Thomas Kimber: “El producto que llega al consumidor debe ser reflejo de la empresa y de su propósito”
El CEO y fundador de Karün, el emprendimiento de anteojos sustentables con base en Puerto Varas, cuenta cómo ha sido el cambio de perspectiva apuntando a un negocio regenerativo que tiene más de 10 años en el mercado exportando a 17 países.
El propósito y transparencia absoluta es la base de su negocio, siendo igual de competitivo que otras empresas, explica el fundador y CEO de la empresa de anteojos sustentables Karün, Thomas Kimber durante el programa de TV Online 1:1 de Pulso Startup.
Con más de 2 mil puntos de ventas en el mundo y cerrando este año con 200 mil productos vendidos, Kimber tiene metas programadas hasta 2050. Por lo pronto, al 2025, desea vender más de un millón de anteojos en el mundo. Y no solo eso, también diversificar su producción, aunque de eso no puede adelanta nada.
Aunque no todo ha sido color de rosa para el emprendedor. Luego de varios proyectos fallidos, contando que estuvo casi quebrado, pero con el propósito claro, perseveró en el proyecto de los anteojos, llegando a Europa a vender con una maleta artesanal y desde ese punto y con mucho trabajo a cuestas, Karün comienza a conocerse en el exterior, llegando a 17 países.
“El producto debe ser igual de competitivo que cualquier otro, desde el punto de vista de la rentabilidad, calidad, diseño, experiencia. Con la diferencia que hemos sido capaces de construirlo bajo una lógica totalmente distinta, en toda la cadena de valor involucrando a las comunidades rurales, a los ecosistemas naturales, dando trazabilidad con blockchain, dando transparencia, con todos los stakeholders, a los proveedores, a los fabricantes y básicamente armar una red más parecida a una comunidad de ideas, un ecosistema en torno a la propuesta de valor de la empresa para que efectivamente el producto que estás presentando al consumidor final debe ser el reflejo de esa empresa y al mismo tiempo de su propósito.”
El crecimiento de Karün, que ya lleva 10 años en el mercado, ha tenido varias etapas que tiene que ver con entender cómo funciona el producto y su modelo. En una primera instancia, explicó su fundador, los materiales y fabricación en Chile no estaban dando los resultados en cuanto a rentabilidad, así llevaron al exterior para poder fabricarlos, manteniendo el valor de la materialidad. Luego en la etapa de expansión en Europa pudieron hacerse de redes y conocer gente y tener inversionistas y por último, ahondar en la parte comercial donde incorporaron a socios Marcelo Átala y Juan Cristóbal de Marchena que ayudaron a escalar el negocio. “Hoy día estamos en muchos países que ahí lo más importante es que ya teníamos construida la propuesta de valor, la escalabilidad de nuestro modelo de negocio, nuestro margen era sano y además teníamos una calidad de primer nivel mundial y nos faltaba el expertise comercial con ellos fuimos capaces de poder ya hacerlo. Una propuesta competitiva a nivel comercial en distintas partes del mundo”, contó.
Sobre la inspiración para el negocio, la naturaleza y la Patagonia es fundamental para Kimber. Así como también otros emprendimientos con sentido, el movimiento global de empresas B, buscando un involucramiento real con las comunidades, llevándolo a la regeneración, y a la transparencia en la cadena de valor. “Somos parte de un todo, tenemos que vivir en la armonía de poder producir”. Las externalidades que en la teoría debe ser absorbidas por la sociedad al fabricar un producto, como por ejemplo la contaminación del aire y aguas, tala de árboles fue algo que desmotivó sus estudios en ingeniería comercial, por que creía que había otro camino.
Los anteojos son hechos de materiales recuperados por comunidades de la Patagonia, materiales nobles o reciclados (cuero, metal, cartón), pero también representan un símbolo de este cambio, “de mirar con perspectiva, de ver el mundo”, dice Kimber. Además señala que al ser un accesorio que es lo primero que se ve por que está en el rostro también es importante la que representa en la industria de la indumentaria.
Sobre los consejos para los emprendedores, lo primero es hacerse la pregunta de por qué quieren emprender y con ello no llegar a una respuesta estilo “ser su propio jefe o ganar plata” ya que para Kimber es algo superficial. “Ya no podemos taparnos los ojos por los problemas que hay en el mundo y si queremos de verdad tener la bencina en el tanque necesaria para poder superar las grandes dificultades que hay en el camino del emprendimiento, tenemos que tener un propósito que vaya mucho más allá de mi propio beneficio. Así que encuentren ese dolor social o ambiental y traten de resolverlo, porque créanme que es una bencina inagotable”. El segundo consejo es rodearse de personas que den esa estabilidad emocional, amor y empatía y en tercer lugar preocuparse de las finanzas, ser ordenados con la contabilidad, presupuestos y flujos de caja.
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