¿Quieres ser una estrella de Hollywood? La pandemia y el streaming han cambiado todas las reglas
En vías de una cada vez más recurrente visualización en el hogar, la industria se apresura a encontrar una nueva forma de hacer negocios.
Los servicios de streaming llegaron e irrumpieron rápidamente en Hollywood. En base a eso, la industria se apresura a encontrar una nueva forma de hacer negocios, repensando quién está a cargo, cómo se establecen los contratos y cómo se les paga a las estrellas.
Los estudios están cambiando sus filas gerenciales, capacitando a ejecutivos con experiencia en desarrollo empresarial, tecnología y estrategia. Productores, cineastas y actores como Will Smith y Tom Hanks están tratando de proteger sus intereses en nuevos contratos que no se basan en la venta de entradas en las salas de cine.
Con la mayoría de los cines en los Estados Unidos cerrados y los estudios con miles de millones de dólares en películas sin estrenar, los padres corporativos ven el streaming como su mejor oportunidad de crecimiento. Los ingresos de taquilla nacional del año pasado fueron de solo de US$ 2,28 mil millones, por debajo de los US$ 11,4 mil millones en 2019, según Comscore.
Ahora la conversación en el sector se centra en cuántas suscripciones tienen Disney+, HBO Max y Peacock frente a Netflix. Los ejecutivos preguntan cuánto gastan empresas de tecnología como Apple Inc. y Amazon.com Inc. en películas y programas, y cuánto tiempo deberían aparecer las películas exclusivamente en los cines, si es que lo hacen.
En una señal de cuán dramáticamente este cambio está rehaciendo a Hollywood; Warner Bros., propiedad de WarnerMedia de AT&T Inc., por primera vez, en sus casi 100 años de historia, no tiene un ejecutivo encargado únicamente de supervisar la producción y distribución de películas destinadas a la gran pantalla.
En diciembre, la compañía anunció que estrenaría las 17 películas de Warner Bros para el 2021, incluidas Matrix 4 y Dune, en las salas de cine de Estados Unidos y en su servicio HBO Max al mismo tiempo.
Eso dejó un trabajo complicado para Toby Emmerich, director de la división de películas de Warner Bros. y HBO Max, quien había construido su carrera sobre sus sólidas relaciones con las personas, un elemento característico de Hollywood. En la mañana del 3 de diciembre, llamó a líderes de poderosas agencias de talentos para cancelar los acuerdos que había hecho con ellos para películas originalmente destinadas a un estreno exclusivo en cines, según personas familiarizadas con el tema.
Las estrellas de renombre y los principales productores a menudo negocian por un porcentaje de la venta de entradas, pero las noticias de Emmerich desviaron las esperanzas de ganancias inesperadas en efectivo. A pesar de lo desagradable que fue la noticia, algunos simpatizaron con su situación. “Todo el mundo sabe... Toby no está conduciendo este barco en lo absoluto”, dijo una persona consultada por teléfono.
WarnerMedia ha dicho que planea usar su enfoque híbrido solo hasta 2021 y sigue comprometido con la distribución en cines. El estudio dijo que también ha negociado nuevos acuerdos con actores y cineastas, incluidos avances de pago garantizados, para compensarlos por la caída esperada en los ingresos de taquilla.
En todo el mundo, los ingresos generados por los estrenos en salas de cine rondaron los US$ 40 mil millones anuales en los años previos a la pandemia, según Motion Picture Association.
Eso es poco comparado con las proyecciones del valor financiero del streaming. Para fines de 2020, los servicios de transmisión en línea por suscripción deberían superar los US$ 50 mil millones en ingresos globales con 880 millones de usuarios, según Statista, una firma de investigación de medios. Para el 2025, espera que servicios como Disney+, Netflix y HBO Max cuenten con 1.340 millones de usuarios y generen US$ 85 mil millones en ingresos globales.
Si bien los estudios generalmente dividen la mitad de los ingresos por entradas con los cines, se quedan con la mayor parte del dinero generado por los servicios de streaming.
