asunto cuyos frutos no van a ser de corto plazo. Si lo trabajamos durante el 2023, probablemente esto esté aprobado durante el 2024. Luego ese banco se va a tener que capitalizar. Por tanto, este va a ser más bien un legado del gobierno y va a ser un aporte a los desafíos institucionales, productivos y económicos que tiene el país.
¿Tienen a firme la idea de enviar el proyecto de una nueva Ley de Pesca?
Así es. Nuestro compromiso es hacerlo entre abril y mayo del año 2023. Durante todo este año hemos estado trabajando en identificar y hacer un mapa de todos los cambios que hay que hacer, de cuáles son los problemas de la ley actual. El 21 de septiembre pasado partimos nuestro diálogo en todo el país para construir esta nueva Ley de Pesca de forma participativa, transparente y para también revertir los problemas que tuvo la ley anterior y construir una nueva institucionalidad que sea valorada, respetada y en la cual la población pueda confiar. Nuestra convicción es que eso se hace escuchando a todos los actores. Hemos partido estos diálogos con la pesca artesanal. Vamos a hacer más de 80 encuentros de ese tipo en todo el país durante estos meses.
¿Le preocupa la persistencia inflacionaria?
Por supuesto que nos preocupa la inflación. Las proyecciones que existen del Banco Central es que vamos a lograr que nuevamente la inflación esté en la banda que establece el instituto emisor. Eso va a tomar tiempo, pero quiero ser muy claro en que tanto el Banco Central como también el gobierno estamos haciendo todas las contribuciones para que eso sea así. El Banco Central está haciendo su parte con la política monetaria y el gobierno está haciendo una política fiscal que ha sido tremendamente responsable, luego de algunos años donde se perdió la disciplina fiscal.
Comenta
Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.