Son cuatro hermanos y tres grandes negocios. Los hermanos Paulmann Mast -hijos de Jurgen Paulmann, fallecido en 2014- están incorporando socios a dos de sus tres principales áreas de actividad, las que han sido golpeadas por la pandemia del Covid.
Uno es su negocio más joven. Otro es el más antiguo. El primero es Sky Airline, la segunda aerolínea chilena, creada en 2002, la que consiguió US$ 70 millones en recursos frescos a cambio de ceder a sus financistas una opción por el 40% de sus acciones. El segundo es Abastecedora del Comercio (Adelco), una de las mayores distribuidoras del país, creada por el hermano mayor de Horst Paulmann en 1976, la que discute desde hace meses el ingreso de un socio que inyecte capital. El elegido sería IG4, un gestor de fondos brasileños que tomará la mitad de la propiedad, también aportando capital a la firma.
Con ello, los cuatro hermanos avanzarán en sanear el holding familiar, antes denominado Empresas JP, hoy manejado a través de Inversiones Gibraltar SpA, un vehículo de inversión en el que los cuatro hermanos participan a través de sus sociedades personales, las que refieren todas a las iniciales de sus nombres. Así, Eberhart Paulmann Mast (55 años) participa en la firma a través de EPM inversión; Andel Alexa (54 años), con APM; Margit (53 años), con MPM, y el menor, Holger (51 años), con HPM. Margit Paulmann oficia como directora ejecutiva de Gibraltar. Los ejecutivos principales de Gibraltar -donde también es accionista Rosemarie Mast, la madre de los hermanos- son Sergio Cárcamo, director de Gibraltar desde hace dos décadas y esposo de Margit, y Mario Caracci.
Bajo Gibraltar –gerenciado desde 2019 por Mario Caracci- están todos los negocios del grupo. En las páginas webs de sus negocios indican que son 74 empresas que participan en sectores como la aviación comercial, industrias alimenticias, logística, negocios agrícolas, ganaderos, forestales, industria textil y bienes de consumo masivo, entre otras actividades. Las más reconocidas públicamente son justamente Sky -que tiene un 10% del tráfico internacional de pasajeros y el 21,7% del doméstico a julio-; la distribuidora Adelco y Mundo Dulce, que comercializa las galletas Tip Top, los helados Gelato’s, las galletas Cookieman y la Panificadora Konstanza.
Si bien la pandemia ha sido el gran catalizador de sus problemas financieros, las dificultades aparecieron años antes. Desde 2015 que la estrechez está presente. Se evaluaron otras opciones. Y al final del día, la asociación resultó lo más conveniente.
Las vacas flacas
A fines de agosto de 2020 se reunió el directorio de Sky Airline. Asistieron Holger Paulmann, Luis Felipe Ross, Sergio Mena, María Caridad de la Puente y Josefina Montenegro. Junto a ellos, se convocó a toda la plana ejecutiva: al gerente general, José Ignacio Dougnac; los directores ejecutivos de Finanzas, Comercial, Operaciones y Personas y al gerente general de Sky Perú, José Raúl Vargas. La estructura había cambiado completamente un mes antes: había nuevo director de operaciones: Vargas tendría ahora ese nuevo rol junto a la titularidad de la filial andina; un nuevo subgerente de negociaciones técnicas; un nuevo subgerente de tesorería, y el área comercial asumiría nuevas funciones.
Todo, en medio de un complejo escenario para la aerolínea. La compañía lo resumía así en medio de un juicio laboral de 2020: “La empresa ha sufrido una importante baja en su operación provocada por distintos factores, entre estos, aspectos económicos que se vienen arrastrando durante años y que permite ver en los estados financieros auditados que existen pérdidas acumuladas, incluso antes de octubre de 2019, y que se han acentuado de forma dramática con la contingencia de la crisis sanitaria mundial que vivimos”. La actividad de la aerolínea se redujo un 85% producto de la pandemia. De los de 3.570 vuelos que efectuaba en enero de 2020, bajaron a 258 en abril de ese año. Sky hablaba de “cuantiosas pérdidas”, en el marco de acciones judiciales derivadas de desvinculaciones. A julio, su número de pasajeros transportados fuera del país alcanzaba los 74.395, según datos de la Junta de Aeronáutica Civil; un 70% menos que en 2020, y una caída del 84% dos años atrás. A nivel doméstico, habían trasladado a 844.946 personas: un 62% menos que antes de la pandemia.