“Las plataformas de transmisión en línea están en el centro de las iniciativas de las grandes empresas de medios”, dice Josh Grode, director ejecutivo de Legendary Entertainment, que financió y produjo dos películas de gran presupuesto para Warner Bros. que están programadas para debutar en cines y en HBO Max simultáneamente este año: una nueva versión de Dune y la película de monstruos Godzilla vs. Kong.
Warner Bros. probó la estrategia de distribución híbrida con Wonder Woman 1984 el día de Navidad. Después de cuatro semanas, la película ganó unos escasos US$ 35,8 millones a nivel nacional, con casi dos tercios de los cines estadounidenses cerrados. La compañía dijo que cerca de la mitad de los suscriptores del servicio vieron la película en su primer día. Warner se negó a decir cuántos suscriptores vieron la película o cuántos nuevos atrajo.
En octubre, Emmerich -un productor y escritor acreditado- fue puesto a cargo de hacer películas tanto para HBO Max como para los cines. Sus superiores han asumido un papel más activo en la supervisión de la producción y distribución de contenido, según sus colegas actuales y anteriores.
Incluyen a Jason Kilar, un exejecutivo de tecnología de Amazon que cofundó el servicio de transmisión Hulu, contratado por el director ejecutivo de AT&T, John Stankey, en abril para ser director ejecutivo de WarnerMedia. Debajo de él, Ann Sarnoff, una recién llegada a Hollywood que había sido presidenta de BBC Studios-Americas, dirige WarnerMedia Studios, que es responsable de HBO Max, varias cadenas de televisión por cable y el estudio de cine y televisión de Warner Bros.
En el día del inversor de Walt Disney Co., el 10 de diciembre, el director ejecutivo, Bob Chapek, se dirigió a la cámara mientras un gráfico de computadora apareció junto a él, mostrando una copia, escrita a mano, de la visión de Walt Disney en 1957 para la compañía que fundó. En el centro de todas las divisiones de la empresa se encontraban las películas teatrales. Chapek procedió a describir una era moderna, con Disney+ directo al consumidor en el centro de todo.
Disney también ha cambiado de posición. Después de una reorganización reciente, el veterano de Hollywood con ya cuatro décadas en la industria, Alan Horn, quien guió al estudio de cine hacia un éxito de taquilla sin precedentes en la década de 2010, ya no tiene la responsabilidad de las pérdidas y ganancias ni decide cómo se distribuirán las películas. Ese trabajo ahora pertenece a Kareem Daniel, quien posee un MBA de la Universidad de Stanford y estuvo una temporada en Goldman Sachs antes de unirse a Disney en 2007. Dejó su puesto como presidente de la división de productos de consumo de Disney y ahora depende directamente del Chapek.
No todos los estudios están saliendo de los estrenos en cines. Un riesgo: poner películas en los servicios de transmisión las hace vulnerables a la piratería digital, lo que probablemente perjudique los ingresos de taquilla internacionales.
La decisión que Comcast Corp., de Universal Pictures, tomó el año pasado, de saltarse los cines y lanzar Trolls World Tour en línea, desató una disputa pública con la cadena de cines AMC Entertainment Holdings Inc., ya que había videos caseros del filme en tan solo dos semanas y media después de su llegada a los cines.
Netflix y Apple preguntaron si Paramount Pictures estaría dispuesta a vender la esperada secuela Top Gun: Maverick, protagonizada por Tom Cruise, que debía estrenarse en los cines el verano pasado. Basado en la fuerza de las expectativas de taquilla percibidas de la película, el estudio se negó a considerar ofertas, según personas familiarizadas con el asunto. Hasta ahora, Top Gun: Maverick debutará en los cines este julio.
Estrellas, cineastas y directores están presionando a los estudios para que paguen tarifas adicionales u otra remuneración para compensar lo que podría haberse ganado en la taquilla. Según varios agentes de talentos, se están manteniendo conversaciones con los servicios de transmisión para formular un nuevo modelo de compensación basado en el desempeño, el que incluiría una bonificación cuando una película sea un éxito en la plataforma.
