Tras el peor año desde la crisis subprime, factoring busca crecer 5% en ventas en 2016
De la mano de una economía desacelerada, la industria del factoring registró en 2015 su peor año desde que la crisis subprime azotara al mundo en 2009. Y es que la ralentización de los proyectos de inversión hizo que la venta acumulada retrocediera 8,6%. Ello se vio reflejado en la cartera de la industria, que durante el ejercicio pasado arrojó una pérdida de 2% en materia de clientes.
El débil rendimiento podría haberse profundizado si la reforma tributaria no hubiese abierto la puerta a no cobrar IVA a las edificaciones de viviendas iniciadas hasta 2015, lo que motivó mayores inversiones en el área. Así, el sector que lideró las flujos fue precisamente construcción, con un 18,7% del stock de ventas.
Pese a este escenario, la morosidad en el factoring presentó incluso una mejoría respecto a años anteriores, ubicándose en 4,5%, lo que se compara con el 4,7% registrado en 2014.
“El circuito de pago ha funcionado bien y también ha aportado la factura electrónica, porque permite que el deudor se entere inmediatamente de la notificación”, explicó el presidente de la Asociación de Factoring (Achef), Claudio Martínez.
No obstante haber cerrado un año complejo, las expectativas de la industria para 2016 son positivas y ya se anticipa una recuperación: “La proyección de crecimiento para este año es de 5% en las ventas”, dijo Martínez, anticipando que la experiencia en otros momentos de desaceleración económica indican que el factoring es contra cíclico. “Se tiende a apreciar que los créditos comerciales bajan y aumenta el factoring como medida de liquidez para las empresas”, agregó, señalando que espera aumentar la cartera de clientes en 5%.
Uno de los puntales que aportaría a la recuperación de la industria es la obligatoriedad en agosto de la factura electrónica, modalidad relevante que permitirá reducir aún más los niveles de mora. Así, la Achef ya prepara su segundo seminario en esta temática y avanza en conversaciones con el Servicio de Impuestos Internos (SII) para que se concrete su rol de fiscalizador con el acuso de recibo en esta materia, situación que aún no está definida. “Es lo último que falta para que la factura sea título ejecutivo y tengamos certeza de la prestación del servicio. Esperamos que con esta modalidad haya incremento en las ventas y apostamos a que para los clientes, en particular las Pymes -en un momento donde deben resguardar la liquidez- este producto sea más atractivo que en años anteriores”, dijo Martínez.
Otro factor relevante para la industria será el incremento de 0,4% a 0,8% en el impuesto de timbres y estampillas -que comenzó a regir el 1 de enero-, producto del eventual encarecimiento de las herramientas crediticias. “Apostamos a que los clientes más grandes, no tanto las Pymes, decidan operar con el factoring por sobre cursar operaciones de crédito”, señaló el ejecutivo.
Estos factores vendrían a impulsar la recuperación de la industria, en un mercado donde aún existe espacio para crecer: “Como industria estamos operando con cerca de 17 mil clientes y la base del SII tiene cerca de 400 mil clientes Pymes”, aseguró.
Según prevé Martínez, para 2016 el sector que debiese impulsar la actividad del factoring sería el estatal en obras de menor envergadura. A ello se sumaría el sector manufactura y la incertidumbre que pesa sobre construcción, puesto que aún no existe claridad si mantendrá los niveles de inversión de 2015.
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