Rodrigo Wagner: "Hay que preparar a las empresas para crecer"




No centrarse sólo en el financiamiento ni en los subsidios, sino que en mejorar la gestión de las empresas para poder crecer, es lo que el académico de la U. de Chile, Rodrigo Wagner, ve que falta en nuestro país. Esto, a la luz de las conclusiones del Banco Mundial (BM) sobre el emprendimiento.

El informe del BM señala que hay más empresas en América Latina y el Caribe, pero que eso no se traduce en innovación. ¿Por qué cree que se da eso?

-Lo primero, es que ellos utilizan el concepto de innovación como el espejo del escalamiento de las empresas, de la capacidad de crecer: hacer un producto nuevo que se vende a un mercado nuevo. Escalar significa que a una empresa que le va bien crece, vende un producto mejor y contrata más gente y sobre la base de ello resulta atractiva. Ese proceso hace que los salarios del mercado suban y aumenta la productividad.

¿Eso no se da en América Latina?

-Algunas firmas latinoamericanas no crecen más porque muchas veces lo hacen al alero de las familias, donde es difícil escalar. El problema es que tenemos mucha empresa chica que no maneja riesgos y tampoco puede hacer buen marketing. Por ejemplo, en Chile, la Región de la Araucanía es la zona del país con la mayor cantidad de empresas chicas que no escalan. Hay un problema respecto de no entender qué negocios pueden ser atractivos también para el mundo.

¿Cuáles son las principales trabas para el emprendimiento?

-Se pueden abordar los sospechosos de siempre relacionados con el financiamiento y creer que lo único importante para arreglar a las empresas son los subsidios. Como si los proyectos fueran todos espectaculares. Y la verdad es que no es así. Los bancos muchas veces dicen que no porque los proyectos son malos, y otras porque son muy riesgosos. Los reales problemas están en la escalabilidad de empresas familiares, en la falta de proyección al mundo y la profesionalización de las empresas. Hay que preparar a las empresas y a los emprendedores para crecer.

¿Cómo se puede abordar eso?

-Hay un montón de cosas que vienen por el lado real del proyecto y que no se arreglan con subsidios y con que la tasa de interés en vez de ser 4 sea 2. Le tengo fe a algunas cosas, y una de ellas es la posibilidad de facilitar las quiebras y hacer más eficiente el reemprendimiento. Eso incluso puede ser más efectivo que permitir crear una empresa en menor número de días. Esto es un poco como las relaciones de pareja: si no funciona, lo mejor es cortarlo que dejarlo sobrevivir a medias, por eso es tan útil que las quiebras no sean tan terribles. Hay mucha creación de nuevas empresas, pero cuando hay una red de seguridad muy extensa, no te preocupas tanto de hacer flotar tu negocio. Además, hay un todo un tema que tiene que ver con la profesionalización de empresas de tamaño mediano, que dicen "para qué crecer más, si estoy bien". El desafío es  descentralizar la empresa y que nuestros emprendedores piensen en las necesidades del mercado regional.

¿Qué rol deben jugar las políticas públicas pro emprendimiento?

-Hay muchas políticas públicas para pequeñas empresas, donde los subsidios van amarradas a tamaño. El gran problema es que eso se puede fingir y estamos en una tensión entre políticas públicas ideales y la posibilidad de engaño. Muchas empresas en Chile son empresas de papel.

¿Y el capital humano?

-En Chile se tiende a medir como años de escolaridad, falta el desarrollo de ciertas cualidades como proactividad, capacidad de resolver problemas, etc. En nuestro país la educación es más pasiva y no prepara para la vida laboral. Con el boom del cobre se subsidió a mucha gente para que hiciera doctorados afuera y ahora están por volver. ¿Dónde se les reubica? No caben en las universidades, y ahí es un tema de cómo las empresas los pueden acoger. Una empresa mediana puede no saber en qué usar un doctorado, por ejemplo.

En una economía que se desacelera, ¿cómo ve el escenario para los emprendedores en 2014?

-Nosotros tuvimos dos cosas pasando en Chile: hubo un boom de commodities y a ello se sumó que después de 2009 que el precio de largo plazo creció mucho. Y luego al verse con liquidez hubo mucha inversión en nuevos proyectos y eso genera un boom adicional. Ese doble boom no era para siempre y eso se está normalizando. ¿Cómo preparase? Monitorear sectores que pueden ser sensibles. Es más una normalización que un miedo de que esto se caiga.

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