En abril del año pasado Nexus Chile, controladora de Nueva MasVida, firmó un acuerdo de compra por la totalidad de las acciones del grupo Colmena Salud. Pero para concretar la transacción, que asciende a unos US$ 150 millones, debían primero tener el visto bueno de la Fiscalía Nacional Económica (FNE).
Las partes ingresaron la consulta de la operación al organismo antimonopolio, y a inicios de febrero, casi ocho meses después, la FNE entregó su veredicto: prohibió la adquisición del control de Isapre Colmena por parte de Nexus, tras concluir que “la operación reduciría sustancialmente la competencia en el mercado”.
Sin embargo, aún no estaba todo perdido para las isapres, ya que las empresas aún podían jugar su última carta: pedir una revisión al Tribunal de la Defensa de la Libre Competencia (TDLC).
Y eso fue lo que concretaron durante la noche de este jueves, según señalan fuentes conocedoras, lo cual ocurre al filo del plazo que tenían para ingresar el recurso de revisión especial, pues contaban con diez días hábiles desde la notificación de la resolución.
Durante el proceso de consulta con la FNE, Nexus trabajó con Ferrada Nehme y Colmena, con Barros Errázuriz. Ahora se repiten los equipos, pero se sumaron Albagli Zaliasnik en representación de Nexus, y Pellegrini & Rencoret en Colmena.
El recurso de revisión especial entrega al TDLC la facultad de resolver una operación de concentración que haya sido prohibida por la FNE. El procedimiento establece que el reclamante debe insistir en ese recurso, sin alteraciones, con el último paquete de mitigaciones ofrecido a la FNE, el que podrá ser aprobado o denegado por el TDLC. Su dictamen, en ese caso, es inapelable. Pero si el Tribunal ordena mitigaciones adicionales, las empresas involucradas en la operación o la propia FNE, pueden ir a la Corte Suprema.
Con la reforma legal de 2016, la FNE adquirió la potestad de autorizar o rechazar operaciones de concentración. A la fecha solo tres operaciones han sido denegadas. La fusión Colmena-Masvida será la cuarta.
En 2018, la FNE prohibió la compra de Nutrabien por parte de CCU y el ingreso del banco Santander a Servipag. Un año más tarde, en diciembre de 2019, impidió la fusión de las dos únicas clínicas privadas de Iquique.
En esos tres procesos, solo una utilizó un mecanismo especial para intentar revertir esas prohibiciones: un recurso de revisión que debe ser presentado al TDLC. Pero lo consiguió. En julio de 2017, CCU sometió la operación al análisis de la FNE, la que lo rechazó en mayo de 2018. Entonces, la firma acudió al TDLC. Seis meses después, el tribunal, en un fallo dividido, tres a dos, acogió su recurso y autorizó la compra.
Entre los argumentos que entregó la FNE para rechazar la operación de las isapres, el organismo señaló que “en la práctica, ello se traduciría en mayores precios en los planes de salud de actuales o de nuevos afiliados y/o afectaría la calidad de dichos planes en términos del otorgamiento de una menor cobertura efectiva o en la calidad de servicio que brinda la Isapre, sin que las partes hayan ofrecido medidas de mitigación capaces de compensar los riesgos derivados de la transacción”.
Asimismo, al término de su investigación, la FNE concluyó que “la empresa resultante de la operación podría aumentar en hasta poco más de $ 33 mil anuales los precios de los planes de salud para nuevos afiliados y que los planes de los actuales clientes de ambas Isapres podrían subir hasta casi $ 28 mil al año”.