Era cosa de tiempo. Tal como lo venían advirtiendo las agencias clasificadoras de riesgo y la trayectoria del mercado de bonos, y pese al optimismo que intentaba imprimir su gerente general, Chris Bannister, a fines del año pasado, la agobiante situación financiera de WOM en algún momento iba a hacer crisis. Y ayer llegó ese día, cuando la compañía de telecomunicaciones anunció un proceso de reorganización judicial acogiéndose al Capítulo 11 de la Ley de Quiebras de Estados Unidos.
WOM, propiedad del fondo de inversión de capital privado Novator Partners LLC -controlado a su vez por el magnate islandés Thor Björgólfsson-, no pudo más ante la inminencia de la fecha de vencimiento de un gran bono, las altas tasas de interés y un mercado crediticio complejo, como lo admitió la propia empresa en un comunicado.
Aunque en ese mismo documento, la compañía aclaró que no se trata de un proceso de liquidación o de quiebra, sino que la idea es una reestructuración de capital para hacer frente a sus necesidades de liquidez de corto plazo.
“El inicio de este proceso no implica la liquidación o quiebra de la empresa. Proporciona a WOM la capacidad de trabajar con sus acreedores y otras partes interesadas, acceder a nuevas fuentes de financiamiento y fortalecer su posición financiera para respaldar la viabilidad del negocio a largo plazo”, comentó la empresa.
El pasado 13 de marzo, la clasificadora Standard & Poor’s redujo su nota crediticia de WOM a categoría “CCC”, es decir, a nivel default -alta probabilidad de impago- con panorama “negativo”, es decir, que podría empeorar en el corto plazo. Dos días después, el 15 de marzo, Fitch Ratings hizo lo mismo, pero llevándola a “CCC-”.
“La rebaja refleja la débil posición de liquidez de WOM y eleva el riesgo de refinanciarse dado los retrasos en el proceso de refinanciamiento de los bonos 2024 de la compañía, mientras la fecha de vencimiento sigue acercándose. Además, es probable que el flujo libre de caja permanezca negativo al menos por el 2024, agregándole presión de liquidez. A menos que la compañía alcance un acuerdo con acreedores y/o accionistas o levante suficiente caja mediante una venta de activos para refinanciar sus bonos 2024 en los próximos tres meses, es probable que ocurran rebajas adicionales dado el alza del riesgo de una reestructuración de deuda o un canje obligado”, dijo Fitch hace sólo dos semanas.
Ante este escenario y a la par de la reorganización, WOM también cerró un acuerdo de financiamiento DIP (financiamiento de deudor en posesión, por su sigla en inglés) por US$200 millones con el banco de inversión estadounidense JP Morgan, “que proporcionará recursos clave para respaldar sus operaciones y acelerar su crecimiento en el mercado chileno”, explicó la firma. Una financiación DIP es un tipo de crédito que se proporciona a una empresa en reorganización para permitirle seguir operando mientras reestructura sus finanzas, que suele estar garantizado por sus activos y donde normalmente se le da prioridad sobre otros acreedores en un proceso de quiebra.
El “Tío WOM” se explica
Un ejemplo de financiamiento DIP es el que consiguió Latam Airlines cuando se vio obligada a entrar al Capítulo 11 tras la pandemia. Y justamente Latam es el ejemplo que usa Chris Bannister para explicar las eventuales consecuencias que podría traer para la compañía este proceso.
“Después de evaluar diferentes escenarios para asegurar la estabilidad financiera de la compañía, llegamos a la conclusión de que acogernos de manera voluntaria al Capítulo 11 es la mejor opción para proteger el valor de la empresa”, parte señalando a Pulso en inglés quien fuese el ejecutivo que lanzó la marca WOM en 2015 en nuestro país.
Dice que espera que este proceso, que debiera tardar entre seis y nueve meses, sea igual de exitoso que el de Latam y siente que el hecho de que JP Morgan esté dispuesto a prestar US$200 millones a WOM es una buena señal. “Como parte del proceso, Novator (su accionista) tiene que sentarse con los acreedores para definir cuál es el proceso de reestructuración de la deuda”, explicó.
Pero en el caso de Latam, los principales acreedores terminaron haciéndose de la mayoría de la propiedad de la compañía. En este caso, podría ocurrir que el fondo de Thor Björgólfsson pierda el control de WOM. “Como parte del proceso, eso puede suceder. Es una posibilidad que podría explorarse”, advirtió Bannister.
En 2019, WOM obtuvo un financiamiento de US$650 millones para desplegar su red. De esa deuda, en noviembre próximo vence un bono por US$450 millones, en el cual participaron inversores de Estados Unidos, Chile y Reino Unido. Y su liquidez no daba para pagarlo.
“Tratamos de enfrentar el tema de la estructura financiera corporativa mediante un proceso de refinanciamiento a través de otras vías, pero no fue posible, debido al ambiente macroeconómico (alza del peso, alta inflación, altas tasas de interés), por lo tanto, yo recomendé que enfrentáramos este problema y por tanto nos acogimos al Capítulo 11″, explicó Bannister.
