Pedalear para reciclar
En Lagos, Nigeria, las imágenes y olores de la basura sin recoger son impactantes. Montones de residuos yacen en las calles, en las puertas de los hogares, alrededor de los lugares de trabajo y en las zonas donde juegan los niños. Los desechos llenan las áreas de drenaje y los canales que conducen al océano Atlántico, creando un caldo de cultivo perfecto para enfermedades como la malaria.
Ciudades de todo el mundo luchan con la gestión de residuos. Lagos es una de ellas, donde la situación es particularmente alarmante: se estima que dos tercios de la población vive en barrios pobres, muchos de ellos sin acceso a una recolección de basura decente, y donde el reciclaje es mínimo.
Ahora Wecyclers, una startup ecológica creada hace cuatro años, está decidida a hacer del reciclaje una práctica popular en Lagos y en todo el continente africano, ayudando a la gente a ver la basura como un recurso valioso.
Wecyclers se basa en el trabajo en equipo, utilizando un programa de incentivos en áreas de la megaciudad de ingresos bajos (donde los servicios municipales a menudo no llegan) y la capacitación de los ciudadanos locales para ayudar a resolver el problema de los residuos.
Es un modelo de negocio donde “todos ganan”. Una flota de ciclistas pedalea en un gran triciclo fabricado a medida, de puerta en puerta cada semana, por calles estrechas y sin pavimentar, por donde los camiones no pueden acceder fácilmente, pesando y recogiendo residuos reciclables procedentes de los hogares registrados en el programa. Los miembros reciben puntos por cada kilo de residuos reciclado, que pueden intercambiar por bienes. “Ayudamos a nuestros abonados a ahorrar, utilizando sus residuos para comprar las cosas que quieren tener. Esto podría ser un televisor, una máquina de coser o incluso dinero en efectivo, muy necesario para financiar un matrimonio”, dice la directora general y fundadora de Wecyclers, Bilikiss Adebiyi-Abiola.
Una vez que Wecyclers recoge la basura reciclable, los elementos se clasifican, empaquetan y se venden a plantas de reciclaje en Nigeria que utilizan el material para fabricar nuevos productos, como relleno de almohadas.
Lagos es el área metropolitana más poblada de África, con una población estimada de 21 millones de habitantes. Genera más de 10.000 toneladas de residuos al día, de acuerdo con la autoridad de gestión de residuos de la ciudad, creando importantes riesgos ambientales y de salud en muchas comunidades. Actualmente se estima que sólo el 40% de los residuos de la ciudad se recoge y menos del 13% se recicla.
Desde 2012, Wecyclers ha recogido 1.000 toneladas de residuos domésticos, ya han participado más de 11.000 hogares y ha creado 103 puestos de trabajo. “La prueba de que Wecyclers está haciendo una diferencia para mí es la cantidad de residuos que recogemos todos los días”, dice Adebiyi-Abiola. “A veces me paro a pensar lo que pasaría en esas comunidades si no recogiéramos la basura”.
Nacida y criada en Lagos, Bilikiss Adebiyi-Abiola se trasladó a EEUU a los 17 años para continuar su educación. Tuvo la idea de Wecyclers mientras hacía un MBA en el MIT, en una clase dirigida a encontrar soluciones prácticas para ayudar a los más pobres. “En Nigeria, aproximadamente 70% de la población vive en la base de la pirámide. Este hecho despertó una nueva conciencia en mí”, dice.
En un principio, Wecyclers recibió el apoyo de varios programas del MIT. Hoy en día la empresa obtiene financiamiento y apoyo del gobierno estatal de Lagos, de empresas privadas como DHL, Unilever y Oracle, y de fundaciones como la Fundación Pequeño Mundo. Recientemente, Eric Guichard-Vincent de Gravitas Capital ofreció emitir un bono de diáspora para Wecyclers, parcialmente apoyado por la USAID.
Wecyclers también ha recibido reconocimiento internacional. Fue finalista del SXSW Eco Startup Showcase de 2016, y al cierre de esta edición Adebiyi-Abiola había sido nominado a un premio del All Africa Business Leader Award.
Pero la compañía todavía enfrenta a muchos desafíos. Adebiyi-Abiola dice que aún tienen que obtener un beneficio, aunque están cerca. “En este momento soportamos el costo total de la recolección de residuos. Necesitamos que el gobierno haga políticas que estimulen a los productores a asumir la responsabilidad de sus residuos”.
A pesar de los obstáculos, están decididos a ampliar sus operaciones y ayudar a cambiar las costumbres de la gente con los residuos. “Creo que estamos en lo cierto cuando veo esta nueva conciencia en los ojos de las personas que servimos”, dice Adebiyi-Abiola. “Ellos entienden que los residuos ahora tienen valor y que están dispuestos a recibir ingresos y mejorar sus vidas”.
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