Ricardo López Murphy: “Argentina debería imitar la política fiscal y el modelo de Banco Central de Chile”

ricardo lopez murphy
Ricardo López Murphy, economista, excandidato presidencial y exministro de Hacienda argentino.

El excandidato presidencial, exministro de Economía de Fernando de la Rúa, y uno de los soportes de la campaña de la candidata a la Casa Rosada, Patricia Bullrich, critica el programa de Javier Milei y estima que Argentina está en un momento clave de su historia para terminar con 20 años de estatismo. “He citado el gobierno de Ricardo Lagos con mucho conocimiento y recuerdo presidentes del Banco Central como Vittorio Corbo. Ustedes tuvieron una gran actitud para combinar la seriedad y el mérito”, afirma el actual diputado de Juntos por el Cambio.


Ricardo Hipólito López Murphy (72) ha vivido la tortuosa historia política argentina de las últimas décadas en primera fila. Pero el excandidato presidencial, exministro de Economía y Defensa del fallido gobierno de Fernando de la Rúa, y actual diputado de Juntos por el Cambio, sigue hoy en la pasarela política transandina como un actor clave de la campaña de la candidata presidencial de centro-derecha Patricia Bullrich, quien disputará en octubre el principal sillón de la Casa Rosada con el libertario Javier Milei y el kirchnerista y actual ministro de Economía, Sergio Massa.

“El Bulldog”, como le apodan en círculos políticos por su carácter y firmeza, incluso se enfrascó este año en una disputa pública con el propio Javier Milei, luego de que el candidato presidencial tratara de “traidor” al economista de la Universidad de Chicago, quien muchos creen podría instalarse en el próximo gabinete de Patricia Bullrich si la abanderada de Juntos por el Cambio gana las elecciones de fin de año.

“Es posible que eso ocurra. Probablemente soy el dirigente más conocido de la política argentina que estuvo cerca de la doctora Bullrich al comienzo de su ascenso”, reconoce sin rodeos el economista.

En entrevista con Pulso desde Buenos Aires, López Murphy -quien duró sólo 15 días como ministro de Economía de Fernando de la Rúa en 2001, tras lanzar un resistido plan de ajuste- no esconde sus críticas al programa de Milei, destaca el plan económico de Bullrich y cree que las reformas hechas por Chile son un modelo para Argentina.

¿Cuáles son las causas del fenómeno político de Milei en las últimas primarias? Ha calado muy hondo en el votante joven en Argentina…

-Argentina viene de muchos fracasos y con una economía que ha bajado su nivel de vida y que está estancada hace más de 15 años. La productividad no sube hace más de 50 años. El problema de Argentina es que tiene cada vez más informales, más ambulantes y más empleo público y, en consecuencia, la productividad no sube y la economía está descapitalizada. En ese clima de una gran frustración, un outsider de características extrañas para nuestras costumbres ha logrado un impacto significativo en los jóvenes.

Pero todavía hay que esperar a las elecciones y hay que ver cómo evoluciona todo. Lo que es cierto es que la fuerza en los gobiernos locales y provinciales y la relevancia parlamentaria la tiene Juntos por el Cambio. Nunca hemos hecho el experimento de que alguien sin la representación local, provincial, nacional, y sin senadores y diputados pueda gobernar.

¿Cuál es su crítica al programa de gobierno de Milei?

-Milei ha estado cambiando el programa todas las semanas. Ante las observaciones ha ido reacomodando sus argumentos. Sería muy cauto de juzgar un programa que no conocemos. Lo que están diciendo ahora, por ejemplo, es que no pueden dolarizar si no hay dólares, que es lo que yo argumenté hace varios meses.

¿Se está moderando para ampliar su base electoral?

-No. Diría que cuando los argumentos son insostenibles hay un momento en que deben cambiar. Milei proponía cosas que después se vieron que no se podían hacer. Pero su atractivo en los jóvenes no está dado por los argumentos que usa. Está por la estética, por el show, por la forma de expresarse. Nadie le ha comprado sus ideas, son otras cosas las que están en juego.

¿Por qué el programa de Bullrich, al cual usted adhiere, es mejor que el programa de Milei y de Massa?

-Es un programa más tradicional en términos de que sería fácil de explicar en Uruguay, Paraguay, Chile o Perú. Lo que busca el programa de la candidata es tratar de volver a una situación parecida a la de nuestros vecinos. Tiene un compromiso con las reformas y transformaciones que necesita Argentina. Está respaldado por una coalición que tiene la mitad de la representación parlamentaria, que tiene aproximadamente la mitad de las provincias bajo su control y que tiene la densidad política, técnica y de número de potenciales funcionarios necesarios para hacerse cargo de un gobierno.

Dado que el fenómeno de Milei está rompiendo esquemas en la política argentina y hay una gran posibilidad de que la derecha llegue al poder en diciembre, ¿es momento de hacer un profundo cambio en Argentina en materia económica?

-Argentina tiene que cambiar hacia un país que tenga menos colectivismo, menos regulaciones, menos controles. Tiene que parecerse más a como es Uruguay, Paraguay o Brasil, es decir, a una economía más normal. Acá todo está con cepo, con prohibiciones, con congelamientos; no hay productos, no hay insumos, no hay producción. Ese caos en Argentina tiene que terminar.

¿Cree que la irrupción de Milei está generando un movimiento en el cerco ideológico dominado por el estatismo en Argentina en las últimas décadas?