El actor Will Smith estaba en medio de la filmación de King Richard en Los Ángeles, una película biográfica sobre el padre de las estrellas del tenis Serena y Venus Williams, cuando recibió una llamada de su agencia de talentos, según una persona familiarizada con el asunto. El acuerdo de distribución que tenía con Warner Bros. para esa película se vino abajo después de que apareciera el plan de HBO Max.
Smith había acordado un acuerdo de US$ 60 millones con Warner Bros. con la condición de que la película estuviera disponible en línea solo después de un estreno en cines tradicional, dijo la persona, después de rechazar una lucrativa oferta de Netflix. Su productora participó en un trato para pagar US$ 1 millón por los derechos de la historia en la que se basa la película. Smith y sus agentes están trabajando para renegociar, dijo la persona.
Después de pasar años como uno de los principales directores de Warner Bros., es poco probable que Christopher Nolan, quien escribió y dirigió Tenet el año pasado, regrese al estudio con su próximo proyecto, en parte porque terminó decepcionado con la estrategia de distribución híbrida del estudio para 2021, según personas conocedoras con el asunto.
En el caso de Wonder Woman 1984, Warner Bros. llegó a un acuerdo con la estrella Gal Gadot y la directora Patty Jenkins antes de anunciar, en noviembre, que la película se estrenaría en los cines y HBO Max el día de Navidad. Acordó pagar a Gadot y a Jenkins US$ 15 millones y US$ 13 millones, respectivamente, además de su tarifa regular, de acuerdo a fuentes cercanas.
Disney aún tiene que renegociar nuevos términos con el actor Tom Hanks después de que cambió los planes de distribución de Pinocho, según una persona familiarizada con el asunto. Hanks se había inscrito para interpretar a Gepetto en el remake, originalmente destinado a un estreno tradicional. La película aún no ha comenzado a filmarse. El 10 de diciembre, Disney dijo que Pinocho debutaría en su servicio de streaming.
Lo mismo ocurre con el actor Jude Law, quien aceptó interpretar al capitán Garfio en Peter Pan & Wendy, que ahora también se estrenará en Disney+ en lugar de en los cines.
“Toda empresa que ignora al artista y el arte del entretenimiento termina fracasando”, dijo el presidente de ICM, agente de talentos, Chris Silbermann. “Tienes que construir estas empresas en torno a esfuerzos artísticos y relaciones artísticas”.
Otros cineastas y actores están adoptando proyectos para empresas de streaming.
Después de dirigir, recientemente, la película más taquillera de todos los tiempos, Avengers: Endgame, de Disney, los cineastas Anthony y Joe Russo lucharon por encontrar un estudio tradicional seriamente interesado en distribuir su próxima película, un proyecto apasionante sobre un veterano de la guerra de Irak, según fuentes. Los hermanos Russo dejaron de esperar y en su lugar vendieron el proyecto, titulado Cherry, a Apple por alrededor de US$ 40 millones, según la persona, en parte porque sintieron que sería la forma más rápida de llegar a una gran audiencia.
“No es nuestro trabajo vender suscripciones o palomitas de maíz”, dijo Chris Slager, ejecutivo de Endeavor Content, la división de producción de contenido de Endeavor Group Holdings Inc., que participó en el acuerdo de Cherry. “Nuestro trabajo es empoderar a los artistas mediante la búsqueda de la mejor distribución para llevar sus historias al público”.
La directora Sofia Coppola también firmó recientemente con Apple para hacer su primera serie con episodios, según una persona familiarizada con el tema. Para realizar el proyecto, una adaptación de la novela de Edith Wharton La costumbre del país, Coppola tuvo uno de los días de pago más lucrativos de su carrera, dijo esa persona.
El director ejecutivo de Vine Alternative Investment, Jim Moore, que dirige un fondo que ha invertido más de mil millones de dólares en cine y televisión desde 2007, dice que no extrañará los días en que atender a actores y cineastas a veces estaba por encima de los intereses de los inversores. “Al final del día, Hollywood es un negocio”, dice.
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