Las otras competidoras en el rubro en Chile también enfrentaron las mismas condiciones y no llegaron a este proceso. Sin embargo, también sufrieron y tuvieron que abordarlo de distintas maneras, explica el “tío Wom”. Entel, por ejemplo, vendió su red de fibra óptica y obtuvo recursos frescos; VTR y Claro optaron por fusionarse; y Movistar, dice Bannister, “no está del todo bien”.
No obstante, hay un elemento que las clasificadoras criticaron y que fue el hecho de que el controlador, Novator, retirara dividendos por US$340 millones en 2022, cuando la crisis de crédito aún no arreciaba, pero ya existía un ambiente macroeconómico adverso que potencialmente podría afectar a la compañía.
El CEO le baja el perfil, pues considera que los retiros de dividendos de accionistas “no son inusuales” y que en 2022 la compañía “no estaba complicada”. “El problema de hoy es noviembre 2024, por el vencimiento de los bonos. En 2022, el negocio estaba bien”, asegura.
La empresa está generando del orden de los US$70 millones de flujo cada mes y Bannister dijo que el Ebitda (una medida de flujo de caja operacional equivalente a las ganancias antes de impuestos, intereses, depreciación y amortización) en el cuarto trimestre “estuvo en línea o incluso un poco mejor que el crecimiento del Ebitda en el tercer trimestre”, cuando aumentó un 18%, según un artículo de Pulso de noviembre. No quiso entrar en detalles de sus estados financieros, pues aún no los informan al regulador, aunque nunca han informado en Chile sus resultados completos. “Estamos en buena forma, JP Morgan no le hubiera dado US$200 millones a una empresa que estuviera en mala forma”, sostuvo.
En telefonía móvil, WOM alcanzó una participación de mercado del 21,32% en septiembre del año pasado, según la Subsecretaría de Telecomunicaciones. Actualmente, esa cifra alcanzaría al 25,8%, de acuerdo a la empresa. A su vez, en Internet fija, al cierre del tercer trimestre de 2023, contaba con un 6,6% del mercado (205 mil abonados), hoy calculan unos 209 mil, aunque no pretenden crecer en más red, sino penetrar donde ya están desplegados.
En noviembre, Bannister dijo que su objetivo era hacer esta empresa tan exitosa, que todos quisieran comprarla. Hoy, dada su situación, sería muy barata: “cuando la empresa está barata, no se quiere vender”, aclaró.
WOM comentó que para el proceso de reorganización bajo el Capítulo 11 están siendo asesorados en la parte legal por los estudios jurídicos estadounidenses White & Case, LLP en Nueva York, y Richards, Layton & Finger, en Delaware, y por el chileno Carey; Riveron Consulting actuará como asesor financiero y Rothschild & Co. como asesor de banca de inversión.
Conversación con Subtel
Al mediodía de este lunes, Bannister concurrió al Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones para explicar la decisión adoptada. En el encuentro con el ministro Juan Carlos Muñoz y el subsecretario Claudio Araya, el CEO de WOM les garantizó que la operación de la empresa, que en telefonía móvil tiene más de 8 millones de abonados y en internet fija sobre 200 mil, no se verá afectada por el proceso de reorganización.
Araya dijo a Pulso que como autoridad habían tenido varias alertas sobre los problemas de liquidez de WOM. De hecho, la última la solicitud de quiebra que un factoring presentó en tribunales hace un par de semanas, justo en momentos en que las clasificadoras de riesgo rebajaban sus notas.
“Tuvimos una reunión con el CEO de WOM, quien dio la tranquilidad de que la operación no se verá afectada. Debe mantener la red funcionando y cumplir con sus acreedores”, afirmó Araya.
Otro de los problemas que ha debido enfrentar WOM es la inversión, dado que se comprometió a desplegar una red móvil nacional de tecnología 5G, la que aún no entrega, pese a que estaba prevista para octubre de 2023, y un proyecto de Fibra Óptica Nacional.
En este último caso, está pendiente un tramo de menos de 5 kilómetros en la región de Arica y Parinacota, por un hallazgo arqueológico. Se espera que en las próximas dos a tres semanas emane el informe científico que dé cuenta de las características del hallazgo y el lugar por donde se deberá desplegar el cableado que falta. Y un poco más al sur, en la ruta de Sierra Gorda a Calama, hay un problema con la Dirección de Vialidad, que afecta a 90 kilómetros, el que debería quedar resuelto en julio próximo. “No estaría en riesgo de que se complete”, dijo el subsecretario.
En el caso de que el proceso de reorganización fallara, Araya explicó que, aunque no creen que eso ocurra, como autoridad debiera buscar una solución que, como última opción, podría ser la venta de cartera de abonados, pero aclaró que es un escenario muy poco probable, porque eso implicaría dejar a un lado su infraestructura, por lo que le sería más conveniente vender la empresa con todos sus activos funcionando.