Segundo mandato de Donald Trump: ¿retroceso para la sostenibilidad empresarial?

Donald Trump
Expertos discrepan sobre los efectos de las decisiones en sus estrategias ESG y DEI que adoptará Donald Trump en su nuevo gobierno.

Los movimientos de grandes corporaciones en EE.UU. y la reconfiguración de sus estrategias ESG, plantean dudas en el cambio en las prioridades globales y en lo que pueden significar para el cambio climático y la diversidad.


Hace tan solo un par de días el diario Financial Times comenzaba un artículo asegurando que el 2025 había comenzado con un clima claramente antisostenibilidad. Por un lado, con la vuelta de Donald Trump a la Casa Blanca y, por otro, con la amenaza de derogar la Ley de Reducción de la Inflación que impulsó enormes inversiones en energía limpia.

The Wall Street Journal comentaba la semana pasada los pasos de Meta y las últimas decisiones de Mark Zuckerberg, como el desmantelamiento de los protocolos de verificación de datos en redes sociales, preguntándose si la inversión sostenible podría sobrevivir un nuevo período de Trump. Y pocos días después de ese primer anuncio, Meta volvía a la carga al difundir un memorando en un foro de mensajes de la empresa donde decía que eliminaría el equipo asignado a sus políticas de diversidad.

Pero no ha sido solo Meta la que se ha ido alejando de los criterios ESG (Ambientales, Sociales y Gobernanza) y de las políticas DEI (Diversidad, Equidad e Inclusión). McDonald’s y la banca estadounidense tampoco han esperado la investidura del 20 de enero para comenzar a adaptarse a las opiniones que se apoyan en el nuevo gobierno de Trump.

A principios de enero, BlackRock -la mayor gestora de activos del mundo- anunció su salida de la Net Zero Asset Managers (NZAMI), una alianza de inversionistas comprometidos con la transición hacia cero emisiones netas. Esta decisión marcó un hito en la reconfiguración del sector financiero, ya que fue uno de los principales impulsores de políticas climáticas en Wall Street. JP Morgan, en tanto, siguió el mismo camino, al salir de la Alianza Bancaria Zero Emisiones, una red de instituciones financieras comprometidas con la transición energética. La firma se sumó a las grandes entidades como Goldman Sachs, Wells Fargo, Citi, Morgan Stanley y Bank of America en dejar este acuerdo desde la elección de Trump.

Donald Trump
Expertos discrepan sobre los efectos de las decisiones en sus estrategias ESG y DEI que adoptará Donald Trump en su nuevo gobierno.

Pablo Vidal, fundador y gerente general de Sustenta+, opina que, a pesar de estos indicios, aún no ve una evidencia concreta de que tras el triunfo del presidente Trump exista un retroceso de la agenda ESG. “Por el contrario, me atrevería a decir que la agenda ESG, en términos de estándares y regulaciones, se ha sofisticado en estos últimos meses, incluyendo a Estados Unidos”. Lo que sí está cambiando, explica, son las prioridades ESG. “Esta nueva gestión presidencial podría haber influido en el cambio de priorización en materia de diversidad, equidad e inclusión, pero cambiar las prioridades no es un retroceso” recalca.

De hecho, Vidal ejemplifica con el caso de BlackRock, que luego de anunciar su salida de la NZAMI, ratificó que seguirá manejando y gestionando su portafolio de inversiones con criterios ESG, pero con el acento puesto en el cambio climático.

Pamela Méndez, socia líder de Servicios de Cambio Climático y Sostenibilidad de EY, cree que lo que ha ocurrido con la banca estadounidense sí representa un retroceso de los compromisos hacia la carboneutralidad y pone en riesgo mucho de los esfuerzos globales por combatir el cambio climático en un momento tal vez crítico, donde lo que se esperaba que algo que ocurriera en el 2030 esté ocurriendo ahora, en relación al aumento de la temperatura del planeta a 1,5 grados. “Para mí, es un cambio más bien político dado por el nuevo gobierno de Donald Trump quien ha dicho públicamente que no va a seguir esta tendencia global. Y yo creo que esa participación de los principales bancos de inversión, va a tener un impacto”, dice Méndez.

Marcela Bravo
Marcela Bravo, gerenta general de Acción Empresas.

Marcela Bravo, gerenta general Acción Empresas, profundiza un poco más en el por qué de este asunto. Para ella, cuando comenzaron a gestarse los cambios internos en las empresas a favor de los criterios ESG, se generaron políticas y procesos para incluir estas nuevas normas, sin embargo, en algunos casos, se hizo de manera desconectada de la estrategia del negocio y de la cultura organizacional.

En contraparte, cree que un diferente escenario sucede con las empresas que gobiernan las nuevas generaciones. Bravo plantea que es creciente el interés empresarial de integrar criterios ESG a la estrategia de sus negocios y desde ahí construir culturas y propósitos que reflejan este compromiso. “La sociedad y especialmente las nuevas generaciones valoran a las empresas que incorporan estos criterios, los inversionistas exigen al evaluar el riesgo de los negocios, los clientes prefieren sus productos, los nuevos talentos quieren trabajar en empresas que los incorporen en sus estrategias. Hoy existen muchos ejemplos de empresas exitosas cuyas estrategias están basadas en la sostenibilidad. Sin embargo, como en todos los ámbitos de la vida profesional, hay algunos que adoptan acciones puntuales para mejorar su imagen de empresa, sin una verdadera intención de ser sostenibles”, apunta Bravo.

En contraste a lo que está ocurriendo en Estados Unidos, la Unión Europea (UE) va por otro camino con sus directrices de cambio climático y sostenibilidad muy avanzada, cubriendo muchos aspectos, plantea Pamela Méndez. “La Unión Europea ya está aplicando normativa para la divulgación muy importante y creo que la UE hoy día, junto con la taxonomía y otras iniciativas que tiene, va hacia la delantera”, agrega.

Bravo concuerda también con que en regiones como Europa y América Latina, los criterios ESG siguen siendo una prioridad creciente, especialmente debido a la presión de los consumidores, inversionistas y gobiernos. En Chile, por ejemplo, el marco normativo relacionado con la sostenibilidad está cada vez más alineado con los estándares internacionales. Las empresas chilenas están adoptando estos principios de manera más sólida, recalca, y con una visión de largo plazo, entendiendo que ser responsables social y ambientalmente les abre nuevas oportunidades de negocio.

Y a nivel del mercado asiático, agrega Vidal, China ya anunció la obligatoriedad de estándares ESG para unas 400 empresas que están abiertas en bolsa. Por lo tanto, lo que se observa, dice, es que el mercado asiático también va a ir avanzando.

“Así es que si bien las señales que vienen de Estados Unidos nos están indicando que, al menos desde el mundo de las inversiones, no se considerarían los criterios de sostenibilidad y cambio climático, creo que aún así existe la suficiente normativa tanto a nivel local aquí en Chile, como a nivel global, que sí vamos por el camino correcto. En ese sentido, el camino correcto es poder cumplir las metas y los compromisos que asumieron en el acuerdo de París y que puedan seguir avanzando en una transición hacia la descarbonización”, concluye Méndez.

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