El sombrío panorama, sin embargo, venía desde hace años. En 2015 la compañía optó por transformar su modelo de negocios a uno de low cost. El objetivo era ser al 2017 una aerolínea de bajo costo. Fue una forma de sobrevivencia. “Si bien la empresa comenzó a crecer, debe entenderse que el año 2015 estuvo al borde de la quiebra y que el cambio de negocio, transformándose en una línea aérea low cost, fue lo único que permitió mantener con vida a Sky Airline S.A.”, revelaba la propia empresa en causas laborales. El proceso implicó la desvinculación de más de 1.000 personas y el cierre de varias áreas. A la fecha, han sacado a más de un tercio de su personal.
Las inversiones en Sky Perú y en una nueva flota de aviones Airbus Neo los debilitaron aún más. “Todo este gasto ha influido directamente en la caja de Sky Airline, haciendo que los recursos financieros de esta estén reducidos y sea imperioso disminuir los costos en todas las áreas”, subrayaban en un juicio laboral de 2020.
La arremetida de nuevos competidores al mercado low cost, tal como JetSmart, terminó por remecerla.
“La empresa, después de la crisis del 2014/2015 por la cual estuvo a punto de ir a la quiebra, perdiendo miles de millones de pesos, debió rearmarse y bajar sus costos para poder mantenerse en el mercado. El desafío no sólo abarcó el año 2015, sino el 2016, 2017 y 2018, incluso los años venideros. Las pérdidas fueron millonarias y significaron repercusiones financieras durante todos estos años, lo que se ve reflejado en el presente en la deuda acumulada”, declaraba la firma en la contestación de una demanda en octubre del año pasado. Agregaba: “Así se explica que la compañía hasta el día de hoy reduzca personal y elimine áreas dentro de la empresa”. A 2020, los pasivos de la empresa bordeaban los US$ 800 millones, el 95% de ellos provenían del financiamiento de los aviones con entidades especializadas.
Tal fue así que en el segundo trimestre de 2020 empezaron a trabajar en la posibilidad de emitir un bono convertible en acciones para cristalizar la inyección de nuevos recursos. La fórmula cambió. Esta semana Sky afinaba un acuerdo que le permitirá recibir US$ 70 millones de parte de fondos globales -liderados por Caoba Capital e integrados entre otros por Elliot Management y la chilena Moneda Asset-, un crédito que será convertible por hasta el 40% de las acciones cuando las operaciones de Sky regresen al nivel previo a la pandemia.
Adelco seguiría los mismos pasos.
Un socio brasileño
El 7 de septiembre, Adelco describió su situación en la contestación de una demanda laboral, en la que manifestó su intención de reducir costos y bajar gastos en un escenario de “grave baja en las ventas, gran carga financiera y las importantes pérdidas del presente y anteriores ejercicios”.
La firma es hoy una de las mayores distribuidoras de productos de consumo del país, abasteciendo a cerca de 30.000 comerciantes en Chile, Bolivia, la zona sur de Perú y la Patagonia en Argentina. Tienen una filial en Perú que factura del orden de US$ 1,5 millones anuales.
Actualmente, cuentan con once centros de distribución en Chile. Además, el grupo opera la distribuidora de alcohol Cheminova; la elaboradora y envasadora de alimentos Elabal; la abastecedora de artículos de limpieza Memo, además de ser el tercer actor en productos de tissue institucionales, con Tecnopapel.
Tras el estallido social de 2019, Adelco hizo una profunda reestructuración. No sólo habían bajado sus ventas, sino que además debieron hacer frente a destrozos y saqueos. Los daños en el centro que operaban en Concepción derivaron en su cierre, concentrando esa operación en Chillán. El Covid-19 sólo agravó ese panorama. Terminaron con las sucursales de Los Ángeles y Talca. Y redujeron su dotación un 50%.
“La empresa tiene hoy menos sucursales y menos trabajadores de los que tenía antes de octubre de 2019 y marzo de 2020, enfrentando una grave situación financiera”, admitió la compañía en la contestación de la semana pasada.
Las negociaciones para encontrar socio vienen desde el año pasado y el elegido fue el fondo brasileño de private equity IG4, el mismo que hace algunos meses ofreció más de US$ 916 millones para adquirir un porcentaje del holding que controla SQM. La oferta fue rechazada por Julio Ponce.
Los Paulmann e IG4 -cuya operación en Chile es encabezada por el ex Corso y Bancard Inversiones, Pablo Kühlenthal- formarán un joint venture 50-50, donde los brasileños aportarán recursos para financiar la reconversión de la distribuidora. Con esto, IG4 materializará su primera inversión en Chile y la segunda fuera de Brasil. En Perú serán los nuevos controladores de la constructora Graña y Montero.
A partir de ahora, los Paulmann Mast ya no estarán solos y en dos de sus principales negocios, Sky y Adelco, tendrán socios estratégicos para levantar sus negocios. Grupos internacionales que pusieron sus ojos en activos chilenos. P