-Es cierto que ese cambio conceptual lo ha producido. Pero también es cierto que nuestras propuestas (Juntos por el Cambio) son de una transformación muy profunda. Hay un clima de cambio muy acentuado respecto al estatismo, dirigismo e intervencionismo que llegó a límites tales que la economía colapsó. El gran fracaso del gobierno actual requiere un cambio muy grande. Con el hartazgo de la sociedad con lo que hemos vivido, es inevitable que haya un cambio muy acentuado.

Afortunadamente, nos hemos salvado de vivir la tragedia de retrocesos de empobrecimiento terrible que ha vivido Cuba, Venezuela y Nicaragua. Espero que el 22 de octubre (de elecciones) nos despidamos de estas aventuras nocivas y tan tóxicas que hemos tenido en 20 años que tanto daño le hicieron al país. Si abandonamos eso, mi tarea está cumplida.

¿Hay alguna propuesta de Milei que considere correcta?

-Milei sabe que hay que balancear el presupuesto, que tiene que haber un sistema monetario ordenado, que hay que liberar las actividades productivas. Pero eso no está en el debate. Milei se hizo atractivo porque decía que se podían hacer cosas que no se podían hacer. Nosotros demostramos que no se podían hacer y ha habido un cambio ahí. Todos los días estamos observando cambios en lo que propone Milei. También es bueno eso, porque hay cosas que no son razonables.

Si no hay espacio para dolarizar, ¿qué es lo que se debiera hacer a partir de la próxima administración de gobierno?

-Lo que hacen los demás países. Tener un programa fiscal ordenado, serio, razonable que haga algo muy parecido a lo que tuvo Chile. Recuerdo cuando el expresidente Ricardo Lagos hablaba de la ley de responsabilidad fiscal de superávit del 1%. Eso es lo que necesita Argentina. Por el lado monetario, además, un Banco Central parecido al que tiene Chile.

¿Un Banco Central autónomo?

-Exactamente. Pero nosotros, además, hemos planteado que no haya cepo ni cupos, es decir, ni restricciones cuantitativas ni financieras. La economía se abriría brutalmente si hacemos eso.

¿Estas propuestas significarían reducir el tamaño del Estado o no necesariamente?

-En una medida importante, la racionalización del Fisco implica abandonar muchas actividades empresarias, subsidios y otros. Eso es cierto. El Estado va a tener que reducirse en forma importante.

Cómo se hace eso en un país acostumbrado a lo estatal, a los subsidios…

-Porque se ha votado y hay convencimiento que eso no funciona más. Esto ha demostrado la incapacidad de generar crecimiento. Hace 18 años que tenemos el mismo ingreso per cápita, hace 50 años que no crece la productividad. ¿No le parece que ha llegado el momento de hacer un cambio?

¿Cuál es su pronóstico para las elecciones de octubre?

-No lo sé. Las votaciones en las primarias estuvieron muy estrechas. La bola está en el aire y es difícil saber a qué número va a caer.

¿Cree que pueda haber un acuerdo entre Milei y Bullrich para el balotaje?

-Hay que esperar la elección. Después de la elección, cuando cada uno sepa los porotos que tiene, ahí veremos.

Chile y el péndulo

Milei ha mencionado muchas veces a Chile en diversas materias. ¿Para el candidato libertario o para Bullrich es un modelo?

-Reitero que Chile es una economía mejor organizada que Argentina y con una gran modernización. Ha crecido tres o cuatro veces más que nosotros. Es lógico que Chile sea un modelo para Argentina. Argentina debería imitar la política fiscal y el modelo del Banco Central de Chile.

Sin embargo, tanto el modelo de AFP como el sistema de indexación de UF, copiados de la realidad chilena, terminaron fracasando…

-La UF no ha perecido. Lo que pasa es que la sociedad argentina está acostumbrada a los perdonazos y le cuesta aceptar que las deudas se pagan. Tenemos algunos problemas culturales serios. Espero que estos procesos nos hayan llevado a un aprendizaje.

¿Cómo se ve desde Argentina la actual situación económica y política de Chile?

-Espero que Chile resuelva el tema de la Constitución y que se apruebe un texto moderno, serio y responsable, y que eso facilite la tarea de gestionar y recibir inversiones; de mejorar el crecimiento.

Durante los últimos años la región se ha movido hacia la izquierda. ¿Cree que la irrupción de Milei, la alta posibilidad de que la oposición gane el poder en Argentina en diciembre y lo que está pasando en otros países de la región, anticipen que el péndulo vuelva hacia regímenes de centro-derecha en América Latina en los próximos años?

-Diría que el péndulo se va a mover hacia gobiernos más responsables. He citado el gobierno de Ricardo Lagos con mucho conocimiento y recuerdo presidentes del Banco Central como Vittorio Corbo. Ustedes tuvieron una gran actitud para combinar la seriedad y el mérito. Eso es lo que tenemos que hacer acá. Tenemos que nombrar mucha gente muy calificada, meritoria, de vida austera, reconocida por la comunidad académica y de negocios en lugares como el Banco Central, el Ministerio de Hacienda.

Imagino que todas estas reformas más profundas en Argentina no se hacen de un día para otro...

-Ni tampoco lo pretendemos. Va a ser un proceso in crescendo, donde la seriedad y la consolidación de un rumbo más cierto, seguro y de mayor crecimiento va a ir consolidando las reformas, como fue lo que pasó en Chile en los años 90.

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