Tom Byers: "hay propósitos más altos que sólo ganar dinero"
Era su primera vez en Santiago y Tom Byers parecía impresionado. Como profesor de innovación y emprendimiento de la Universidad de Stanford, vino a conocer el ambiente en que se mueven los emprendedores locales y a mostrarles algunas claves que él suele enseñar como académico. Y se encontró con una escena llena de acción, tanto en las universidades del Desarrollo y Católica -que lo invitaron- como en Start Up Chile.
"Es muy emocionante ver cómo Chile está promoviendo la innovación y el emprendimiento. No sólo por los emprendedores propiamente tales, sino para todas las personas que podrían beneficiarse de sus ideas, trabajando como empleados, proveedores de servicios, inversionistas u otros.
¿Es una idea demasiado ambiciosa desarrollar un polo de emprendimiento en Chile? ¿Cómo lo ve usted?
-Donde sea que vaya alrededor del mundo, Chile es reconocido por el esfuerzo que le pone al emprendiemiento. En ese sentido, mi opinión no es importante. Sí tengo mucho respeto por este esfuerzo. Que es como un despertar. El hecho que haya universidades que quieran conectar con los negocios y que el gobierno quiera conectarse con ambos, que los tres estén trabajando juntos, permite que el espíritu de gente joven tenga una oportunidad. Pero para que eso ocurra tienen que pasar un par de cosas. Tanto en Stanford como en la UDD creemos que la educación es un camino. El emprendimiento y la innovación pueden aprenderse. Nuestra relación (entre ambas universidades) tiene que ver con compartir las mejores prácticas. Y creo que Chile es un hot spot. Hay otros en el mundo como Beijing, Shanghai, Singapur, Israel, Helsinky, Berlín y Londres, Nueva York. En todos esos lugares se necesita que la educación juegue un rol. Sin educación, no hay cambios en el largo plazo.
¿Qué debiera mejorar Chile para enfrentar este proceso?
El espíritu de la innovación es una especie de arte. Y está muy cerca de las lecciones de liderazgo. Chile debe ser capaz de comunicar, trabajar en equipo. Es como un juego de fútbol. Necesitas jugadores en todas las posiciones y un buen entrenador. Además, ciertamente, de un sistema de apoyo. El emprendimiento es mucho más que la idea de una persona, más que un modelo o un proyecto salvador de la economía. Steve Jobs es sólo una persona en Apple, pero hay un conjunto de otras ayudándolo a construir una compañía tecnológica. También puedes enseñar este espíritu y algunos hitos del proceso: cómo levantar financiamiento, cómo mantener socios en el largo plazo, cómo desarrollar productos o una estrategia de servicio que se ajuste a tu estrategia. Tienes un estilo, un arte y una ciencia del proceso. Ambas pueden conversar. Funciona en California y puede funcionar en Chile, en Helsinki, en Beijing.
¿Es difícil convertir una idea en negocio?
Lo que uno quiere es que la gente se sienta libre de intentar. En Silicon Valley hay un gran inversionista que suele decir que muchos emprendimientos no existen, más bien hacen un trabajo que está ok. Pero el único momento en que una start up existe (que no sea un restaurante), es cuando cambia las cosas de manera dramática. Lamentablemente hay muchas ideas, pero sólo algunas realmente merecen sobrevivir. Tienes que permitir una cultura del intento, porque habrá muchas caídas. Fallar está bien, significa que lo intentaste. La start up que está haciendo algo realmente valioso es la que va a captar la imaginación de la gente y resolver un problema de la mejor manera.
¿En su opinión cuál es la idea más innovadora que ha visto surgir?
Es difícil decir una favorita. Me gusta toda la actividad que veo en los distintos sectores. La innovación puede hacer raíces en todos los sectores: energía, sustentabilidad, salud, infraestructura, seguridad. Uno siempre quiere alentar a la gente joven a considerar todas las posibilidades. Hay propósitos más altos que ganar dinero. Cuántos usuarios tienes, por ejemplo, es otra manera de medir tu impacto y si estás haciendo un cambio real para algo bueno. Esos equipos que inspiran, trabajan duro y van adelante, porque su misión es mucho más grande que ganar dinero. Podemos detener el calentamiento global por esta vía.
La gente que tiene la primera idea, el líder, es siempre bien especial. Como Mark Zuckerberg. ¿Le hizo clases a él?
Zuckerberg es un ser humano especial, pero una sola persona no puede hacerlo todo. Con él trabajan unas tres mil personas y muchos de ellos son mis estudiantes. Ellos querían ayudar a construir esto. ¿Qué pasa con todos los demás que quisieron ayudar a construir Facebook? Ahora, ¿dónde está el Google o Facebook de la salud, o de la energía, de los sistemas urbanos para aguantar a 9 mil millones de personas?. Necesitamos que esta generación sienta el poder de hacer un cambio. Y lo están haciendo. Tienen una energía increíble, una pasión que se necesita para ser parte de algo especial.
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