Nuevas tecnologías: la fórmula de las cupríferas para atravesar el temporal
Las mineras de cobre en el país están echando mano a innovaciones que van desde sensores corporales para los trabajadores hasta cables anticongelantes, en su cruzada para reducir costos ante los deprimidos precios globales.
El desplome de las materias primas golpea a varios países de Latinoamérica, pero Chile está sumido en un escenario aún más adverso: los insumos como el agua y la energía son más caros que en naciones vecinas y los depósitos, más maduros, lo que implica una descendente ley de mineral que también presiona los costos.
Para sortear la tormenta, importantes minas del país desarrollan redes de sensores que les permiten reaccionar rápido para mantener equipos o monitorizar el ritmo cardíaco y el nivel de fatiga de un trabajador, apuntando a mejorar la eficiencia y prevenir accidentes que podrían afectar la producción.
Codelco junto con la española LaFarga, por ejemplo, instalaron un superconductor eléctrico en la mina El Teniente que reduce pérdidas de energía en casi un 13% y que repele el hielo, evitando cortocircuitos en zonas cordilleranas, donde hay importantes yacimientos.
Además, las empresas desarrollaron un sistema de detección de gases que determina el momento justo para evacuar un horno con cobre fundido a más 1.200 grados centígrados, para evitar un mayor consumo energético.
Con el precio del cobre cerca de mínimos de seis años y medio, y sin perspectivas de que la situación cambie en el corto plazo, Codelco recortó sus costos en más de US$1.200 millones el año pasado y tiene una meta para reducirlos en otros US$600 millones durante el 2016.
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